La estructura de la casa maya se amarra, no se clava, y lo mismo se hace con el ruedo o tablado de los pueblos donde se presentan las corridas de toros, todo se hace de la misma forma y se amarra con la misma técnica con que se amarra la casa.
Pero también se consagra el espacio, se sacraliza con la siembra de la Ceiba o con la siembra de un poste. Y ante todo eso se crea hasta un dios para lo que son las corridas, para la protección del ganado, que se llama Huay Tul.
Eso relató ayer el Dr. Aurelio Sánchez Suárez, coordinador de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la UADY, al ser entrevistado en la Facultad de Ciencias Antropológicas en el marco del Coloquio “Cultura Maya en nuestra Universidad”, donde presentó el documental “Es mi voluntad amarrar”.
Nos dijo también que, con este documental, está proponiendo que antes de hacer una prohibición hegemónica de las corridas de toros de los pueblos, es necesario hacer un diálogo intercultural que permita valorar su importancia verdadera, que se inscribe en las fiestas patronales y permite una circulación económica que beneficia a mucha gente.
Textualmente, señaló:
–El documental que vamos a presentar es producto de un proyecto de investigación que financió Ciencia Básica del Conacyt, donde analizamos la transferencia de los saberes para amarrar la casa y, específicamente, hay un documental que solamente es sobre la casa y este otro es sobre los tablados, que es la otra estructura de la que los mayas se apropiaron para poder hacer el ruedo, los tablados.
Corridas de toros
–¿Entonces no usan clavos?
–No. Lo que pasa es que tanto la casa como los tablados no se construyen, el verbo que se utiliza en maya es amarrar. Todo es amarrado. Es un concepto muy propio de la cultura maya el amarrar, porque hay muchas cosas que se amarran. Entonces los tablados son una apropiación, porque es una estructura que se hace para lo que es la corrida de toros.
–¿Desde cuándo se hacen las corridas de toros en Yucatán?
–Es una tradición que traen los españoles, pero que los mayas al apropiarla la resignifican con muchos otros elementos. Entonces le atribuyen algo en parte de lo que es la cosmovisión del pueblo maya, de la filosofía, en el sentido de que ya se amarra el tablado, pero también se consagra el espacio, se sacraliza con la siembra de la Ceiba o con la siembra de un poste. Y ante todo eso se crea hasta un dios para lo que son las corridas, para lo que es la protección del ganado, que es Huay Tul.
Entonces toda esta parte que se ve y que muchas veces no se entiende porque se ignora la cultura, nada más se ve la Ceiba, se ve el poste, es lo que tratamos de expresar en ese documental, que también aborda parte del sentir de los palqueros y de los pueblos ante estas propuestas de prohibir la corrida de toros, o de prohibir la entrada de los niños a las corridas de toros.
La prohibición hegemónica
Continúa el Dr. Aurelio:
–Entonces tratamos de crear un diálogo ante esta postura de una prohibición hegemónica sin tener un diálogo intercultural en donde se pueda decir: Bueno, qué es lo que estamos prohibiendo, qué es lo que la población considera como algo que no es vinculado hacia la tauromaquia, porque en realidad lo que se hace en las corridas de los pueblos no es tauromaquia, porque se hace una vez al año y está ligada a la fiesta patronal, y si no hay fiesta patronal no hay corrida, así de sencillo, mientras que la tauromaquia como tal tiene su temporada y es exclusivamente para generar ingresos para la economía de ciertas empresas. En cambio, en los pueblos, es la economía de la población que circula cuando se hace la fiesta patronal. La gente sale, vende, son los mismos del pueblo los que venden y los que llegan compran, entonces es una economía circulante que se queda ahí. Es una dinámica diferente y que está muy ligada hacia lo que es el templo, hacia lo que son los saberes constructivos, hacia lo que es el palquero que conoce los diferentes tipos de madera que tienen que utilizar para poder hacer una obra arquitectónica efímera, única en su tipo, que es el ruedo o tablado.
–Luego la desatan, ¿no?
–Sí. Y después todas las maderas se guardan, Las que no son maderas duras no van a durar para el próximo año, entonces esas maderas se reutilizan en otros aspectos. Este proceso de reutilización de los recursos es también lo que no se ha estudiado tanto, no se está viendo porque es un proceso que también contribuye a que muchos elementos del solar puedan renovarse con esta madera.
El caso de los circos
–Dr. Aurelio, esto de la prohibición hegemónica sin tener un diálogo intercultural contra las corridas de los pueblos que plantea usted, es como el caso de la imposición que se hizo a través de un partido político para sacar a los animales de los circos, supuestamente para protegerlos, pero no se les protegió, sino en muchos casos se les dejó morir y se mató también a los circos como fuente de empleo, de cultura y de entretenimiento, porque la gente, particularmente los niños, iban a conocer a los animales. Cuando se adoptó esa medida yo entrevisté a un antiguo dueño de circo que me decía: “Para nosotros los animales son como de nuestra familia. Si no los cuidamos se enferman y se mueren, y si pasa eso nosotros perdemos dinero. Es mentira que maltratemos a los animales: al contrario, los tratamos bien porque los llegamos a querer. Hasta lloramos si les pasa algo. Si el dueño de un perro, o de cualquier mascota, la quiere y la cuida sin que le proporcione más que compañía, mucho más nosotros que contamos con ellos para ganarnos la vida y no nos conviene que se enfermen, que se depriman, no queremos que les duela nada. Se les cuidaba como se hace con la familia, pero decidieron arbitrariamente quitarnos a los animales y mataron una fuente de empleos, una forma de diversión sana y de aprendizaje para los niños, y también mataron o dejaron morir a nuestros animales, cientos de animales. Eso sólo sucede en México, donde no se escucha al pueblo y donde las autoridades arbitrarias no tienen que rendir cuentas ante nadie”.
