Yucatán

Romualda ha sobrevivido 14 años a 2 ataques de cáncer de mama metastásico

Romualda Méndez Hernández, mujer que en su condición de sobreviviente de dos ataques de cáncer de mama metastático desde hace 14 años ha pasado por los peores momentos y angustias, pero con valor de guerrera ha seguido luchando día tras día, recomendó a las mujeres que sufren esta enfermedad “que no se queden con lo que les digan las pacientes en algún momento diagnosticadas o que tienen la sospecha de que están en protocolo para ser diagnosticadas, que pidan una segunda y hasta una tercera opinión, que no se queden con la primera”.

—Y que luchen por su vida. Es lo único que tenemos. Que no se den por vencidas, porque aún con el diagnóstico podemos seguir teniendo calidad de vida, porque el cáncer no solamente nos duele, también nos trae ganancias después de que lo rebasamos, dijo.

También afirmó que uno de los problemas que enfrentan las pacientes de cáncer es que los médicos no creen en ellas, menosprecian su palabra a pesar de que ellas conocen su propio cuerpo.

-Romualda, ¿está usted en proceso de curación?

-No. Hace 4 o 5 años ya me dieron un diagnóstico avanzado. Hace 14 años me dio cáncer por primera vez, y hace 5 por segunda vez.

-¿Y se curó la primera vez?

-La primera vez estaba en remisión, y el cáncer se les fue de las manos, y le alertaba al médico que se me estaba inflamando lo que era el esternón y el cuello, y me decían que era pura inflamación, y que no pasaba nada. Y después de tanto insistirle me mandó hacer una tomografía.

-¿Cuánto tiempo pasó entre que se lo dijo y que le mandó a hacer la tomografía?

-De que se lo dije, como 6 meses, tiempo en que me mantuvo con puro desinflamatorio.

-¿Usted a qué sistema de salud pertenece?

-Al Issste.

-Debieron mandarla de inmediato a hacer la tomografía, sobre todo porque tenía un antecedente de cáncer, ¿no?

-Así es, pero no, no me mandó de inmediato. De tanta insistencia, después me mandó a hacer la tomografía y resulta que viéndola el médico pasante me dijo: nada más es inflamación. Y salgo del cubículo del médico y me lo encuentro afuera, y me dice: ¿Qué pasó? Pues es que me dicen que es inflamación y yo digo que no es nada más eso, que es otra cosa, ya te lo había dicho. Y me dice: dame tu disco; entonces entra y lo revisa y me dice: pásate.

-Inmediatamente se le veía la cara desencajada, y cuando me dice: Lamentablemente sí tenías razón: esto es metástasis en el mismo seno, y aparte también lo que es la lumbar y el cóccix, y resulta que también tienes un tumor en el esternón.

-¿Entonces cuántos años tiene usted de sobrevivencia del cáncer?

-14.

-¿Y del último, del segundo?

-5.

Falta de credibilidad en el paciente

-¿Y cuál es su opinión como paciente, de la problemática que enfrentó, de la falta de atención oportuna de los médicos de las instituciones de salud?

-Analizando la problemática, primero hay una falta de credibilidad en la palabra de un paciente. No le tienen respeto a la palabra del paciente, menosprecian su palabra como si ellos supieran mucho, y luego resulta que el paciente tenía razón y ellos se equivocaron. Cuando una empieza a notar algo diferente, es porque conoce su cuerpo. Y segundo, que los tiempos son muy prolongados, y en ese tiempo prolongado los estadios cambian de uno a otro. Y para mí es de suma importancia que haya médicos más sensibilizados, más atentos con los diagnósticos, que manden a hacer las pruebas oportunas tal como son, porque a veces lo dejan pasar y eso hace que el paciente se agrave.

-Romualda, entonces si se muere el paciente porque el médico no creyó en su palabra, lo que tal vez sea una forma de machismo médico, y no le mandó oportunamente a hacer los exámenes, es culpable de su muerte, ¿no?

-Así es, pero no hay forma de reclamarles su irresponsabilidad.

-¿Y cuál es ahora el diagnóstico oficial de su enfermedad?

-Cáncer metastásico her 2 positivo.

No le daban tiempo de vida

-¿Y su pronóstico de vida?

-Ninguno. Me habían dicho que ya no había nada más que hacer por mí, solamente quimioterapias paliativas. Yo estoy en servicio paliativo. Y ahorita yo me siento bien, aunque el médico dice que no hay ya nada que hacer, yo me siento bien, ya llevo 5 años, y recuerdo que él me decía que en cualquier momento mi salud se puede colapsar. Y sí.

-¿Tiene hijos?

-Sí, tengo 2 hijas.

-¿De qué edades?

-Una de 20 y una de 23.

-Todavía la necesitan, ¿no?

-Mucho, y yo a ellas.

-Y sus nietos la van a necesitar, porque una abuela es insustituible. Ayuda mucho a guiar la vida de los nietos.

-¿Cómo es que vino a este Congreso Nacional de Pacientes Juntos contra el Cáncer?

-Porque soy paciente, pero también pertenezco a una asociación de pacientes con cáncer de mama. Se llama “Toca. Compartir es vivir, A.C.”, donde brindo apoyo integral a la paciente con cáncer. Yo represento a la asociación. Hay una presidenta fundadora, pero soy su asistente, y la he representado por 3 años. Y allá brindamos apoyo integral, y eso me motiva todos los días a salir adelante, cada vez que pienso que mi tiempo ya está por terminarse y veo una donación de una prótesis o de una peluca a una paciente con cáncer, me doy cuenta de que ahí está el motivo de vivir, para poder seguir cambiándoles esa cara a las pacientes que se sienten solas y desanimadas.

Miedo

-¿Qué sintió usted cuando le dieron el primer diagnóstico?

-Que me iba a morir. Sentí miedo, coraje, pero ante todo el miedo a morirme y dejar a mis hijas solas.

-¿Coraje por qué?

-Porque me había hecho mi mastografía dos meses antes y me habían dicho que era negativo, que no tenía nada, cuando yo le había alertado a mi médico que tenía una bolita en el seno izquierdo, y me dijo que era una calcificación de leche. Y cuando me hacen una mastografía dos meses después, que no me la tenían que haber hecho, pero probaron un mastógrafo nuevo y me dijeron que si les ayudaba, ahí salió el diagnóstico positivo a cáncer. Y me dio coraje, porque yo cuidaba mi salud, y siempre estaba al pendiente.

-¿Y qué edad tenían sus hijas cuando tuvo usted su primer diagnóstico?

-Mi hija la mayor tenía 9 años, la menor 6, y yo tenía 36 años.

-¿Ya se casaron ellas?

-No. De hecho una de ellas me acompaña aquí ayudando a la organización, y la otra se quedó en casa.

(Roberto López Méndez)