Yucatán

Pensamiento Femenino Aplicado a la Cultura Maya

Víctor Salas

En muchos momentos de sus vidas han enarbola la misma bandera: justipreciar, difundir y actuar para lograr que aspectos fundamentales de la cultura maya no sean arrollados por la carrera cibernética o los modernos gustos digitales. Son tres mujeres que su actitud beligerante, la han convertido en pensamiento propio acerca de los temas mayas.

Elena Martínez, Silvia Terán y Elisa Chavarría, hablan de ello enfrente de numerosa concurrencia reunida en un salón de Museo del Mundo Maya para hablar del parto y las parteras entre las mayas, la milpa y sus significados y el bordado del hipil de la mujer mestiza yucateca.

En este último tema me parece que ha sido excluido, involuntariamente, lo referido por José Díaz Bolio, en su libro La Serpiente Emplumada Eje de Culturas, acerca del bordado en el hipil regional. Son prodigiosas las conclusiones de Díaz Bolio y me parecen insoslayables. Aprovecho que ya estoy comentando de Elena Martínez para desbrozar su temática. Inició hablando de la aguja de costurar y su relación con la mano y sus dedos. Las aportaciones que ese implemento metálico ha hecho a su propia vida. Ahí, sus palabras me recordar a los grandes diseñadores europeos de la moda, quienes hablan también de sus abuelitas, tías o mamás costureras que les heredaron la sensibilidad táctil para realizar sus trabajos con hilos y agujas. Pero Elena va más allá que ellos, al darle un sentido habitacional al cuadrado que forma el hipil, o mencionar su sentido erótico y confortable al ser una prenda que cae o se adapta a cualquier tipo de cuerpo femenino. Habla que ella confecciona un bordado anímico, ideológico y artístico, de las modificaciones que hace al cuello del hipil y los colores que usa al confeccionar una prenda de ese tipo. Ella se considera una activista a través del bordado.

Es importante señalar que el bordado maya ha repercutido entre los diseñadores de alta costura francesa, quienes se han llevado a costureras mayas para que realicen su trabajo en la capital francesa, donde el producto manual se ha convertido en bolsas y carteras de alto diseño. Además, se ha creado una fundación para sostener y preservar el bordado maya. Sin duda, mujeres como Elena Martínez han contribuido al logro de este éxito internacional del bordado yucateco.

Silvia Terán habló en torno al tema que conoce al dedillo: el poder de la milpa maya. Habló del agua, la tierra, las plantas, la cantidad de tipos de maíz manejados en la siembra de esta gramínea, de su antigüedad y presencia destacable hasta los años setenta del siglo pasado. Su fervor por la milpa la ha llevado ahora hasta China para realizar estudios comparativos y de la necesidad de hacer permanecer la siembra tradicional, además de la mecanizada. “La milpa maya es única, tiene características diferentes en comparación con cultivos semejantes en otras geografías”.

Lo último que se ha propuesto lograr es que la FAO declaré a la milpa maya como patrimonio agrícola tradicional (de Yucatán).

Silvia habló del tiempo en que surge la península, del porqué del policultivo, de los tipos de suelo, del tipo de nubes, de los rituales y la filosofía de los cultivadores de la milpa, quienes saben que no son dueños del solar ni de la naturaleza. Por eso rezan y piden permiso para realizar sus labores.

Las tres damas sostienen que es necesario retornar a nuestras raíces.

Elisa Chavarría, por el apellido parecería vasca, pero tiene dominio hasta de la lengua maya. Inició su intervención dando la bienvenida en el idioma ancestral de los yucatecos.

Su relación con un grupo de parteras de Chemax la llevó a reunir material para una exposición de tal naturaleza. ¿Parto natural o cesárea? ¿Partera o doctor? Estudios realizados por las parteras actuales. El médico como apoyo al trabajo de la partera. Complicaciones de parto y la hospitalización, fueron algunos de los temas que abordó Elisa de manera tranquila y sapiente.

Tres temas mayas en el pensamiento de tres mujeres contemporáneas que los han convertido en filosofía de sus vidas.