Yucatán

Población varonil maya migrante, con más riesgo ante el Sida

Marginación, desinformación y conductas de alto riesgo son las principales amenazas de la población varonil maya migrante de municipios del interior del Estado, para contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, entre ellas el VIH, advirtió la Dra. Rocío Quintal López, durante la presentación del documental y trabajo de investigación “VIH y Migración en Comunidades Mayas de Yucatán”.

La investigadora, del Centro de Investigaciones Regionales (CIR) de la UADY “Dr. Hideyo Noguchi”, comentó que la población maya migrante, en especial, los hombres que migran a puntos como Cancún, Riviera Maya y Estados Unidos, representan un sector vulnerable ante el Sida, mal que muchos de ellos adquieren durante su estadía en esos lugares.

El estudio piloto se realizó en dos localidades marginadas que aportan población migratoria y se trata de las comunidades de Chacsinkín y Tahdziú, las más marginadas y pobres del Estado de Yucatán.

En la mayoría de las comunidades mayas del interior del Estado prevalece la creencia o mito de que enfermedad que no se ve, no les puede afectar físicamente, algo muy distante de la realidad.

La Dra. Quintal López presentó el proyecto de investigación en la sede de la Red de Pacientes Afectados con VIH, como parte de las actividades que en ese lugar se realizan para prevenir el contagio de la enfermedad.

La investigadora del CIR mencionó que el proyecto surgió a partir del trabajo que desarrolló en comunidades del interior del Estado de Yucatan, al observar que muchas familias de esos municipios tienen como estrategia de sobrevivencia la migración, ya sea a Cancún, Mérida, la Riviera Maya o Estados Unidos.

La población migrante, los varones, tienes tres veces más posibilidad de contraer Sida, de acuerdo con factores como la movilidad y la vulnerabilidad, que van asociados.

El estudio arrojó que la gran mayoría de los jóvenes que concluyen la secundaria o que la dejan a medias o, en su caso, terminan la primaria, se incorporan al mercado laboral, sobre todo, en el ramo de la construcción y migran a Cancún, Riviera Maya y Mérida, otro porcentaje a Estados Unidos y otros a Canadá por lapsos de 4 y 5 meses, sitios donde el tipo de vida que tienen hay contacto con drogas y acercamiento a la promiscuidad y contacto con otras mujeres que no son sus parejas o esposas.

Muchos de ellos, dada la marginación que vivieron, carecen de la información sobre el VIH Sida y las enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el Virus de Papiloma Humano, que tiene alta incidencia entre las mujeres de Chacsinkín y Tahdziú, explicó la Dra. Quintal López.

Para el estudio se tuvo que realizar una investigación, tanto en las comunidades mayas como en los sitios de trabajo y puntos donde migraron los esposos.

En el diagnóstico se averiguó si sabían qué era el VIH Sida, los métodos de detección, si se realizaron o no prueba, sus concepciones sobre VIH y las prácticas sexuales de riesgo, por ejemplo, si varones tenían relación sexual con otras personas y si usaban condón, y en las mujeres si tenían parejas aparte de sus esposos.

Ambos, varones y mujeres, fueron entrevistados, y entre los hombres se realizaron estrategias de prevención a fin de que utilicen el condón.

Muchos de ellos poco o nada sabían del condón y su uso, se impartieron talleres para aprender el uso del condón, pero quienes participaron en el proyecto de investigación encabezado por la Dra. Quintal López hallaron varios factores de machismo en la toma de decisiones que tienen que ver con la valentía, la cual orilla a incurrir en conductas de riesgo y no protegerse.

Con quienes se observó mayor apertura fueron los jóvenes, sobre todo los solteros quienes a veces, tras incurrir en relaciones de riesgo, regresan enfermos a sus comunidades, lo mismo con aquellos que tienen pareja o son casados y con familia en sus lugares de origen.

Se observó que ellos han tenido conductas de alto riesgo y al regresar a sus comunidades han tenido relaciones con sus esposas o parejas.

En los talleres que se impartieron a mujeres, estos fueron bien acogidos, se enfatizó y se concientizó sobre el cuidado de su salud y prevención del VIH. Muchas de ellas optaron incluso por acudir a realizarse la prueba de detección.

La plática con las mujeres se realizó en los centros de salud, donde se hizo una dinámica, luego se identificó quien era esposa de migrante, muchas mayahablantes, con ayuda de traductora, señalaron que eran monolingües, que sólo hablan maya.

Las personas conocen y han escuchado del VIH Sida, pero la información con la que cuentan es escasa y reducida, prevalecen muchos mitos de por medio, sobre todo discriminación y estigma en comunidades donde más de la mitad cree que el Sida se contagia con un piquete de mosco, muchos creen que lavando los genitales, antes y después de una relación sexual, es una manera de evitar contraer Sida.

Ante esas carencias de información y la marginación por parte de la Secretaría de Salud, se editó un manual para prevención del Sida en las comunidades marginadas y en el cual participó la Dra. Ligia Vera.

Las mujeres de migrantes se quedan en pueblo y van al centro de salud, pero los hombres que migran en circuito regional no tienen tiempo y manera de acudir a un centro de salud, sobre todo por los horarios que tienen, y cuando regresan para el fin de semana el centro de salud se encuentra cerrado.

La Dra. Quintal López mencionó que antes Cancún era polo de atracción, pero ahora Mérida es polo de atracción ante el crecimiento económico e inmobiliario.

Los centros de salud son atendidos por gente de fuera, sobre todo de Mérida, hay vacío de información, no se sabe a qué hora se les informará, muchas veces se queda con datos que obtuvieron en la escuela secundaria y, entonces, la necesidad de generar programas de atención a modo, en el cual no sea el migrante que vaya al centro de salud, sino que el centro salud vaya a la construcción o centro de trabajo cuando se trata de migración regional.

Otro factor adverso es que en los centros de trabajo los horarios y la carga de laboral es un obstáculo, no hay tiempo suficiente para informar y concientizar.

En este contexto no se había hecho un trabajo entre mujeres esposas de migrantes y sus riesgos y es que ellas son las que mayor riesgo corren, hizo ver la conferencista.

Otro factor es que en las escuelas rurales, sea secundaria o primaria, se habla poco o nada del Sida, no hay educación sobre el tema, en forma y completa, egresan con muy poca información.

Las mujeres viven situaciones de vulnerabilidad, ellas viven relaciones de pareja con violencia, mujeres con baja escolaridad.

Los hombres, a pesar de no estar físicamente, su presencia es por medio de sus familiares, las mujeres son vigiladas y eso es un factor que se detectó en la investigación de campo, en ellas no había percepción de riesgo, no hacían nada para tomar medidas, y en los talleres se trabajó para que desarrollen esa perspectiva para que se cuiden y prevengan, agregó la Dra. Quintal López.

(José Manrique)