Yucatán

Solicitan audiencia al titular del IMSS para presentar caso de derechohabiente yucateco

Ciudad de México, a 27 de noviembre de 2019.

C. LIC. ZOÉ ROBLEDO ABURTO

Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)

P r e s e n t e

Por este conducto, los suscritos, desesperados por la imposibilidad real de tener acceso a alguna autoridad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que tenga facultades para tomar decisiones y resolver, con todo respeto, solicitamos una entrevista con usted, para que conozca el caso del profesor Andrés Rubio Zaldívar, que representa un caso ejemplar de lo que le sucede cotidianamente en este Instituto a la población enferma.

Ante la contumaz indiferencia por parte del IMSS, Yucatán, hace tres meses, nos vimos obligados a presentar una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos denunciando la flagrante violación de su derecho humano a la salud y que puede constituir un asunto de responsabilidad profesional e institucional. La queja fue reconocida y admitida por la H. Comisión y dirigida al anterior Delegado de IMSS Yucatán, Dr. Pedro Armando Marín Campo.

Al profesor se le planteó una remota posibilidad de cirugía para finales del mes de enero, pero condicionada a que existan los materiales que no tienen porque “no hay dinero”. Con motivo de tanta incertidumbre, dispersión y falta de precisión, solicitamos al Dr. Carlos Felipe Sarzo nos hicieran el favor de proporcionarnos, por escrito, los diagnósticos, procedimientos o tratamientos y pronóstico de sus padecimientos, que hasta ahora no son claros, con base al derecho inherente de cualquier ciudadano a saber sobre su salud y curación. Nunca nos entregaron esta petición.

Por otro lado, también y con más o menos, el mismo grado de gravedad, el profesor, al no haber sido atendido y operado desde que es derechohabiente del IMSS, hace 10 años, padece de una casi nula visión por glaucoma, cataratas, retinitis y presbicia, que se suma al terrible cuadro y tampoco han podido operarlo.

El profesor Andrés Rubio Zaldívar, además de tener una trayectoria como sindicalista, académico, historiador reconocido y capaz y con maestría en derechos humanos, ha dedicado toda su vida a luchar por las mejores causas y a la defensa de los derechos humanos y es verdaderamente lamentable que ahora se encuentre en el abandono total por parte de la institución que debería velar por su salud y su vida.

Por lo dicho, solicitamos que a la brevedad posible, podamos tener una entrevista con el Lic. Zoé Robledo Aburto, Director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a fin de que el profesor Rubio pueda ser trasladado al Centro Médico Siglo XXI, y ser intervenido por un neurocirujano idóneo y competente, ya que se va acrecentando el sufrimiento por los dolores insoportables y el deterioro físico por la ingesta de analgésicos y relajantes fuertes, que tampoco controlan los médicos y el quebranto emocional por la pérdida de su movilidad y habilidades; además de que, la eventualidad de que la compresión sobre los nervios de la columna produzca lesión nerviosa irremediable y le provoque una parálisis total, y la pérdida de visión avance, colocan el caso del Profesor con carácter de urgente.

Estamos claros de que el C. Presidente Andrés Manuel López Obrador le ha confiado este noble encargo y que existe especial interés en la transformación de esta Institución, librándola de la burocracia y convirtiéndola en ejemplo de una medicina digna, en que la atención se otorgue con personal preparado, que se reciba trato digno y respetuoso, que el paciente pueda obtener información suficiente, clara, oportuna y veraz acerca del procedimiento, diagnóstico o del tratamiento ofrecido, de tal manera que tenga las condiciones para decidir libremente sobre su atención y las facilidades para obtener una segunda opinión, y todo esto en beneficio de la sociedad mexicana, fundamentalmente las más empobrecida, que es la que generalmente enferma.

Los datos del profesor Andrés Rubio Zaldívar: número de seguridad social 8467470007-9, agregado médico 6M1947PE, adscrito para recibir atención médica en la Unidad de Medicina Familiar número UMF-052 del IMSS; en la ciudad de Mérida, Yucatán, con domicilio del paciente en la calle 57 número 563, entre 72 y 74, barrio de Santiago, centro.

Adjuntamos a este escrito las dos cartas en que denunciamos ante la CNDH y una carta ante la prensa. Cabe mencionar que también se remitió carta a la Secretaría de la Función Pública y a la Contraloría Interna de IMSS, Yucatán.

Aludiendo al derecho de “disfrute del más alto nivel posible de salud y el derecho a la protección de la salud” que nos confiere nuestra Constitución mexicana, los abajo firmantes agradeceremos encarecidamente nos ofrezca la posibilidad de salvar a nuestro querido y valioso compañero y amigo y estamos a sus órdenes en el teléfono: 5577391831 de la C. compañera Lic Adriana Meza Velarde correo electrónico: paiochadri@hotmail.com.

