Yucatán

“La persona con discapacidad tiene una deficiencia física, mental o sensorial y eso hace que tenga una diferencia. La discapacidad es la interacción entre las personas y las barreras que se interponen en la convivencia, es resultado de una sociedad que discrimina”, afirmó María Teresa Vázquez Baqueiro, profesora de Derechos Humanos, al dictar la conferencia “Acciones para transversalizar la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad”.

En el Auditorio “José María Pino Suárez” de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán, la especialista indicó que “la discapacidad es resultado de que la sociedad no tenga los ajustes razonables para la consecución de los derechos de esas personas”.

“Es como la violencia de género, es resultado de una condición social. Por ejemplo, el niño nació con una deficiencia, no puede ver, pero la sociedad lo discapacita al no ofrecerle posibilidades para desarrollarse”, señaló.

Dijo que es mucho más costoso para una familia cuando llega una persona con discapacidad, por ejemplo, los estudiantes pueden ir en camión a la escuela, pero él necesita de un taxi o de un vehículo adaptado. Y las mujeres son más altamente vulnerables.

Todos somos iguales

Afirmó que “México tiene un montón de leyes y documentos, pero nos queda a deber muchas acciones. Por ejemplo, los niños con discapacidad no tienen atención en la escuela, no tienen trabajo y las niñas con discapacidad son vulneradas sexualmente”.

Apuntó que a nivel gobierno, dependencias como Obras Públicas, Medio Ambiente, Desarrollo Rural, Pesca, la de Fomento Económico que ahora va a tener lo que tiene que ver con el empleo, deben tener elementos para la inclusión.

“Pensar que sólo es asunto del DIF, la Sedesol o de Educación es excluir a las personas con discapacidad. Porque de entrada todos somos iguales y tenemos la misma dignidad, sólo con diferentes condiciones de vida”, dijo.

Sin embargo, comentó que “lograr que todos los siglos de discriminación se puedan eliminar, necesita acciones concretas, muy específicas”.

“Todos somos iguales en derecho y dignidad, pero diferentes en circunstancias de vida. La Constitución debe garantizar los derechos de todos”, dijo.

Vázquez Baqueiro dijo que “ya no se habla de discapacidad, habla de la persona con discapacidad, la responsabilidad de ellas y de sus familias, el trabajo que deben realizar para la consecución de sus derechos, el papel de las organizaciones y asociaciones civiles y la del Estado”.

Señaló que “mucho de lo que se ha conseguido es por parte de las asociaciones que luchan a favor de los derechos de las personas. Por ejemplo, que los atiendan primero no es pasar por encima de los demás, porque lo que nosotros hacemos en 15 minutos a ellos le puede llevar una hora”.

El modelo de prescindencia

En la charla en la Facultad de Derecho comentó las formas en las que la humanidad ha visto a la discapacidad. La primera fue el modelo de prescindencia, que es desde la aparición de la humanidad hasta los años mil 700, eran consideradas prescindibles para la sociedad. Se podían incluso asesinar y no era delito.

“A partir de mil 700, empieza un modelo médico, es decir, la sociedad evoluciona, pasada la Edad Media, con el Renacimiento empieza a decir que a lo mejor se pueden curar y en tanto puedan, habría una esperanza de vida digna, todo se reducía a asilos, cuidados, en los hospitales y lo único que podían era darles eso”, dijo.

Agregó que ese modelo estuvo hasta principios del año 2000, pero ese modelo de considerarlo sólo como sujetos que pueden ser curados. Cuando se piensa en ellos lo primero que viene a la cabeza es un doctor, se centra en la eficiencia y no en la persona. Se les calificó como imposibilitadas.

Finalmente, desde 1970, en la Unesco y en la OIT empiezan a cambiar la idea de que las personas con discapacidad lo único que necesitan son hospitales, sino que deben ser parte del deporte, de la recreación, generan un documento de rehabilitación basada en la sociedad, que dice que no tienen que estar recluidas, porque son ante todo personas.

Se establece la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Y ninguna política pública de México que atienda eso puede ignorar lo anterior. Está la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad; la que establece la no discriminación; la protección para las personas de Yucatán, que señala qué debe hacer cada dependencia.

Además, Mérida desde el 2009 tiene un reglamento municipal específico. Y el país lo tiene desde 2011, pero nos han quedado a deber muchas cosas.

(Rafael Gómez Chi)