Originalmente el tabaco fue utilizado para curar varias enfermedades y males como el dolor de muela, de cabeza y de estómago; artritis, heridas y ¡mal aliento!
En 1774 los médicos lo utilizaron para revivir muertos; el método lo llamaron “Respirador de tabaco”, que consistía en insuflar humo mediante una cánula por el ano del cadáver, entre otros propósitos, el de animar a un paciente víctima de ahorcamiento. En ningún caso se lograron los propósitos, pero eso sí, alcanzaron gran notoriedad, aunque negativa.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca