Yucatán

Víctor Roa Muñoz, director general del CIJ Mérida, advirtió ayer que es importante hacer un análisis de cómo se divierten hoy nuestros jóvenes, porque desafortunadamente mucho de la diversión tiene que ver con excesos al consumir alcohol u otras sustancias, y con los excesos al tener prácticas sexuales de alto riesgo.

Al recordar el reciente caso de Progreso, donde al intervenir la policía en una fiesta de jóvenes que se realizaba en un galerón encontró muchas anomalías, Roa Muñoz explicó:

-Aquí podemos hacer una distinción entre los lugares que frecuentan los jóvenes para divertirse, para pasarla bien, que pueden ser fiestas familiares o formales, o ir a los antros o a las discos para estar ahí y divertirse. Sabemos que en esas actividades hay consumo y en muchos casos abuso de alcohol, también estos lugares muchas veces no están exentos de vender alcohol adulterado, y seguramente también haya consumo de otras sustancias. Y la otra, el otro escenario, serían aquellas fiestas clandestinas o informales que se organizan ya sea por otros jóvenes o por adultos, y en galerones o en espacios muy grandes, donde les cobran a los jóvenes, muchos de ellos menores de edad, y que también les venden sustancias tanto legales como alcohol y tabaco, como otro tipo de sustancias.

En realidad, en ambos casos estamos hablando de un mismo problema, pero con caras diferentes. Entonces aquí es importante que las acciones preventivas estén sustentadas en información verídica y en evidencia científica, primero para llegar a los jóvenes, a los adolescentes, con la información de cuáles son los riesgos de consumir sustancias y, por otro lado, para hacer un trabajo muy fuerte con los padres y madres de familia, porque muchas veces los últimos en enterarse de cómo se divierten sus hijos o hijas, de qué tipo de fiestas y de actividades realizan, pues son los propios padre y madres de familia.

Entonces yo creo que aquí si bien es cierto que los programas preventivos van dirigidos a los jóvenes y a los adolescentes, tenemos que seguir reforzando las estrategias para alertar a los padres de familia para que estén más al pendiente, para que tengan un mayor seguimiento, y una mejor comunicación con sus hijos e hijas.

Y, por otro lado, hay que hacer un llamado también a las empresas para que lleven a cabo una responsabilidad social en cuanto a la no venta a menores de edad, y en ese sentido creo que no falta mucho por avanzar en cuanto a normatividad y reglamentación, y en cuanto a las sanciones que haya, no solamente para los empresarios sino también muchas veces para las familias que son indiferentes, que son irresponsables con respecto al cuidado de sus hijos e hijas, concluyó el director general del CIJ Mérida.

(Roberto López Méndez)