Roldán Peniche Barrera
Yucatán Insólito
Es un yucatequismo nato. Lo menciona en su diccionario de 1898 Ramos y Duarte:
Arrefaldado, a (Yuc), adj. Arrufaldado, a.
Es muy breve la acepción del lingüista cubano. Además, buscamos en esa misma fuente la voz “arrufaldado” sin encontrar el significado. Pero eso es lo de menos: durante todo el siglo XX se empleó en Yucatán y en toda la península a discreción para describir a una persona que no le tema a nada y que hace las cosas con valor y osadía.
Nada dice la Academia; tampoco Rodríguez Cimé y, para nuestra sorpresa, nada dice tampoco Santamaría.
En cambio el diccionario del español yucateco del Dr. Güémez Pineda informa:
Arrefaldado adj. Audaz, temerario, valiente.
Un poeta amigo expresa: arrefaldado, a: bronco, violento, peleonero, etcétera.
Todavía se usa.
Ejemplo:
-Menudo lío en que se metió el Mulix, Yorch -dice el presidente D. Julián a su secretario.
-¡Cómo! ¿Qué le ha ocurrido?
-¡Ay, poeta del alma! ¡Por poco lo matan!
-Con razón he acudido a su antro y no lo encuentro y me deja sediento y alborotado. Cuénteme, jefazo, cuénteme…
-Pues nada, que, medio “mamey” o “mamey” y medio, le intentó levantar la voz en el mercado municipal a la X’Fina Pelos y ésta le dio tantas bofetadas que le dejó la cara hecha una albóndiga…
-¡Se lo dije que no se metiera con la X’Pelos… ¡Esa sí que es “arrefaldada”, y no come cuentos!