Yucatán

 

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AKIL.- Un aroma especial se percibe durante las mañanas y tardes en esta cabecera municipal; es el olor de la hoja tostada de plátano, insumo indispensable en la elaboración de tamales, vaporcitos y pibes.

Estos últimos días del mes de octubre, la tarea de cortar hojas, transportarlas, seleccionarlas, quemarlas, doblarlas y atarlas, se intensifica por la época de finados.

Desde la calle son visibles los trabajos que se llevan a cabo en la mayor parte de los hogares de esta comunidad.

De acuerdo con estadísticas de Sagarpa en Yucatán se registran 260 hectáreas dedicadas a esta fruta, de las cuales 140 hectáreas se ubican en Akil.

Entre los comerciantes de los mercados Lucas de Gálvez y San Benito se sabe que la mayor producción de hoja de plátano proviene de Akil.

Desde la carretera de Maní a Akil se observan los platanales “pelones”, ya que la demanda de hoja ha ido aumentando paulatinamente conforme se acerca la conmemoración de los finados.

Mi vida

Javier May Ortegón y su esposa María Pastrana Cab Cetz mostraron a POR ESTO! el proceso a que se somete la hoja de plátano.

“Tengo mis parcelas, son como 2 hectáreas y ahí tengo mamey, limón y entre las líneas está el plátano, todo el año da hoja, todo el año, el secreto es que tengan agua con el riego de aspersión y mantenerlo limpio. Si cortas hoja hoy, la nueva saldrá y en 8 o 15 días estará grande y lista para cortarla, la fruta sale a los seis meses, pero más importa la hoja.

“La hoja de plátano se usa para el pib, pollo enterrado, pibitos, vaporcitos, caldo de pollo, tipo cochinita, puerco con molleja, hay muchos platillos, pero sobre todo los tamales, todo el año buscan la hija de plátano y todo el año hay. Al día traigo 1,200 hojas es lo que puedo, lo hago yo solo, no puedo más”, relató May Ortegón, mientras seleccionaba y ataba las hojas.

Desde pequeño aprendió la actividad y lo último que aprendió fue a cortar la hoja de la mata.

“Esto es mi vida, lo hago yo solo, no podría hacer más, aunque pidan más por finados, no puedo, hago lo que puedo, mi hijo trabaja en una parcela y no va conmigo, este es mi trabajo, hay hoja y hay mucha demanda”, dijo.

Los coyotes

May Ortegón acomoda las hojas de plátano de tal forma que no se doblen y las transporta en su moto; es un trabajo diario de equilibrio y paciencia.

Confecciona paquetes de 6 hojas que vende en 7 pesos; reconoce que su trabajo no está valorado o pagado como realmente es, ya que los comerciantes o coyotes pagan poco para tener margen.

“Yo no puedo llevar las hojas a Mérida o a Oxkutzcab, se las vendo al comprador, ya tengo mis compradores en Akil, hay como 20 compradores que se dedican a eso y somos acá como 100 productores, somos bastantes.

“A partir del 26 de octubre empiezan a pedir más hoja, pero el precio no sube, acá con nosotros no, tal vez en Mérida, en que compran barato y lo refrigeran”, dijo.

Es un trabajo laborioso, dijo, que poco se valora, ya que se debe cortar, transportar y se usan los fogones con leña de los hogares para la quema o tueste de la hoja.

Todo se usa

De la hoja de plátano, todo se utiliza. Una vez que se seleccionan las hojas por tamaño y por calidad, se hacen las medidas para el doblez, todos los atados son del mismo tamaño y se cuentan 6 hojas de calidad, respaldados con hojas “rotitas”; el atado se hace con la misma vara de la hoja.

“Todo se usa, sólo lo grueso de la vara de la hoja se queda, pero lo buscan los que tienen animales y se los dan de comer bien cortadito; todo se usa, esto lo aprendí desde los 7 años con mi papá y lo sé muy bien”, dijo con orgullo.

Plátano o cítricos

Mario Antonio Góngora Matos es uno de los compradores de hoja de Akil que tiene clientes que llevan la hoja hasta Cancún, Playa del Carmen y Mérida.

“Lo bueno es que en la región se comen todo el año los tamales o comida con hoja de plátano y hay demanda; yo la llevo a Oxkutzcab y ahí tengo a mis compradores.

“Yo compró aquí la hoja y con mi hermanito, mi hijo y mi cuñada la seleccionamos, la quemamos y vamos haciendo los atados de 6 hojas; esto es todo el año, es mi trabajo y el de muchos, porque en Akil el 65 por ciento se dedica a trabajar la hoja, el 25 por ciento a los cítricos, un poco a mototaxi y el resto al municipio; aquí manda la hoja”, dijo.

Recordó que hace años preparaba hasta 40 mil hojas a la semana y ahora apenas llega a 10 mil, por la mayor competencia; es por ello que él vende en Oxkutzcab para venderle a compradores de la Riviera Maya.

“El trabajo es demandante, implica trabajar todo el día y llevarlo a vender: trabajamos 2 familias en esto y el precio es poco para el trabajo que se hace, son 7 pesos por 6 hojas y no tuve el beneficio que me enseñara mi familia; yo aprendí tostando en un fogón trabajando y yo le enseñé a mi hijo.

“Lo malo es que para finados compran de antes y lo refrigeran unos 4 días y luego lo sacan porque hay hoja todo el año, no escasea”, concluyó.

(Verónica Martínez)

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