Yucatán

Reinaron ayer la calma y el silencio

En contraste con el día anterior cuando la actividad comercial y el trajín de las personas estaban al tope en la ciudad, ayer 25 de diciembre se observaron plazas comerciales semivacías, mercados con escaso movimiento y calles con poco tráfico vehicular.

El dicho popular que reza: “después de la tormenta viene la calma”, resultó aplicable en la capital yucateca durante prácticamente todo el día, aunque en el transcurso de la mañana fue más notoria la calma que prevaleció en todos los rincones del municipio.

Solamente hasta después del mediodía en la mayoría de los hogares yucatecos se reactivó el movimiento, cuando las familias comenzaron el recalentado y los compadres y vecinos procedieron a curarse la cruda sacando las “frías” del refrigerador.

Cines y restaurantes

En las plazas comerciales pocos negocios abrieron y el movimiento inició de igual forma después de las 12 en las salas de cine, restaurantes y establecimientos que venden productos variados para el hogar.

Los paraderos de vehículos también registraron poca actividad por la limitación de unidades y corridas en las rutas, ya que los usuarios de ayer eran en su mayoría familias que se trasladaban a visitar a sus parientes o quienes les correspondió trabajar o hacer guardia.

Los dos principales mercados de la ciudad, el Lucas de Gálvez y el San Benito, mantuvieron cerrados la mayoría de sus puestos y prácticamente solo abrieron los que venden comida, las tortillerías, así como algunos expendios de flores, de juguetes y de aparatos electrónicos.

La Plaza Grande

En el sector conocido como “El Chetumalito” algunos de sus establecimientos sí abrieron al público, así como todos los venteros de comida que se ubican alrededor del San Benito.

De igual forma laboraron algunos puestos que venden hortalizas y legumbres, sin faltar las palanganeras de lechuga, aguacate, tomate, naranjas, limones y tortillas hechas a mano para la elaboración de panuchos.

En el Lucas de Gálvez los dos únicos puestos de cochinita y lechón que trabajaron, fueron “La Tía” y “La Socorrito”, para el mediodía ya estaban levantando sillas debido a que habían vendido todo su producto.

La Plaza Grande resultó el sitio que más movimiento registró, pero en su mayoría por la presencia de turistas nacionales y extranjeros, quienes observaban y compraban artesanías en los puestos instalados y que normalmente son los que operan en “Mérida en domingo”.

Vale la pena reconocer la labor del Ayuntamiento de Mérida al mantener limpia la ciudad tan pronto amaneció, con la presencia de cuadrillas de trabajadores que se dieron a la tarea de retirar la basura acumulada en varios puntos de la urbe, pero particularmente en el área de mercados y primer cuadro de la ciudad.

Las mariposas

Las aceras también se observaron parcialmente libres de ambulantes, ya que aunque este tipo de comercio sí laboró, ayer fue en menor cantidad que en días normales.

La baja actividad laboral y comercial se reflejó incluso en las “mariposas vendedoras de amor”, ubicadas en el corredor de la calle 58 entre 69 y 75, ya que, contrario a las docenas de mujeres que suelen trabajar en días normales, ayer eran muchas menos, pero cada una siempre presta a encontrar algún cliente con sus encantos, como diría José María Napoleón con su canción Pajarillo: “Sonreía al pasar de los mirones…”.

(Rafael Mis Cobá)