Que se abra el diálogo
–Sí, así es, porque al final de cuentas esa medida a lo que llevó es a la muerte. No salvaron a los animales. Entonces esas visiones hegemónicas que traen de la política, donde solamente tienen una visión y con ella aplican por parejo, por eso son hegemónicas, porque no les interesan todos los procesos culturales que se van dando en los diferentes escenarios, entonces es lo que está perjudicando: Eso es lo que traemos nosotros con ese documental para que se abra el diálogo. No es una postura en pro o en contra, es solamente recopilar lo que la población maya establece para poder ver. Y si escogimos estrictamente todo aquello que sea propio de la apropiación, elementos que no son propios de un proceso de apropiación, que no hayan sido resignificados por la cultura maya, no están incluidos, como lo es el torneo de lazo, eso no tiene nada que ver con las corridas de toros.
Empezaron con la conquista
–¿Cuántos años tienen las corridas de los pueblos?
–Pues las corridas empezaron con don Francisco de Montejo. Cuando llegó él trajo reses de lidia y la corrida solamente la hacían las autoridades. La gente del pueblo entraba a veces nada más para ahuyentar al toro cuando había peligro. No se sabe con exactitud la fecha en que esta tradición es apropiada, y deja de hacerse en la Plaza Grande, en la Plaza Mayor de Mérida, y pasa a los barrios y a los pueblos y a las haciendas. Entonces ahí se retoma y es cuando se da el proceso de apropiación y el pueblo maya le da un significado diferente. Entonces el dato más antiguo que yo he encontrado ahora es en el siglo XIX, en 1830, cuando John Stephens llega y hace recorridos y data las corridas de toros que hay, y precisamente la de San Cristóbal es una de las que describe y, como describe el ruedo, es el mismo ruedo que vemos ahora. O sea que estamos hablando de que ya varios siglos tuvo ese proceso de apropiación, y que los mayas agarraron el sistema constructivo de la casa, la estructura de la casa, para reproducirla y crear una estructura diferente a las otras.
Estructura arquitectónica única
–¿La estructura de la casa maya es amarrada como el ruedo?
–Amarrada y con los horcones, igualito. De hecho tienen los mismos nombres las maderas con las que se utilizan ahí. Entonces ellos diseñaron una estructura arquitectónica única, porque la otra que se le asemeja es la petatera, que es en Colima, pero esa utiliza gradas y lo único diferente es que le ponen petates. Pero aquí no, toda la concepción de los palcos es muy propia de acá. Y es mucho más fresco que una plaza de toros, mucho más seguro para desalojar, porque ya ve que ahora a los toros les gusta subirse a las gradas, y eso aquí no puede pasar, y muy bien amarrado, un tablado no se cae y te puede albergar. Los más grandes como el de Tizimín, como el de Panabá, como el de Hecelchakán en Campeche, como en Calkiní, te pueden albergar como 5 mil espectadores. Son muy grandes.
Se pierde el saber y la naturaleza
–Lo que yo he visto es que a veces se caen, ha habido accidentes.
–Ha habido accidentes porque en algunos pueblos ya no son todos palqueros. A veces hay personas que dicen: “Yo quiero agarrar un palco”, pero no saben ya, se ha estado perdiendo ese saber, porque también ya no se tiene la naturaleza. Se requiere del escenario del monte para poder saber qué maderas se van a usar.
–¿Y con qué amarran?
–Con sogas de sosquil o sintéticas, pero se sigue amarrando.
De plazas cuadradas a los ruedos
–Y en el caso de los españoles, ¿cómo era su ruedo?
–Lo que hacían es que en la plaza del pueblo, porque la plaza era diáfana, no había nada construido, entonces cerraban las esquinas, construían allá tablados de madera, cerraban, y ese era el ruedo, por eso es que era la plaza de toros, porque se hacía en la plaza.
–¿Después las construyeron de mampostería?
–Sí, ya después hicieron construcciones ex profeso para eso, entonces se salieron, se hicieron ya circulares como los circos romanos.
–¿Entonces antes eran cuadradas?
–Sí, pues era la plaza grande.
–¿Y le ponían gradas?
–Pues en los balcones de las casas que estaban en torno a la plaza allá es donde estaban, y en las esquinas sí construían palcos. Pero cuando empezaban ya a construir elementos en las plazas ya no se pudo hacer ahí, y es cuando se empiezan a apropiar en los barrios y en los pueblos.
Huay Tul es real
–¿Y Huay Tul, es un personaje muy interesante, ¿no?
–Sí, porque es un dios mestizo, que es creado ya cuando llegaron los españoles. Para los pueblos es muy real la presencia de Huay Tul que anda por los caminos. Y si para ellos es real, pues es real. Aunque nosotros no creamos, es algo real.
(Roberto López Méndez)