Yucatán

Herencia colonial impide percibir riqueza de la diversidad lingüística

El Dr. José Antonio Flores Farfán, coordinador del Acervo Digital de Lenguas Indígenas del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, dependiente de CONACYT, dijo ayer que la falta de respeto suficiente a la diversidad lingüística es una herencia colonial.

Y agregó:

-La discriminación, el racismo, el colonialismo y el neocolonialismo que heredamos, y que todavía está vigente desafortunadamente en este y en muchos otros países, no nos permite ver la gran riqueza, la gran maravilla que tenemos en este país y en otros tantos con respecto a nuestra diversidad lingüística, que es diversidad cultural directamente.

-¿Esa discriminación tiene que ver con ignorancia, con mala fe o con qué?, preguntamos.

-Con muchas cosas, con todo eso y más, con muchas inercias que heredamos desde la colonia y que se vienen reproduciendo, con relaciones de explotación, con relaciones de poder, y que se traducen en racismo y discriminación, desafortunadamente, y en la falta de comprensión de la verdadera naturaleza y el valor que tiene esta diversidad. Las lenguas son realmente una manera de acercarse a un mundo complejo, completo y muy rico, eso es lo que representa la diversidad lingüística.

-¿Han desaparecido lenguas en México y hay otras en peligro de desaparecer?

-.Sí, por supuesto. Según en Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, hay alrededor de 20 lenguas en alto riesgo, lenguas de las que quedan 2 o 3 hablantes. En la península de Yucatán el maya yucateco se valora con cierta viabilidad hacia el futuro, una lengua bastante vital, sobre todo comparada con otras lenguas de la península de Baja California, como el kilihua, el kukapá, las lenguas de la familia yumana, esas lenguas donde quedan en caso del mayor número de hablantes, el kukapá, donde solo hay 250 hablantes, y hay gente que acaba ya de fallecer, y que quedan uno o dos hablantes, lo que llamamos los últimos hablantes de una lengua.

-Dr. Flores Farfán, aquí en Yucatán hay un lenguaje de los sacerdotes mayas, que no es el maya normal, sino le llaman el maya real. Pero se habla poco de eso.

-Bueno, hay algunas publicaciones sobre ese tema, quizá no suficientemente conocidas por el gran público, que eso sería un desafío importante: cómo traducir el concierto académico y con eso sensibilizar a la población en general del valor que tienen estas comunidades y estos sabios indígenas, estos grandes curadores, estos grandes “jmenes”, que son herederos de todo ese conocimiento ancestral, y que tienen mucho que ofrecernos como sociedad, para la medicina, por ejemplo. Muchas veces en los pueblos indígenas y en sus lenguas están cifrados ya conocimientos que la medicina occidental todavía no atisba a entender.

-Por ejemplo, el mismo sonido de las palabras a veces es curativo, y ellos lo conocen a profundidad.

-Es la sanación, la lengua y la música como formas de sanación. Está por ejemplo el hip hop y lo que estamos tratando de promover con estos movimientos musicales, como el hip hop, el rap, el reggae y otros géneros. Intentan precisamente reivindicar las lenguas desde el arte, desde las expresiones más profundas de estas lenguas, como su sonoridad, precisamente su valor sanador para todos, y hacer algo que nos unifique a todos y que nos permita entender el valor de esta gran riqueza lingüística y cultural que tenemos en nuestro país.

Tesoros de la humanidad

-¿Qué podemos hacer para que estas lenguas sean revaloradas, que no se pierdan?

-Creo que podemos hacer muchas cosas: ustedes como periodistas pueden darle mucha visibilidad a estas lenguas, a sus formas de conservar, de crear y recrear el mundo a través de las lenguas, porque las lenguas finalmente son saberes cifrados de una cosmovisión muy antigua, de un conocimiento muy profundo. Realmente son tesoros de la humanidad. Entonces hacerle ver eso a la sociedad, que tenemos mucho que aprender, creo que es una labor de todos, y desde luego la prensa nos abre esa ventana, ese espacio de oportunidad. Conocer lo que tenemos. Muchas veces lo tenemos tan cerca que no lo valoramos. El hablar español yucateco por ejemplo es hablar maya. Y no nos percatamos de eso: la fisonomía de nuestro español acá es absolutamente una ventana a la manera de hablar el yucateco, el maya yucateco.

Eso es muy interesante porque hay muchas maneras de oírlo. Y creo que una es esta: es una manera de respetarnos, de valorarnos, y de hacer comunidad a través de causas que son muy importantes. Si perdemos eso nos perdemos todo.

Hablantes valen mucho

-¿Una recomendación para la gente que habla maya pero que le da vergüenza hablarlo en público? ¿Qué se les puede decir a ellos?

-Yo diría que una de las cosas que hay que decirles es que ellos valen mucho, que son gente muy valiosa, y que sus lenguas son unas maravillas, que no hay que abandonar porque si perdemos eso perdemos nuestra identidad más profunda. Y también hay que decirles que ellos hablan dos lenguas, los monolingües son los que tienen las limitaciones, no ellos, ellos son bilingües. Y el hablar una lengua amerindia o cualquier otra lengua, nos habilita a abrirnos a otros mundos, nuestra cognición se vuelve más amplia, nuestro cerebro se vuelve más ágil. Hablar lenguas es una manera de volverse más tolerante, de volverse más abierto al mundo, una manera de acercarse a conocimientos, a múltiples manifestaciones; entonces realmente hay que dejar eso atrás eso de que ser bilingüe es un problema. Ser bilingüe es un recurso, es una oportunidad.

Consultora de la Unesco

El Dr. José Antonio Flores Farfán es también representante de una entidad que se llama Linguapax, dedicada a defender y promover alrededor del mundo el respeto a la diversidad lingüística en un marco de la paz. Linguapax es una consultora de la UNESCO.

(Roberto López Méndez)