Nieves Rodríguez Gómez
VI
1063
Yo sólo fui vientre hondero
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
Gibrán Kahlil Gibrán
Mi vientre en arco tendido
lanzó a la vida una flecha,
no sé por qué suerte estrecha
la misma flecha lo ha herido.
¿Quién pudo haber advertido
el curso y la trayectoria
de la flecha? Mi memoria
desconoce el derrotero.
Yo sólo fui vientre hondero
que le disparó a la historia.
Ya sé que de mí no viene
y que a través de mí vino,
que voy temblor de camino
del hilo que lo sostiene.
¿Quién una flecha detiene
si corre cortando aliento?
Le di hogar, le di alimento
y amor le di sin contar,
pero no le pude dar
nada de mi pensamiento.
1064
Nubes al atardecer
La tarde empezó a correr,
yo no sé qué le pasaba,
pero corría y andaba
queriéndome detener.
Nubes al atardecer
viajaban quietas de penas.
Le dijeron: “No enajenas
ni atrapas un alma sola.”
La tarde me dijo: “¿Hola!”
Y se me helaron las venas.
1065
Fue su tiempo de beber
Fue su tiempo de beber,
¡cómo bebía! Lo envidio.
Más que beber fue suicidio,
delirio al anochecer
ese su querer no ser
testigo en su propia vida,
juez, fiscal, parte elegida
de mundos que se apresuran
y saber de hijos que apuran
el final de su partida.
1066
Cómo muerdes, cómo muerdes
He aquí la soledad
que más daño hace al hombre.
Raúl Rivero
¿Soledad? Esa que aterra,
que no puedes eludir,
la que no permite huir
y empecinada te encierra,
te clausura y te destierra
dentro de su voluntad,
te punza en la claridad
y en su oscuridad te pierdes.
¡Cómo muerdes, cómo muerdes,
perra fiera, soledad!
1067
Ambigüedad atrevida
Apostamos entonces
el alma y los zapatos…
Félix Pita Rodríguez
¿Juego de azar? ¿Divertida
pasión de oculta baraja,
o el juego a veces mortaja
cuando se juega la vida?
Ambigüedad atrevida
que quiere decirnos tanto
juego de alegría o llanto
según se pierde o se gana.
Si hay cartas en la ventana
apuesto, barajo y canto.
1068
Bochorno del mediodía
Bochorno del mediodía,
entra furtiva una sombra
que me busca y que me nombra,
que manda imperiosa y fría.
¿Por qué esta desarmonía
de diálogo sin sentido?
Sombra, ¿de qué ser querido
llega tu tenue aletear?
¿Por qué me pides callar?
¿Por qué me ordenas olvido?
1069
Ejercicios para armar un rompecabezas
¿Partido? Si eras entero.
Nunca entendía ese nombre.
¿Por qué absurdidad del hombre
hablaba así de agorero?
¿Partido? ¡Qué desespero!
¡Qué presagios de tristezas
aquellas claras promesas
que nos calaron profundo!
En piezas va por el mundo,
inquieto rompecabezas.
¿Qué pieza era firme, madre?
¿Qué juego cierto, seguro?
¿Por qué se ha quebrado el muro
base, sostén de mi padre?
A mí me tocó el desmadre
de algo entero desunido.
¿Entero? Si era partido
y hoy me rompe la cabeza.
Adulta locura ésa
que con el tiempo ha venido.
1070
Vamos, isla mía, solas
Vamos, isla mía, solas
con los restos del naufragio,
la soledad es contagio
frente al furor de las olas
y este desastre, amapolas
–trampa del tiempo– agitadas,
cayendo precipitadas,
rencor en las estampidas.
Isla, tú y yo, y atrevidas
anclas, arenas porfiadas.