Rossana Achach Cervera, directora del Centro de Estudios Superiores en Sexualidad (Cessex), consideró ayer que se necesita reflexionar y reformular el concepto de familia.
En el marco del tercer Coloquio de Sexualidades del siglo XXI: “Sexualidad, amor y familias en tiempos de crisis” que se llevó a cabo ayer, destacó que el concepto de amor es difícil de definir porque, por ejemplo, México ocupa el segundo lugar en asesinatos por transfobia, primer lugar en abuso sexual infantil y homicidio en menores de 14 años; Yucatán ocupa el séptimo lugar nacional en violencia contra las mujeres, “lo que debe mover a reflexionar sobre la forma en que nos relacionamos”, señaló.
Expuso que la familia es uno de los espacios donde se supone prevalece el concepto de amor, en la llamada familia tradicional, sobre todo.
Sin embargo, dijo que los números muestran lo contrario pues precisamente la familia es el lugar donde se encuentran más expresiones de la violencia: hacia la mujer, hacia los niños, niñas y adolescentes, hacia las personas mayores y hacia las personas con preferencias e identidades no aceptadas por la norma social.
“Es necesario analizar y reflexionar sobre dicho concepto y empezar a hablar sobre cuál es el fin último de la familia, por lo que tendríamos que empezar con ampliar dicho concepto y empezar a nombrar el concepto de familias, aquellas que pueden ser conformadas por personas, independientemente de su género, su preferencia y sus identidades”, señaló.
Dijo que el reto es cómo hacer para construir relaciones amorosas en las familias, en la sociedad, en la vida.
En este tenor, dijo que la carencia afectiva produce trastornos como la ansiedad, la agresividad, desmotivación, estrés crónico, etc. Un ejemplo de ello, expuso, es que hay probabilidad de 8 veces mayor de suicidio, una probabilidad 6 veces mayor de presentar altos niveles de depresión, una probabilidad de 3 veces mayor de consumir drogas y de contraer alguna infección de transmisión sexual, en personas de la comunidad LGBT
“Esto nos lleva a reflexionar que el ser diferente se constituye como una amenaza para el concepto tradicional de familia y para las sociedades altamente conservadoras, ser diferente es vulnerado, anulado, nulificado y por lo tanto un ser sin derechos”, mencionó.
Dijo que corren tiempos de crisis pero que son el pretexto perfecto para mover cimientos obsoletos a través del conocimiento y la reflexión.
“Hagamos que los tiempos difíciles, complicados, sean oportunidades para compartir nuestra voz y lucha con los que quieren, pero no pueden; que estas batallas sean compartidas y nuestras esperanzas de un mundo incluyente sean himno para cualquier persona que se sienta desesperanzada o vacía. Hagamos equidad, hagamos empatía, hagamos paz”, concluyó.
(David Rico)