Yucatán

Romeo Frías Bobadilla

En un abrir y cerrar de ojos

Si se le pregunta a un viejo habitante del puerto, quizá no recuerde quiénes fueron los verdaderos impulsores del mismo.

Claro, no lo recuerdan, pero si lo consultan en los periódicos del pasado o en libros escritos sobre Progreso, se encontrarán con que muchos hombres e instituciones, ya olvidadas, fueron los verdaderos constructores del Progreso que hoy disfrutamos.

Se podría hablar, con seguridad, de las instituciones comerciales y navieras y de los hombres en lo personal que dieron incluso la vida por este puerto.

De ellos ya nadie se acuerda, ni una mención siquiera en las pláticas y en los actos cívicos y ceremonias públicas, sólo se habla de políticos y de individuos que nunca hicieron algo meritorio por el puerto y que al contrario, lo dejaron en las peores condiciones.

Entre los hombres insignes se podría mencionar, por ejemplo, está un José Gabriel Escalante Lara, quien construyó gran parte del sistema portuario con una empresa que puso los primeros muelles, bodegas, líneas de plataformas, barcos, trenes de alijo y distribución de productos para ensanchar el sistema comercial.

Se podrá hablar de casas comerciales como la de Suárez y Crespo, se abrió una de las tiendas más surtidas de aquellos tiempos, que servía no sólo para abastecer la ciudad sino también a la capital del Estado por ser importador de artículos de todas partes del mundo.

No fallaríamos al referirnos en términos elegiosos a individuos (artesanos) como don Andrés Carbonell y don Enrique Aguado, quienes instalaron la primera planta eléctrica en Progreso y durante cerca de medio siglo proporcionaron energía eléctrica a todos los sectores, y de don José López y López, industrial, quien montó una fábrica de gaseosas que como la Pino de Mérida, dieron más fuerza económica a Yucatán con la distribución de sus productos.

En lo social y también en la explotación pesquera, no se podría olvidar en estos momentos, a don Miguel Uc Duarte, quien promovió las actividades sociales y culturales al través de la sociedad Unión Juvenil, así como también como precursor de la pesca con los cayucos y viveros que manejaba entonces.

Y entre las instituciones que pusieron gran parte del sistema comercial, naviero y operacional del puerto, está desde luego la Agencia Comercial que trabajó a su máximo en los primeros años del siglo pasado, para luego desaparecer por las transformaciones del tiempo.

Los hombres que dieron la pelea, como integrantes de la Agencia Comercial, es justo mencionarlos como las columnas del panorama impulsor del puerto, fueron Regino y David Morales, José Rosado, Bartolo Peraza, Amado Serrano, Frank Vallado, Adolfo Gutiérrez, Angel Romellón, José Vallado, Leopoldo García, Fernando Paullada, Alfredo Aguilar, José Meza, Juárez Serrano, Sabino López, Miguel Laviada, Raúl Fernández del Valle, Matías Aguiar Rosado y otros que se escapan de la memoria, que unieron esfuerzos para darle vida social y económica y un crédito a nuestro puerto que ha mantenido durante su existencia.