La dermatitis atópica (AD), también conocida como eccema atópico, es una enfermedad de la piel caracterizada por inflamación crónica no contagiosa, que se manifiesta con lesiones rojas y escamosas que generan ardor y/o comezón, informó Ana Teresa Infante Vargas, especialista en Dermatología del Seguro Social en Yucatán.
La palabra “atópica” hace referencia a que esta dermatitis se produce por una sensibilidad aumentada de la piel a diferentes sustancias del medio externo (materiales sintéticos, cremas, perfumes, alimentos, etcétera).
Muchas de las personas que la padecen tienen alguna alteración en los genes que se relaciona con la humectación de la piel, y presentan mayor riesgo de tener otras alergias como rinitis y/o asma; además, la mayoría de los casos son hereditarios, ya que es frecuente que varios miembros de la familia la presenten.
La dermatóloga del IMSS indicó que la dermatitis atópica afecta tanto a niños (con una frecuencia aproximada del 25 por ciento) como adultos (de dos a tres por ciento), tiene periodos de mejoría y de empeoramiento, esto depende de los cuidados que se tengan y del cumplimiento del tratamiento que la o el especialista señale.
En lactantes y niños, la erupción por lo general se observa en cuero cabelludo, rodillas, codos y mejillas. En los adultos, puede presentarse en pliegues de muñecas, codos, rodillas, tobillos, rostro y cuello.
Seca y sensible
El gen más estudiado y relacionado con esta dermatitis es el de la filagrina, componente de la piel que hace que tenga una estructura normal y esté hidratada de forma natural, en la dermatitis atópica este componente está alterado, motivo por el cual la piel es más seca y sensible.
El rascado puede generar heridas, costras y cicatrices, en algunos casos incluso llegar a la infección por bacterias y engrosamiento de la piel, por lo que se recomienda que siempre permanezca bien humectada.
Durante los brotes, es importante consultar con la o el especialista, ya que de ser necesario puede recetarle cremas especializadas que deben usarse por un tiempo determinado indicado por el médico.
Al bañarse las y los pacientes con dermatitis atópica deben hacerlo por periodos cortos y con agua tibia: si la piel está expuesta al agua por un tiempo prolongado se deshidratará y aumentará la comezón e inflamación.
El paciente debe evitar productos, sustancias, alimentos o tejidos que pueden predisponerle a sufrir un nuevo brote. Algunos alimentos ricos en histamina (fresas, frutos secos, mariscos) podrían desencadenar un brote. Ciertos tejidos, como la lana; un ambiente seco y caluroso también pueden provocar un episodio o exacerbar uno ya existente, finalizó la especialista.