Monseñor Gustavo Rodríguez Vega, Arzobispo de Yucatán, dijo ayer que no solo por la obra de caridad en sí misma, sino porque es una impresión muy mala que se llevan los turistas al ver gente durmiendo en la calle, es muy importante atender a los indigentes, pero porque se lo merecen, porque son seres humanos, y ojalá que pronto podamos contar con un lugar especial para las mujeres indigentes, ya que no se les puede tener en las instalaciones de El Buen Samaritano.
Lo dijo en relación con la nota de Rafael Gómez Chi publicada ayer en las páginas 14 y 15 de esta sección de “La Ciudad” de POR ESTO!, en la que el cronista señala que según la opinión de quienes conocen el problema hay alrededor de 800 personas “en situación de calle” o indigentes, y que solamente El Buen Samaritano, organización civil encabezada por doña Libia Esther Novelo Domínguez, quien es a la vez la presidenta del Patronato de Cottolengo, se ocupa de ellas.
Asienta también que hace pocos años, con el apoyo del Ayuntamiento encabezado por Renán Barrera Concha, del padre Raúl Ignacio Kemp Lozano, de la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, del hoy Arzobispo Emérito Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, y de varios otros bienhechores se construyeron las instalaciones de El Buen Samaritano, que diariamente recibe en promedio a 30 indigentes, pero no recibe a mujeres.
Debido a eso le comentamos al Arzobispo:
-También se menciona en la nota de POR ESTO! el hecho de que las mujeres indigentes no tienen un lugar en El Buen Samaritano...
-Ajá, bueno, se pensó en ese lugar, pero todavía nos faltaría crear un lugar especial para las mujeres, porque no es posible tenerlos juntos. En un principio se pensó pero no fue posible. Hay que crear un lugar para mujeres indigentes.
Una reportera le preguntó:
-Señor Arzobispo, doña Lidia ha dicho que tienen un proyecto de edificar otro albergue igual al de El Buen Samaritano para las mujeres, y que están buscando la ayuda del Ayuntamiento, ¿Cree usted que se pueda concretar este año?
-Tratándose de dinero nunca podemos tener fecha, pero sí fuera, gracias a Dios, yo creo que contaríamos con el apoyo del municipio, porque es una obra importante para Mérida.
-Y así se dignificaría la vida de los indigentes, ¿verdad?
-Claro, claro, hay que tener por lo menos ese espacio, si no a tiempo completo, por lo menos que sirva en la noche para refugiarse, para poder descansar, poder comer algo bien, y que todos lo aceptaran, porque no todos lo aceptan. Sin embargo, yo creo que hay mucha gente queriendo hacer algo por los indigentes,. A veces es difícil ubicarlos, localizarlos, la misma obra de El Buen Samaritano, no todos quieren ir allá, donde se les ofrece la posibilidad de cenar, de tomar un baño, de tener ropa limpia, de descansar, pero no todos quieren ir. Entonces también se requiere un poco de disponibilidad de parte de ellos.
Tenemos otra obra para los pobres que está en el sur de la ciudad. Las Misioneras de Cristo Resucitado tienen enfermos que no tienen quien los atienda. No es para que estén en un hospital, pero sí es para que estén en recuperación. Ellos también necesitan ayuda, por eso es un lugar importante. Y finalmente, regresando al asunto de los indigentes, ojala que pudiéramos ubicarlos y atenderlos, pero también depende de ellos el dejarse ayudar.
(Roberto López Méndez)