Testimonios Al-Anon
* Un miembro Al-Anon comparte lo siguiente:
Me crié en un hogar en el que mi papá era alcohólico y mi madre sufría los embates de las emociones de la convivencia con alguien que bebe. Los efectos devastadores del alcoholismo en el núcleo de mi familia me formaron y al mismo tiempo me deformaron, crecí siendo insegura, temerosa, violenta, necesitada de afecto, llena de vergüenza por vivir en un hogar donde pensé que no encajaba.
Por si todos estos sentimientos no bastaran, tan pronto pude me relacioné con alguien que bebía y formé mi propio infierno, y de este no fue tan fácil salir. Llena de muchos sentimientos y emociones extremas me convertí en una mujer confusa, frustrada y enfadada, sin darme cuenta del contagio emocional que la enfermedad del alcoholismo había detonado en mi persona.
Atrapada en mis emociones buscaba con ahínco algo que me hiciera sentir mejor, hasta que a través de una persona supe que existía Al-Anon. En este programa, lo primero que experimenté es que no era la única, que había muchos más que sufren por la convivencia con alguien que bebe; después reconocí que yo necesitaba ayuda para enfrentar esas emociones extremas y aprender a comprenderme y comprender a las personas que están a mi alrededor y en especial al bebedor. Me rodeé de gente que me entendía y por medio de todos los instrumentos que ofrece este programa, empecé a conocer una nueva forma de vida.
Estoy convencida de que Al-Anon es para mí porque me ayudó a recuperarme de los efectos emocionales de la convivencia con alguien que tiene problemas con su forma de beber; ahora sé que soy familiar de un alcohólico y que de vez en vez se asoman síntomas que me perturban emocionalmente, continuó en el programa convencida y agradecida por lo que trajo a mi vida. Gracias, Al-Anon por haber transformado mi vida en una vida rica, plena y feliz.
Julissa
* Un miembro Al-Anon para Hijos Adultos de Alcohólicos comparte:
Llegué al programa, como resultado de un largo camino de búsqueda, ¿qué estaba buscando? Cualquier cosa que me ayudara a comprenderme y sentirme mejor. Estaba harta de sentirme diferente, de no poder cubrir las expectativas de mi familia, de la sociedad, pero aún más importante y sin tenerlo consciente, de no cumplir las mías. Me costó mucho trabajo ver y aceptar lo dura que era conmigo misma, tenía salud, una carrera, un buen trabajo, era buena persona, pero no era suficiente, si conseguía un logro más tampoco lo era.
Decidí darle una oportunidad a Al-Anon, a pesar que yo no considerara que el alcoholismo fuera el causante de mi situación de vida. En mi familia siempre ha existido el alcoholismo, tanto que es algo natural, raro es quien no bebe. A pesar de la bebida tuve una infancia “normal” y mis padres me procuraron de todo, mi familia es unida y amorosa, de forma tal que estaba muy confundida en relación a ¿cómo el convivir con alcohólicos pudo haber afectado mi vida y mi forma de ser?
Recuerdo que cuando comencé a asistir a las sesiones y escuchar a mis compañeros compartir inmediatamente pensé: “¡eso me pasa a mí!”; fue tan reconfortante conocer a otras personas que se sentían como yo, que comprendían mis emociones que me quedé.
Aprendí que en ocasiones la afectación del alcoholismo puede ser tan sutil que pasa desapercibida, mi vida era buena, pero algo se sentía “incompleto”, me sentía feliz pero no lo suficiente. Mis emociones estaban en descontrol pasando de la alegría, a la ira, o a la tristeza, al miedo, de nuevo al gozo… una ambivalencia de ideas y sentimientos me invadía de forma constante.
Gracias al programa comencé a vivir de nuevo, a dejar de vivir la vida de todos los que me rodeaban, de resolver problemas y situaciones ajenas para empezar a resolver las mías. Centrarme en mí no fue una tarea fácil, no siempre es agradable lo que uno ve, pero ha valido la pena y ha sido de lo más gratificante, me ha devuelto las riendas de mi vida, he aprendido una nueva forma de pensar y sentir, una forma que me lleva hacia la serenidad. Incluso he aprendido que caer de nuevo está permitido, comprendo que no soy perfecta, pero con ayuda de mi Poder Superior, puedo hacer mi parte cada día para intentar ser la mejor versión de mi misma.
Hoy soy capaz de entender que la felicidad depende de mi actitud hacia la vida y que a pesar de que convivo con alcohólicos puedo lograrla, sé que yo no puedo cambiar a nadie más que a mí misma, así que trabajo en ello en todas mis sesiones con ayuda de mis compañeros y de mi Poder Superior. Me siento agradecida por encontrar un lugar donde aprendo a quererme y aceptarme tal cual soy.
Isabel
Mérida recibe el XXVIII Congreso Nacional Simultáneo de Al-Anon y Alateen
Los días 20 y 21 de octubre de 2018, la Casa de la Cristiandad recibirá a familiares y amigos de alcohólicos que se reunirán en el XXVIII Congreso Nacional Simultáneo de Al-Anon y Alateen.
En los Grupos de Familia Al-Anon y Alateen se reúnen los familiares y amigos de alcohólicos con la finalidad de ayudarse mutuamente, superar la frustración y la incapacidad causadas por vivir o haber vivido junto a personas que tienen problemas con su manera de beber. Son una confraternidad mundial dado que está presente en 135 países, sus miembros son personas de diferentes razas, credos y formas de vida.
En la actualidad el alcoholismo ha sido reconocido como una enfermedad que afecta física, mental y emocionalmente, no sólo a la persona que bebe sino a todos los que se encuentran a su alrededor; por esto se considera una enfermedad familiar.
Existen más de 5 millones de alcohólicos en el territorio nacional cada uno de los cuales contagian emocionalmente a aproximadamente 7 personas a su alrededor. En muchos de estos hogares existe la violencia, delincuencia y adicciones, por lo que sus integrantes necesitan ayuda, la cual en ocasiones, no saben dónde encontrar.
En México hay 3,500 Grupos de Al-Anon y Alateen distribuidos en el país y están legalmente constituidos como una asociación civil sin fines de lucro desde hace 45 años bajo el nombre de Central Mexicana de Servicios Generales de los Grupos Familiares Al-Anon, A.C.
Al-Anon trabaja con la comunidad e informa sobre la existencia de un programa de ayuda mutua como una alternativa para las mujeres, hombres, adolescentes, hermanos, padres, madres, compañeros de trabajo, etc., que sientan que su vida ha sido afectada por la convivencia con alguien que no ha podido controlar su manera de beber. En este programa quienes se acercan en busca de ayuda logran cambiar su actitud y llevar una vida con determinación y satisfacción mientras se protege su identidad mediante el principio del anonimato.
Los Grupos Familiares Al-Anon y Alateen no están afiliados a ninguna secta ni religión, entidad política, organización ni institución; no toman parte en controversias; no apoyan ni combaten ninguna causa. No existe cuota alguna para hacerse miembro, los grupos se mantienen a sí mismos por medio de las contribuciones voluntarias de sus miembros.