Yucatán

PROGRESO, Yucatán, 5 de enero.- Este seis de enero, fecha en que en México se celebra a las enfermeras, es válido mencionar a una ejemplar enfermera, ama de casa, esposa, madre que labora en la Unidad de Medicina Familiar del ISSSTE, y que el año pasado cumplió 50 años de servicio.

Se trata de Silvia Catalina del Socorro Peraza Cobos de Hernández, enfermera titulada perteneciente a la segunda generación de enfermeras de la UADY, con 50 años de servicio, fundadora de la Unidad de Medicina Familiar del ISSSTE de este puerto.

Prácticamente es la única de las enfermeras que ha cumplido 50 años de estar laborando en el sector salud de este municipio, quien explica que “Dios me dio una encomienda en mi vida y continuaré realizándola mientras me dé salud, debido que estoy convencida que esta es mi vocación de toda la vida”.

Doña Silvia, una dulce enfermera, nos comparte que tenía 16 años apenas, egresada de la segunda generación de la UADY de enfermeras, y que en aquellos años en este puerto, de donde es originaria, prácticamente no había enfermeras.

“El médico Héctor Ortegón Vela (+) me dio la oportunidad de trabajar en esta dependencia, donde prácticamente he pasado toda mi vida.

“Ser enfermera es primeramente sentir amor hacia el prójimo para que tu trabajo sea bueno, estar disponible todo el tiempo que sea necesario, porque en este trabajo no hay fechas ni horarios.

“En este oficio que elegimos, de ser asistentes de los médicos, trabajamos con el dolor humano, pero aun así tenemos que ser fuertes con los pacientes, darles consuelo en sus momentos de dolencia.

“He visto muchos niños venir al mundo, pero también he sido testigo de otros que se nos adelantado en el viaje sin retorno, como parte de mi trabajo para comprender lo que es nacer y también morir, que es parte del proceso de la vida.

“Realmente se hace un nudo en la garganta cuando tienes que dar malas noticias a los familiares de las personas, a pesar de los esfuerzos de los médicos, pues a veces llegan personas infartadas y la enfermera es quien da las noticias tristes a los familiares.

“Soy muy creyente en Dios, a quien le agradezco que me haya dado la oportunidad de ayudar a los pacientes que he tenido bajo mi cuidado a lo largo de mi carrera”, comentó.

“En esta carrera, a pesar de estar a punto de retirarme, que es algo que desde luego está en mi plan de vida, mientras Dios me de la fuerza seguiré en esta labor, porque es parte de mi vida el hecho de haber nacido para ayudar a mis semejantes en el dolor.

“Pero no son los años de servicio ni los diplomas, reconocimientos o estímulos económicos, porque todo esto se queda cuando partimos en el viaje sin retorno; hay algo que siempre te acompañará, que es la satisfacción de haber tenido el deber cumplido en la encomienda que Dios me ha encomendado”, concluyó.

Por su parte las jóvenes enfermeras Jaqueline Chim Yah, Angela Avila Venegas y Ana Hau Pech, de la nueva generación, dedicadas a la asistencia de los médicos, dieron a conocer que apenas están iniciando en esta profesión.

“Desde luego realizamos curaciones, inyectamos, realizamos pruebas de diabetes, y asistimos a los médicos en las labores que realizan.

“En la actualidad estamos conscientes que la vida ha cambiado. Ahora todo se basa en competencias laborales, donde a diario cada una se esfuerza por trabajar además de capacitarse para seguir adelante en esta profesión a la cual nos hemos dedicado, en el sector salud”, finalizaron.

(Julio Jiménez Mendoza)