Yucatán

La migración es una de las expresiones más dramáticas del fracaso del modelo económico neoliberal porque, por un lado, acumula pobreza y, por el otro, riqueza en extremo, manifestó ayer Ana Ortega Flores, Oficial de Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas en Honduras.

Al abrir ayer el ciclo de conferencias del encuentro “La Torre de Babel. La fiesta de la poesía, los lenguajes y la diversidad”, en el marco del Mérida Fest, la Dra. Ortega Flores dijo que las caravanas migratorias de Centroamérica han cobrado interés por la forma masiva como se han registrado, pero que lamentablemente es una práctica cotidiana que se da desde hace décadas.

—Es una forma de expresión de los migrantes en el que familias completas se arriesgan a emprender una ruta migratoria para huir de una realidad violenta para enfrentarse en Estados Unidos a situaciones de rechazo, racismo y explotación, afirmó durante su exposición en el Salón de Actos de la Escuela Modelo.

El sueño americano ya no existe

Señaló que desde su perspectiva, este fenómeno se puede ver como una nueva forma de protesta trasnacional e involucra países de tránsito y, por supuesto, el país de destino, ante un Estado (en este caso de Honduras) colapsado después del golpe de Estado del 2009 y que lejos de mejorar se ha profundizado con un colapso institucional.

—Creo que hay condiciones estructurales violentas que se mezclan con una violencia reciente e inseguridad ciudadana que hacen que la gente salga y yo diría que ya no es migración, sino una expulsión de población.

La gente ya no busca el sueño americano –aseveró–, porque ya se dio cuenta que no existe, huye de la pesadilla hondureña y es interesante porque están saliendo familias enteras de más de 10 miembros con niños pequeños y creo que eso dice mucho del estado de desesperación de la gente.

Sobre la política del gobierno de Donald Trump en este tema, señaló que es definitivamente lamentable y terrible y está claro que no se puede esperar que tenga un mínimo de empatía para con la gente, “es como pedirle peras al olmo”.

Sostuvo que las migraciones son consecuencia de un modelo económico fallido, es la economía extractiva que no deja nada en el país, después del golpe de Estado el país (Honduras) se ha puesto en manos del capital transnacional, pero eso no resuelve pobreza y la evidencia está ahí y se puede constatar.

—La política neoliberal, el neoliberalismo, lleva al máximo y deja todas las soluciones de la sociedad al mercado, lo cual no funciona, no es cierto, el mercado no es un redistribuidor de riqueza, al contrario, acumula pobreza en un lado y riqueza en otro extremo, apuntó.

Inhumano

Agregó que, con excepción de Costa Rica, en toda Centroamérica la migración es una de las expresiones más dramáticas del fracaso del modelo económico neoliberal, estableció.

Ortega Flores calificó de dramática la ruta migratoria que emprenden las familias porque es peligrosa y luego viene el rechazo de Estados Unidos, donde existe un racismo extremo y una explotación.

Hay que decirlo –continuó–, la categoría de migración ilegal es autoproducida por el sistema porque así explotan más a los migrantes; entonces, yo lo que creo es que el hecho que la gente se atreva a hacer esta ruta tan peligrosa y vivir en esas condiciones en Estados Unidos a cambio de un empleo es el colapso del sistema, porque finalmente no funciona el modelo en el país de origen, pero tampoco funciona en los demás, así que me parece que los peligros que enfrentan los migrantes, particularmente las mujeres, tienen una violencia diferenciada y me parece que es algo inhumano”.

Resaltó que los migrantes lo hacen en conjunto para enfrentar el peligro, ya que en grupo tienen más posibilidades de que se apliquen los derechos de los migrantes que hacerlo en forma aislada y, de esta forma, se hacen más visibles como ciudadanos.

Ana Ortega es doctora en Estudios Internacionales e Interculturales con orientación en sistemas políticos, cuenta con un máster europeo en migraciones, conflicto y cohesión social en la sociedad global por la Universidad Jesuita, Bilbao, y desde hace varios años investiga y trabaja el tema de la migración y los derechos humanos.

La profesional considera que la primera responsabilidad ante la migración la tiene el país de origen, por lo que no hay que buscar o estar esperando que otros, como Estados Unidos, tengan empatía con la gente.

(Rafael Mis Cobá)