Al conmemorarse ayer el 23 aniversario luctuoso de Gonzalo Navarro Báez, fundador de la CTM en Yucatán, familiares y dirigentes lo recordaron como un hombre generoso y esforzado que siempre luchó por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
Ante su estatua ubicada en la explanada del Centro de Estudios Superiores y con la presencia también de alumnos y docentes, el secretario de organización de la central obrera, Marcos Rodríguez Ruz, sostuvo que ese dirigente sindical fue un hombre que supo ganarse a pulso un lugar especial en la clase obrera y un amplio reconocimiento entre trabajadores, empresarios y diversos sectores de la sociedad yucateca.
El también diputado local electo dijo que recordar al fundador de la CTM en Yucatán es recordar el movimiento que generó las condiciones para que los trabajadores puedan contar con más y mejores oportunidades laborales.
Sensibilidad
Puntualizó que por su sensibilidad humana, por su don de gente, por su trato, comprensión y atención a sus compañeros, don Gonzalo Navarro supo ganarse asimismo el respeto y apoyo de las bases sindicales.
Añadió que la condición humilde del homenajeado, nacido en Tibolón, comisaría de Sotuta, no fue impedimento para que llevara a cabo gestiones y logros de trascendencia para la clase trabajadora, en especial, el Centro de Estudios Superiores.
Precisó que Navarro Báez se desempeñó como pescador, carbonero y cargador, actividades en las que siempre demostró su pasión por servir y defender a sus compañeros, en particular del Sindicado de Maniobras de Carga y Descarga, el cual presidió por muchos años.
Entre el patrimonio legado a la Federación de Trabajadores de Yucatán mencionó el Centro Vacacional de Progreso, el edificio de la central obrera de la calle 65, el Centro de Estudios Superiores y la promoción para la construcción de miles de casas para trabajadores en numerosos fraccionamientos.
En su carrera política fue diputado local, federal y senador.
Por eso compañeros –continuó Rodríguez Ruz—, al recordarlo hoy recordamos a ese ser humano que detrás del trabajo de maniobrista de carga, de líder sindical, de político, estaba el gran amigo de los trabajadores, que dejó una importante huella en su paso por esta vida y quien nos marcó el camino a seguir en busca de mejores salarios, mejores prestaciones, condiciones de vida y que luchó hasta los últimos días por una justicia social que aún no llega.
Legado educativo
A su vez, Jesús Cuauhtémoc Navarro Ávila, hijo de don Gonzalo, resaltó que el sindicalismo fue la vida y pasión de su padre y la vía de su crecimiento como líder.
—Si construir la Federación fue una gran obra, no solo en su edificio físico sino en lo sindical, social y político, su gran legado histórico fue primero la idea y después la determinación de fundar una institución educativa para los hijos de sus compañeros trabajadores, apuntó.
Hizo notar que en sus más de 30 años de la institución, han pasado por sus aulas 33 generaciones de estudiantes de secundaria, 44 de derecho, 45 de contaduría, 12 de administración, 35 de psicología y 12 de tecnologías de la investigación, así como 25 de preparatoria.
Los hombres que como él dejan huellas de sus pasos, de sus actos, de sus obras, no mueren para siempre –aseveró—, siguen viviendo en nuestro corazón, en nuestro pensamiento y se quedan permanentemente para seguir alumbrando nuestra vida y nuestro camino.
También estuvieron presentes el dirigente actual de la CTM en el Estado, Mario Tránsito Chan, y el director del Centro de Estudios Superiores, Luis Echeverría Navarro. En representación del Gobierno del Estado asistió Betel Achach Rodríguez, Secretario de Trabajo y Previsión Social.
(Rafael Mis Cobá)