La construcción, situada dentro de esta ciudad prehispánica maya, es de aproximadamente 55 metros de largo por 15 metros de ancho y 6 metros de altura
MEXICO, 24 de diciembre (EFE y EL UNIVERSAL).- La zona arqueológica de Kulubá, en el Suroriental Estado mexicano de Yucatán, alberga un palacio de 55 metros de largo, según confirmó este martes el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.
“Estos trabajos han permitido confirmar la existencia de un palacio al Oriente de la plaza principal del Grupo C, mediante la liberación y el reconocimiento del basamento, las escalinatas y una crujía con pilastras, en la parte superior, que habría sido usada por la élite del lugar”, explicó el organismo en un comunicado.
La construcción, situada dentro de esta ciudad prehispánica maya, es de aproximadamente 55 metros de largo por 15 metros de ancho y 6 metros de altura.
Los materiales de la construcción indican que se dieron dos fases de ocupación: una en el período Clásico Tardío (600-900 d. C.) y otra en el Clásico Terminal (850-1050 d. C.).
“En el Clásico Terminal Chichén Itzá, al volverse una metrópoli destacada en el actual Yucatán, extendió su influencia sobre sitios como Kulubá”, explicó el arqueólogo Alfredo Barrera Rubio y recoge el boletín.
Junto con este palacio, los expertos exploraron otras cuatro estructuras en la plaza del llamado Grupo C arquitectónico: un altar, dos vestigios de espacios de uso habitacional y una construcción redonda que, se cree, era un horno.
Kulubá es una zona arqueológica situada a 35 kilómetros del municipio de Tizmín que se mantiene en estudio y recuperación.
Labor de especialistas
Los encargados de las labores del proyecto multidisciplinar son especialistas en arqueología y restauración.
“A lo largo del siglo XX, Tizimín cedió la mayor parte de su terreno selvático al uso agrícola y ganadero. Esto hace que los expertos que hoy devuelven su esplendor a los edificios mayas no solo convivan con monos araña y otras especies de flora y fauna, sino que también prioricen que la zona arqueológica se distinga por su equilibrio natural y cultural”, dijo el comunicado.
“Todas estas acciones exploratorias y de conservación son el inicio de los trabajos que el INAH realiza para recuperar, investigar y difundir entre el público la herencia cultural y natural de Kulubá, un lugar que aumenta su atractivo patrimonial y de sostenibilidad regional”, remarcó el texto.
Entierro secundario
Entre otras acciones que se han realizado en esta zona arqueológica está la conservación de un entierro secundario –es decir, que fue depositado allí tras haber sido extraído de su sitio original– en el cual se encontraban restos mayas. Futuros exámenes de antropología física permitirán determinar el sexo, la edad, las patologías e incluso sus hábitos.
Junto con este palacio, expertos exploran y consolidan otras cuatro estructuras: un altar, dos vestigios de espacios de uso habitacional y una construcción redonda que, se cree, era un horno.
También se rehabilita el casco del antiguo Rancho Kulubá, un vestigio histórico de la primera mitad del siglo XX: con techumbre de palma de guano, mampostería tradicional y hamaqueros de madera.
Las acciones que se realizan deben cumplir con criterios de permanencia, determinados a partir del análisis de los elementos en relación con sus conjuntos arquitectónicos y su contexto climático. Esto se debe a que las estructuras forman parte de un ecosistema selvático activo.