La Hacienda Santa Gertrudis Copó ha tenido siempre como dueña a la familia Xacur y hoy en día solamente pretenden construir la barda perimetral del inmueble, a lo que se han opuesto los pobladores del lugar, quienes en fechas recientes sacaron con lujo de violencia a los vigilantes.
La apoderada legal de Inmobiliaria Abba, Claudia Guadalupe Farías Cid, expuso que esta empresa es la legítima dueña de la hacienda en cuestión, desde 1995, cuando la compró a Inmobiliaria Jaxael.
Entonces, cuando se realizó la compraventa, el señor Jacobo Xacur Eljure compareció como representante de Inmobiliaria Jaxael y el señor Abraham Xacur Achach aparece como presidente del Consejo de Administración de Inmobiliaria Abba, que hoy es la legítima dueña de la hacienda.
El lugar nunca estuvo habitado, aunque siempre ha habido vigilantes y sin mayores contratiempos, hasta que hace un año empezaron los conflictos debido a que al frente de la hacienda hay unas casitas donde vivían algunas personas dentro del mismo terreno de la hacienda.
“Pleito familiar”
A estas personas se les reubicó y, para ello, se les construyeron unas casas en un terreno en otro sitio en la misma comisaría y una de las familias aceptó ir a vivir a Ciudad Caucel, todo esto siempre con la intención de construir la barda perimetral, por lo que aclaró en este sentido que no hay ninguna intención de construir un fraccionamiento ni una sala de fiestas, nada de eso.
No obstante, algunas de las familias a las que se les había reubicado decidieron regresar a las casas que están dentro del terreno de la hacienda, luego de un pleito entre las mismas familias. Así, ocuparon las casas anteriores y se quedaron también en las casas que se les había reubicado.
Derivado de este conflicto por el propio pleito familiar, fue en mayo del año pasado cuando una turba de gente ingresó al terreno y con lujo de violencia sacó a los vigilantes. Por este caso existe ya una demanda penal y seis personas fueron vinculadas a proceso, entre ellas la comisaria Leidy Cocom, a quienes incluso se les han impuesto medidas cautelares y no se pueden acercar al inmueble.
Pero a pesar de ello, estos personajes siguen encabezado reuniones, incluso con gente de fuera que se han sumado, por lo que es claro, señaló, que detrás de todo este “movimiento” hay intereses que aún se desconocen.
Animadversión
Tan es así que en el pueblo, entre los habitantes, se ha generado una animadversión a la gente que viene de fuera, hacia los “riquillos”, y tan es así que en el poblado incluso se pueden ver carteles que advierten a cualquier persona que quiera comprar alguna propiedad, que debe tener la anuencia de los vecinos y les recomiendan “no adquieras problemas”.
Además, hay otras dos carpetas de investigación contra las personas que habitan las casas que están dentro del terreno de la hacienda, que son la familia Herrera Tec, por despojo, además de un expediente más de una demanda civil de interdicto.
Lo extraño del caso –comentó– es que, a pesar de ser gente de pueblo, supuestamente de escasos recursos, todos tienen abogados particulares, lo que muestra que hay alguien detrás de los vecinos que encabezan al pueblo.
Fue el pasado 24 de septiembre que un personaje, evidentemente de fuera, llegó al lugar confrontando a los vigilantes, acompañado de una mujer y casualmente también apareció un reportero que se dedica a azuzar a la población y a los vigilantes.
Ahora bien, dijo que en todo este lío los pobladores le desconectaron la energía eléctrica a la hacienda y con la intención de colocar una nueva instalación se puso una acometida, con una pequeña estructura que está al lado de un muro de la hacienda.
Sorprendentemente llegó al lugar un supuesto inspector del INAH, aunque lo hizo en una camioneta particular y colocó sellos de “obra irregular” en los muros de la hacienda, sin una notificación ni nada de por medio.
El INAH y la CFE
Lo que llama la atención es que, desde el 2010, la hacienda cuenta con un oficio de liberación emitido por el mismo INAH, firmada por el entonces encargado del despacho de la dependencia en Yucatán, David Aceves Romero.
Pero no sólo eso, sino que al día siguiente llegan inspectores de la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, quien intenta clausurar la entrada al lugar porque supuestamente se estaba construyendo, lo cual es una mentira, por lo que no hay obra alguna en camino, ni material de construcción, nada.
Además, también acusaron que la hacienda se estaba robando el terreno que corresponde a las torres de la CFE, por lo que se hizo presente también la paraestatal.
Con todo ello, insistió la abogada, se muestra que hay intereses detrás de este problema y que evidentemente están manipulando a los vecinos y pobladores de la Comisaría.
Tan es así que el pasado 3 de octubre reportan que hay un incendio en el terreno de la hacienda y “curiosamente” llegan al lugar el hombre de fuera que se vio el mes pasado y el reportero que se encarga de agitar a la gente, al cual la abogada identifica como Eduardo Lliteras.
Llaman a los bomberos a pesar de que no había humo, ni incendio, ni nada, pero al final entran los tragahumo y una comisión de pobladores. Se constata que no hay incendio y los pobladores se empiezan a dispersar, pero señaló que el reportero en cuestión se encarga de azuzar a la gente diciéndoles que defiendan sus derechos.
Así, de nueva cuenta una turba de gente entra a la hacienda y agrede a los ocho vigilantes que estaban en el lugar y los despojan de sus pertenencias y los sacan, con lujo de violencia e incluso los lesionan.
Por este hecho se han interpuesto también las denuncias correspondientes por robo y lesiones, y la abogada dijo que se continúa en trámites para los permisos y construir la barda perimetral de la hacienda, cuyo terreno tiene siete hectáreas.
Claudia Guadalupe Farías Cid destacó que es evidente que detrás de este conflicto hay intereses que están usando a la gente del pueblo, pues además de los sucesos ya mencionados incluso hay una página de internet denominada Santa Gertrudis Copó que transmite los sucesos en tiempo real.
La cuestión es que –dijo– sólo se quiere construir una barda perimetral en la hacienda para proteger el inmueble y no hay nada de que se quiera construir un fraccionamiento, o sala de fiestas u otra construcción.
(David Rico)