Yucatán

“El Janal Pixán representa uno de los rituales colectivos, pero se hace también a nivel familiar, que con más vigor y fortaleza se mantiene en la cultura maya en nuestros días, sin duda alguna”, afirmó el antropólogo David de Angel García.

Al presentar la ponencia “La frontera entre vivos y muertos: el Janal Pixán entre los mayas peninsulares”, en el marco del VI Coloquio UNAM en la Península, aseguró que esa celebración prevalece incluso por encima del ch’a ch’ac, que se hace en algunas comunidades, pero en muchas ya no.

“Pero no hay comunidad donde haya familias que no sigan haciendo el Janal Pixán o comida de las ánimas, y preparan nuestros alimentos tan característicos que ponen de relieve un conocimiento del medio y de productos gastronómicos de la localidad”, subrayó.

“Ahora mismo, es uno de los reductos más fuertes donde se conserva en mejor estado en la tradición maya”, dijo en la Videosala del Centro Peninsular de Humanidades y Ciencias Sociales.

Agregó que hay diferencias, quizá la variación de las fechas, porque el bix, en Chumayel, me comentaron que es así la despedida de los difuntos; sin embargo, en el Camino Real de Campeche la despedida se hace el 30 de noviembre, es decir, la permanencia de los pixanes es todo el mes, quizá eso es lo más significativo.

“Y la presencia de los panes de muerto que antiguamente no había y ahora mismo casi todo el mundo lo pone, son añadidos que no debilitan la tradición, sino que ayudan a mantenerla, ese es el gran secreto”.

Exportación de pibes

Recordó que hace 13 años empezó a hacer trabajo de campo, pero como toda cultura no nos debemos quedar con los esencialismos. Una de las grandes fortalezas de la cultura maya es la capacidad que tiene de adaptar y de apropiarse de elementos que le vienen del exterior, y en otros podría significar el desprecio, pero en el caso de los mayas peninsulares lo interesante es cómo los mayas adaptan esos elementos y lo resignifican a su propio lenguaje cultural para que al paso del tiempo los integren y los conviertan en suyos.

Sobre la ceremonia de despedida de las ánimas, dijo que es muy similar a cuando llegan, se trata de volver a elaborar los alimentos, el pib es una cuestión de celebración, se devora en cantidades ingentes en Mérida, escuché en la radio que se exportaron este año cien mil pibes fuera de Mérida, a yucatecos que viven afuera.

También comentó que en las familias de varias comunidades se contratan rezadoras, porque entre ellos no es importante quién lo hace, sino que se haga.

Al hablar de las distinciones entre los seres sobrenaturales de los mayas, señaló que el pixán es la única que sobrevive después de la muerte, aunque sea en los lugares diversos en función a como haya sido la muerte, a menos que sea el homicidio o la brujería, que sí tiene un componente de castigo. El quiinán, el ool, el ochel, esas no sobreviven después de la muerte, al igual que el cuerpo se desvanecen.

Relatos fascinantes

“Con los incrédulos hay varios relatos, historias, sucedidos que son castigados por su incredulidad. Hay uno que he oído en varias comunidades, como una oveja descarriada, un joven decía vamos a poner polvo de talco para ver si dejan sus huellas, a la mañana siguiente había huellas, pero además amanece la persona muy enferma.

“O está aquél que come de las ofrendas, al día siguiente amanece con fuertes dolores en la panza y con calentura. Son historias que aún prevalecen, son sucedidos, lo que cuentan es que le sucedió a alguien que se conoce, el narrador da una serie de datos que permiten corroborar lo que pasó.

“Eso tiene mucha influencia en la creencia y los que se salen de ella. Hace doce años cuando llegué a una comunidad maya, muchas de las cosas que registraba eran fantásticas, fuera de mi realidad atea, anticlerical, materialista, en mis principios morales, pero estando en las comunidades y yendo a ofrendas y a curaciones; lo que es un hecho, es que ahora forma parte de una realidad que está ahí, que no puedo explicarle, pero describirla etnográficamente”, expresó el Doctor en Antropología.

(Rafael Gómez Chi)