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Termina el 26 de septiembre con sismo y microsismo: día de intensa actividad

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Una vez más, decenas de mujeres arropadas por diferentes colectivos y asociaciones civiles defensoras de sus derechos salieron a las calles a manifestarse contra la violencia, el machismo, así como contra jueces y magistrados que dejan en libertad a agresores y a quienes atentan contra la vida e integridad física de muchas de ellas.

En esta ocasión, las manifestantes estuvieron varias horas en la Plaza Principal donde realizaron el performance feminista “Un violador en tu camino”. Adaptado con ropa regional, como vestimenta sugerida, esta intervención es un eco de la versión chilena ejecutada con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, efectuado el pasado lunes, 25 de noviembre.

A pesar de que se hizo un llamado a llevar ropa regional sólo unas cuantas, cuando mucho cuatro mujeres, llevaron ropa regional o lo más parecido a eso, así como decenas de ellas con playeras negras y los típicos pañuelos negros, paliacates verdes e incluso algunas con pasamontañas que comenzaron a congregarse desde las cuatro de la tarde frente al Pasaje Picheta.

Primero fueron algunos ensayos de las consignas que más tarde corearían luego frente al Palacio de Gobierno.

No obstante el llamado a llevar silbatos, pocas respondieron a esa convocatoria, bastaba sus gargantas y los garrafones de agua purificada vacíos para hacerse escuchar.

En esta ocasión no marcharon, solamente se concentraron en un plantón frente a la sede del Ejecutivo, donde se pudo observar que al movimiento se sumaron varios hombres, algunos de ellos estuvieron en la marcha del pasado 25 amenazando a los ciudadanos que grababan con sus celulares.

A distancia

En esta ocasión varios de ellos mantuvieron cierta distancia durante algunas horas, otros se sumaron al movimiento cooperando en elaborar cartulinas con diversas consignas, sin que pudieran faltar las de tinte político.

Durante las horas que duró la manifestación, en la cual los representantes de medios de comunicación no fueron agredidos verbalmente, las manifestantes se centraron en corear varios estribillos.

“Estado opresor, es un macho violador, el violador eres tú”, así como consignas contra la policía estatal por la detención de seis mujeres que fueron sorprendidas llevando objetos peligrosos y botes de pintura aerosol, los cuales utilizarían para grafitear y realizar pintas en monumentos históricos, como ocurrió en el Parque de la Madre hace algunos meses.

“La policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, coreaban las feministas, al grado que dirigían la mirada a los elementos de la SSP y la Policía Municipal que acudieron a vigilar el evento.

Poco después de las cinco de la tarde, del grupo ya más numeroso, unas cien mujeres salieron de la Plaza Principal y se colocaron frente a Palacio de Gobierno sobre la calle 61.

La circulación vehicular fue cerrada por espacio de 45 minutos, en lo que duró el plantón frente a la sede del Ejecutivo estatal.

Ahí las inconformes leyeron un manifiesto en el que se pronunciaron por mayores espacios artísticos a las mujeres, justicia a aquellas mujeres que han interpuesto denuncias penales contra agresores, así como toda clase de señalamientos contra la policía, la mayoría inverosímiles.

Tampoco faltaron las descalificaciones contra algunos medios de comunicación, a los cuales tildaron de amarillistas, sensacionalistas, de mentirosos, sobre todo aquellos electrónicos.

Negativa

A las inconformes se les solicitó una copia del manifiesto a fin de que sus peticiones fueran transcritas de manera íntegra, pero se negaron, fue un no rotundo y su postura fue clara, nada con los medios informativos, en pocas palabras un divorcio.

Como se recordará, durante la marcha del 25 de noviembre, varios reporteros fueron agredidos por las manifestantes mientras daban cobertura a los hechos, a pesar de mantener una distancia prudente de la horda feminista, cuyas filas eran rotas por algunas mujeres para abalanzarse contra los comunicadores.

De esos hechos, no mencionaron nada las feministas en su manifestación de ayer.

En esta ocasión, la intervención de varios hombres fue más que evidente, cobijados por colectivos diversos, sobre todo al momento de la lectura del manifiesto, quienes se sumaron al movimiento.

Mientras tanto, la SSP montó un cerco en los alrededores de la S.I. Catedral, la Casa de Montejo y parte del atrio catedralicio y en las inmediaciones de Palacio de Gobierno.

A poca distancia, sobre la calle 66 A había varias camionetas de la SSP con personal femenil.

Al concluir la lectura de su manifiesto, en el cual se pronunciaron en forma despectiva al Monumento a la Maternidad y lo que representa, así como otras infraestructuras simbólicas, las mujeres permanecieron sentadas sobre la calle 61.

Cuando se disponían a retornar a la plaza grande, una de las participantes comenzó a agredir verbalmente a una mujer policía.

Aquella oficial se mantuvo en silencio, escuchando las ofensas que le profería otra mujer; en eso intervino una señora de aproximadamente 70 años pidiendo a la joven que no ofendiera de esa manera a la mujer policía, ya que ella estaba cumpliendo su deber, trabajando para llevarle el pan a sus hijos.

La manifestante negó los hechos, pero a final de cuentas comenzó a increpar a aquella dama de la tercera edad y a los pocos instantes se le sumaron otras manifestantes más para alzarle la voz a aquella mujer, cuyo único pecado fue sugerir que no le falten al respeto a una mujer policía que cumplía con su deber.

Luego todas las participantes, retornaron a la Plaza Principal y ahí de nueva cuenta leyeron su manifiesto, para luego participar en varios cantos.

Finalmente realizaron el performance “un violador en mi camino”, en el que participaron varios colectivos.

En una de las escenas recrearon las pintas que realizaron al monumento a la Maternidad, llenando de pintura líquida, el cuerpo de una de las participantes.

Al término, varias de ellas limpiaron la explanada central con agua y cloro.

Tras concluir la actividad, permanecieron varios grupos de ellas dispersas por toda la Plaza Grande.

(José Manrique)

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