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Eran las 18:20 horas cuando los usuarios del Aeropuerto Internacional de Mérida comenzaron a escuchar el aviso de que se estaba llevando a cabo un simulacro de desalojo por artefacto explosivo.
Algunos recibieron la información un tanto confundidos o extrañados, pero al percatarse de que los empleados de las líneas aéreas abandonaron sus puestos y se enfilaron hacia las puertas de salida, entonces entendieron que se trataba de una emergencia y se unieron a la maniobra de evacuación.
Usuarios y empleados comenzaron a reunirse en el estacionamiento ubicado frente al aeropuerto a intercambiar puntos de vista, mientras personal del Ejército, al mando del Capitán Segundo Alam Peralta Sánchez, llegó para sumarse a las maniobras de desalojo.
Diez minutos después llegó un grupo del Ejército con equipo especializado para aislar el artefacto explosivo, mejor conocido como “La olla”, recipiente en el cual fue colocado y de inmediato fue trasladado a una parte de la plataforma, en la cual, luego de inspeccionar la maleta y su contenido, se detonó la bomba.
Mientras tanto, algunos de los que estaban en el estacionamiento pensaban que se trataba de un incendio; otros, de que había algún animal suelto, hasta que por fin alguien les explicó que se trataba de una presunta bomba que había sido detectada en uno de los filtros de revisión de equipaje de mano.
Personal del Ejército y de la Policía Federal Preventiva acudieron al aviso de emergencia emitido por el personal de Asur, conforme lo establece el protocolo, y de inmediato entraron en acción y acordonaron el área para que los expertos en explosivos examinaran el objeto que se presumía era un artefacto explosivo.
Se cumplió en tiempo y forma
El administrador del Aeropuerto Internacional de Mérida, Oscar Carrillo Maldonado, explicó que el simulacro se llevó a cabo en tiempo y forma, tal como establece el protocolo internacional de seguridad aérea, y todas las personas que participaron llevaban un chaleco reflector con la leyenda simulacro, el cual fue supervisado por personal de la Dirección General de Aeronáutica Civil, de los Servicios a la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano (Seneam). Elementos de la Policía Federal Preventiva controlaron el flujo vehicular y permitieron que el personal del Ejército pudera operar sin contratiempo.
Maleta
Carrillo Maldonado explicó que fue a las 18:06 minutos cuando el personal encargado de la revisión de equipaje detectó un artefacto sospechoso en el interior de una maleta gris, la cual fue sometida a inspección nuevamente; los equipos de rayos equis indicaron que se trataba de un artefacto explosivo, por lo que se dio aviso a las autoridades, las que a su vez solicitaron la intervención del Ejército.
En cuestión de minutos se presentó el Capitán Peralta Sánchez al mando de dos escuadrones y un perro entrenado para detectar explosivos; se ubicó uno, por lo que los expertos lo levantaron, lo colocaron en “La olla” y lo llevaron lejos del área pública para su inspección y posterior destrucción.
Operaciones no fueron afectadas
Cabe mencionar que el operativo no afectó las operaciones aéreas de la parte Sur y los pasajeros del vuelo 2524 de Interjet, que llegaron de México, ni siquiera se enteraron del simulacro de bomba y abandonaron el edificio en calma, lo mismo que los pasajeros del 2525 de la misma compañía que ya se encontraban en la sala de última espera para abordar la aeronave, así como los pasajeros de la línea aérea Volaris que también llegaron entre las 6 y 7 de la noche.
(Víctor Lara Martínez)