ADRIANA MEZA VELARDE

LIC. JOAQUÍN ORTEGA ESQUIVEL

LIC. JORGE FERNÁNDEZ SOUZA

LIC. JOSÉ ENRIQUE GONZÁLEZ RUIZ (Carta resumida)

Denuncian pésimo y grosero servicio de transporte público

Operadores del transporte público no respetan a personas de la tercera edad, se burlan de éstas y hasta les piden que vayan a la Comisión de Transporte porque han de tener un buen padrino en esa dependencia o son ahijados del presidente de la ACY para comportarse de esa manera. Ojalá que la Comisión de Derechos Humanos tome cartas en el asunto, de lo contrario la descomposición social irá en aumento y el respeto a los mayores será cosa del pasado, denunciaron algunos usuarios de este servicio público.

Estos operadores de la ACY, cuando les pagan tarifa subsidiada arrojan el dinero donde ponen moneda fraccionaria como si estuvieran molestos, y olvidan que el Gobierno del Estado paga un subsidio a los concesionarios para que respeten esa tarifa.

Otros se niegan a dar parada a personas de la tercera edad y a estudiantes. ¿Hasta cuándo se va a permitir ese tipo de ofensas y arbitrariedades?

(Víctor Lara Martínez)

Voces de Vida

Aquí y ahora

Hace seis años llegué por primera vez al Hospital Psiquiátrico, estaba desesperada, confundida y sin saber qué hacer con mi vida, ni siquiera quería mi vida. Llegué a PIAS, después de haber escuchado el programa de la radio “Aquí y ahora”. Entendía esas dos palabras, sabía qué significaban, pero sólo se quedaban en eso, palabras huecas. Con el ir y venir de las sesiones individuales con la psicóloga y en el grupo “La Esperanza”, fui comprendiendo la importancia del “Aquí y ahora”.

A seis años de distancia, me maravillo del camino andado, lo miro con agradecimiento por lo vivido, pero eso ya no existe más, sólo conservo lo que me hace ahora disfrutar este instante, lo real, este momento en el que escribo estas líneas. Estoy en paz. Decidí hacer de la curiosidad una parte esencial en mi vida y sí, por curiosa e inquieta decidí volver a construir una pareja (construir y no “tener” una pareja) y no pude.

Hay múltiples factores por los que no pude, factores que por ahora no creo necesario nombrar, pero lo que sí quiero compartir es lo aprendido: aprendí a respetar la forma de hacer las cosas de la otra persona, a mirarlo como es y no como yo quería que fuera. Mirarme a mí y las ganas de querer controlar cada situación con el pretexto de “quiero lo mejor para ti” (ese tema del control habrá que seguir trabajándolo) , a relacionarme con la otra persona como una mujer adulta. No como una niña, una “princesa de cuento” con final feliz porque no lo hubo, o mejor dicho, sí hubo un final feliz.

Decidí dejar de querer construir esa relación, juntos no éramos mejores personas, no éramos compañía, no había paz. Y por eso digo que fue un final feliz porque lo pude ver y verme, respetar su derecho a ser otro, alguien más con quien no pude coincidir. Respetar su derecho a no ser “uno conmigo”, (anulando la maravillosa posibilidad de la diversidad) como se nos vende la idea del amor. Sí, sentí tristeza pero la disfruté, pues vino de la toma de decisiones, de mi responsabilidad en ello. Disfruté ese momento, pues sentir ya es sinónimo de que estoy viva, haciendo y deshaciendo cosas, sinónimo de que ya no me quedo en un rincón del mundo.

Salgo, pregunto, camino, me equivoco, siento, río, lloro, abrazo, juego, acaricio, duermo, despierto, imagino, transformo, viajo. Disfruto y todo lo que la curiosidad me invite a hacer, consciente de que sólo hay un tiempo y espacio reales para estar viva: aquí y ahora.

Adriana

CONTACTO: Para atención directa, acuda al Hospital Psiquiátrico “Yucatán”, con referencia médica para la atención al suicidio; en los momentos de desesperanza, contactar al Programa Integral de Atención al Suicidio (PIAS) del Hospital Psiquiátrico, Tel. 6 11 01 94, de lunes a viernes, en horario de oficina. Estamos también en Radio Universidad 103.9 FM, todos los jueves a la 1 p.m., con repetición los domingos a las 4 p.m. Contacte también a los siguientes correos: programapias@yahoo.com y programapias@hotmail.com, En Facebook, “Grupo La Esperanza PIAS”.