Yucatán

El teléfono, dispositivo imprescindible en nuestras vidas

Pilar Faller Menéndez ¿Quién lo inventó realmente?

Hoy en día, el teléfono celular es un “gadget” (dispositivo que tiene un propósito y una función específica, generalmente de pequeñas proporciones, práctico y novedoso), del que muchos no pueden prescindir, ni despegarse del mismo, se ha vuelto prácticamente una extensión del cuerpo.

La generación de los millenians, probablemente no conocieron aquellos teléfonos fijos en las paredes, los cuales eran pesados y de color negro, muy semejantes al que inventó en el año de 1876 Antonio Meucci, aunque la historia le ha dado el mérito a Alexander Graham Bell, ya que él fue quien lo patentó, pero no lo inventó.

Antonio Meucci fue un gran visionario y fue quien aportó al mundo este aparato tan necesario en la vida. En primera instancia fue bautizado como teletrófono y durante mucho tiempo fue considerado su inventor. Sin embargo, el 14 de enero de 1876 el Congreso de los Estados Unidos reconoció, mediante la resolución 269, a Antonio Meucci como el inventor del teléfono.

El primer aparato estaba conformado por dos circuitos funcionando juntos: el circuito de conversación que era la parte analógica, y el circuito de marcación que se encargaba de la marcación y de la llamada.

Por alguna razón la primera conversación que se llevó a cabo a través de este maravilloso invento se hizo el 7 de marzo de 1876, en el laboratorio de Graham Bell, y la protagonizaron Bell y el que era su ayudante, Thomas A. Watson. Desgraciadamente, esa llamada no pudo ser grabada para tener un testimonio para la posteridad, pero en su diario Bell, como buen científico, dejó todos los progresos que hizo con el teléfono apuntados en su diario, en el que escribió lo siguiente: “Entonces grité por la boquilla la siguiente frase: ‘Sr. Watson –venga–quiero verle’. Para mi deleite, vino y me declaró que había oído y entendido lo que había dicho. Le pedí que me repitiera las palabras. Contestó: ‘Ha dicho ‘Sr. Watson, venga, quiero verle’. Entonces, cambiamos de lugares y escuché por el altavoz mientras que el Sr. Watson leía un pasaje de un libro por la boquilla.” Estas breves frases, fueron las que marcaron un antes y un después para la tecnología, que hoy ha transformado este aparato en algo que alguna vez creímos imposible de lograr.

Cabe recalcar que el padre, el abuelo y el hermano de Bell colaboraron con el trabajo de fonación y locución, ya que su madre y esposa eran sordas, motivo por el cual Bell se interesó tanto en las investigaciones relacionadas sobre la escucha y habla, así como en los experimentos relacionados con los aparatos para el oído.

El Museo Nacional de Historia Americana, tras 130 años, ha conseguido recuperar algunas grabaciones de conversaciones telefónicas, realizadas pocos años después de que el invento fuera dado a conocer, mediante un disco que fue sometido a un proceso que permitió la grabación y la que se cree que fue la voz de Alexander Graham Bell.