Yucatán

VALLADOLID, Yucatán, 20 de septiembre.- Con más de 35 años dedicados a trabajar el cuero y la piel, el Sr. Pedro Pisté Díaz —zapatero por 3ª generación y sus hijos que también gustan de la zapatería (serán la 4ª generación)— dijo que su abuelo Pedro Pisté fue uno de los iniciadores de la zapatería en esta ciudad y los papas de ellos lo continuaron hasta llegar a ellos que les tocó también trabajar en este oficio, y lucha por sobrevivir entre las innovaciones de las fábricas de zapatos y sandalias.

“El dinero se ha devaluado mucho, ahora no vale, antes podías comprar mucho con ello, ahora ya no, rápidamente se te gasta. Nosotros, los zapateros que quedamos en esta ciudad, trabajamos el cuero y la piel 100% natural, no la mezclamos con lo sintético o con plástico, por eso aprecian nuestro trabajo hasta visitantes que llegan a esta ciudad, pues dicen que en otros lugares casi no se trabaja el cuero y la piel sino material sintético.

“Afortunadamente la gente de los pueblos todavía nos siguen comprando sus zapatos para el campo, como son alpargatas o las botas para evitar la mordedura de serpientes que abundan en los montes de esta región; en épocas pasadas, en los tiempos del chicle, los chicleros nos compraban muchos accesorios para extraer el chicle en las montañas, como monturas para caballos, botas, bolsas para juntar el chicle de la mata del chicozapote en las montañas.

Cuando llegaban los chicleros con bastante dinero compraban muchas cosas que nosotros elaboramos, era la época del “oro blanco”, el chicle, que era una gran derrama económica en nuestra región; asimismo la agricultura tuvo su momento, el trabajo de la tierra que también nos consumían nuestras prendas que elaborábamos, fueron buenos tiempos que no volverán, sin embargo, como se menciona al principio, todavía nos consumen los campesinos gran parte de lo que hacemos.

“Para la nueva generación hacemos huaraches, sandalias, cinturones, bolsas de manos, bultos y una gran variedad en artesanías de piel y cuero. A Dios gracias, el trabajo todavía hay, sólo es cuestión de ponerse a trabajar desde que amanece, la talabartería y zapatería están todavía “vivas” y seguirán con nuestros hijos y nietos que serán los zapateros y talabarteros del mañana”. finalizó diciendo.

(Manuel Vázquez Rivero)