El operativo “antihuachicol” que tuvo lugar anteayer en una bodega ubicada en la carretera Mérida-Tixkokob, ocurrió cuatro días después de que el Ejército comenzó a revisar la operación de la Terminal de Almacenamiento y Reparto en Progreso (TAR), donde, como en otras partes del país, se roban miles de litros de combustible que salen en pipas con destino a gasolineras que operan en Mérida y en otros puntos del Estado.
La repentina intervención de las Fuerzas Armadas puso nerviosos a los funcionarios de Pemex y a los empresarios que compran gasolina robada a precios irrisorios, quienes montaron el citado operativo con el fin de justificar los faltantes detectados en la TAR, lo que en el argot del medio se conoce como “cuadrar inventarios”.
A nivel nacional, el Ejecutivo Federal ha cerrado los ductos para evitar el robo de combustible por los huachicoleros y también investiga a personal de Pemex involucrado en este ilícito. Asimismo, la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda informó que investiga a 114 empresas y sujetos vinculados con probables irregularidades financieras, producto del robo de combustible. Además, bloqueó las cuentas de 37 personas morales por comercio ilegal de hidrocarburos.
El Ejército no había intervenido en revisiones en la TAR de Progreso ni en la Terminal de Hidrocarburos en el Puerto de Altura.
De acuerdo con la información recabada entre fuentes del sector energético, el Ejército entró a Pemex el sábado, pero los efectivos no se quedaron allí de manera permanente, sino que hacen revisiones por intervalos.
“Cuadrar inventarios”
Información recabada por el Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía indica que el operativo del miércoles por la tarde fue “un pantallazo y distractor” de lo que en realidad se roban en la TAR de Pemex o en las barcazas que traen el combustible, pues el propósito es echar la culpa al huachicol para poder “cuadrar” inventarios.
El operativo del miércoles en la carretera a Tixkokob, donde se aseguraron varios bidones con menos de cuatro mil litros, no es nada, comparado con las pipas que salen de la TAR y abastecen de manera irregular a varias gasolineras.
“Lo de ayer fue una gran farsa. Es un dedazo para cuadrar inventarios, porque el Ejército ya está en Pemex de Yucatán, ya están revisando todo. El problema mayor, el sangrado a Pemex, es con pipas, no con bidones. El operativo es una distracción para que cuadren los inventarios porque el Ejército ya está adentro y por eso han subido las ventas de 20 a 30 por ciento”, dijeron fuentes del sector.
A dónde va a parar
El Diario de la Dignidad, Identidad y Soberanía publicó el 1 de enero de este año que en los últimos 10 años en Yucatán se han abierto 100 nuevas gasolinerías, lo que significa un crecimiento de 67 por ciento. La Entidad cuenta con un total de 250 expendios.
Con base en datos de fuentes del sector energético y la información pública de los gasolineros, los principales grupos que operan en el Estado son 3: La Gas (de Grupo Lodemo), G500 (al que pertenece Megasur) y Fullgas, juntos suman 90 gasolinerías en Yucatán, esto es el 30 por ciento del total.
Hace 10 años, recordaron las fuentes consultadas, había en el Estado 150 gasolinerías y entre el sector se sabía el nombre del propietario. Cinco años más tarde ya habían surgido otros empresarios gasolineros; sin embargo, con la Reforma Energética ya fue imposible identificar a los propietarios.
Sólo uno de estos tres grupos es un negocio familiar, que va en la 3ª generación: La Gas de Grupo Lodemo, que opera 36 estaciones en el Estado y 51 en toda la Península de Yucatán.
Los otros dos grupos son sinergias de empresarios gasolineros de los últimos 5 años y hoy tienen prácticamente casi el mismo número de expendios que el negocio familiar de 3ª generación.
La información pública del Grupo G500 al que pertenece Megasur muestra que operan en el Estado 34 establecimientos.
En el caso de Full Gas operan 20 gasolinerías en Yucatán y 40 en total en la Península.
De acuerdo con las fuentes consultadas, el crecimiento en el número de gasolinerías en el Estado ha sido acelerado, pero el 70 por ciento de las gasolinerías son de empresarios individuales o negocios familiares que tienen de uno a 3 expendios, ya que es un negocio que requiere fuerte inversión.
Los datos recabados detallan que abrir una gasolinería significa una inversión promedio de 20 millones de pesos y, dependiendo de la capacidad, se requieren desde 6 pipas para almacenar.
Que se detenga
De acuerdo con información de los vecinos y trabajadores cercanos al lugar del operativo de anteayer, les tomó por sorpresa saber que había una bodega ilegal de gasolina, pues sólo veían entrar y salir del predio cajas de contenedores graneleros, donde se transporta el maíz o la soya.
El lugar permanecía custodiado por la policía estatal.
Don José aplaudió la acción, aunque dijo estar consciente que esa bodega seguramente significa apenas el 1 por ciento de lo que realmente se roban.
Recalcó que es necesaria la denuncia conjunta, que cada uno realice la labor de cuidarnos, de denunciar, de actuar y controlar la corrupción que inunda al país.
El predio en cuestión está frente a invernaderos de alta tecnología y de una gasolinería, y está rodeada de casas en construcción.
(Redacción / POR ESTO!)