Yucatán

Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia hallaron restos de un predio virreinal, en el cual fue instalado, en el siglo XX, el conjunto conventual de las Siervas de María aquí en Mérida, mientras se hacían trabajos de prospección en un estacionamiento del Centro Histórico.

El estacionamiento, propiedad de la familia Abimerhi y de nombre “El Patio”, es remodelado por instrucción de sus dueños. Sin embargo, el INAH intervino el área con excavaciones y calas al suelo por lo que aparecieron pisos originales de una capilla anexa a un convento que se presume corresponde al de las Siervas de María.

Los hallazgos, hechos en la tercera semana de trabajo arqueológico, consisten en la cimentación del edificio de mampostería y pisos de mármol de Carrara del siglo XVIII, así como de pisos de pasta, cornisas, molduras del siglo XIX, cerámica diversa e incluso un monedero de principios del siglo pasado, que se presume fue utilizado por una dama que habitó el inmueble que muy probablemente corresponda a una religiosa de la orden de las Siervas de María que ocuparon el inmueble hasta 1978.

Proyecto arqueológico

En el predio todavía pueden observarse parte de las columnas y restos del altar de la capilla de influencia neogótica que embellecía el inmueble y que fue demolido en los años 80’s del siglo pasado.

Los trabajos se realizan dentro del Proyecto Arqueológico del Centro Histórico de la Ciudad de Mérida, a cargo de los arqueólogos Yolanda Palomo Carrillo y Rafael Burgos Villanueva. También colaboran en las excavaciones el arqueólogo Luis Millet Cámara y dos decenas de trabajadores.

El proyecto de excavaciones y sondeos controlados es cofinanciado por la familia Abimerhi Oliver y el INAH, con el objetivo de recuperar todo el material arqueológico del predio, así como ubicar la cimentación del inmueble histórico y determinar si es factible su reconstrucción.

El jefe del Departamento de Trámites y Servicios Legales del Centro INAH, José Arturo Chap Cárdenas, señaló que cualquier edificio del Centro Histórico, área protegida por el ente federal, debe pasar por una revisión del propio centro antes de cualquier remodelación.

Dijo que, en el caso de las excavaciones, son los arquitectos del INAH los primeros en realizarlas, dada la riqueza del área en vestigios prehispánicos y coloniales que se encuentran enterrados.

Algo de historia

El arqueólogo Burgos Villanueva refirió que estas evidencias refieren a la última intervención que tuvo la casona, e incluso por lo encontrado pueden reconstruir la fachada de la capilla. “Las monjas llegaron a Mérida cerca de 1900 y se van cuando empieza la Revolución. Regresan en los 40’s y es en los 70’s cuando demuelen la casona. Ahora debemos investigar la evolución de cómo las monjas habitaron el predio”, agregó.

Entre lo encontrado hay piedra de arte maya, pero será hasta que hagan todas las investigaciones cuando saquen las conclusiones. Incluso, hay un monedero entre los vestigios, pero no quieren exponerse a hacerle pruebas y que se deshaga por la antigüedad.

El arquitecto Marco Avila Bernés, encargado de la obra de remodelación, dijo que en la construcción reedificarán, con lo extraído, el altar a la entrada de la nueva construcción –que se presume será una plaza comercial–, con el fin de preservar la historia y añadir un atractivo turístico a su edificación.

En las próximas semanas continuarán los trabajos arqueológicos para recuperar todo el material arqueológico y determinar si es factible reconstruir el inmueble. En los hallazgos recientes, destaca que en los pozos de sondeo controlados igual se ubicaron vestigios arqueológicos de la cultura maya, entre los que destaca una celosía tipo puuc, del antiguo asentamiento prehispánico conocido como T´ho, o Jo, también llamada Ichcanzihó o Ichcaansihó.

El Convento

Cabe señalar que, respecto al Convento de las Siervas de María, la historia señala que cuando era Obispo de Yucatán José Guadalupe de Jesús Alva y Franco, la señora Augusta Fajardo de Escalante, después de fallecer su esposo, Eusebio Escalante Castillos, heredó muchas tierras de su esposo.

Debido a ello solicitó a la Madre Purificación Chillarón que le fueran concedidas varias hermanas para establecerlas en Mérida, con objeto de que sus hijas enfermas y demás enfermos de esta ciudad pudiesen ser cuidados por las Siervas en sus propios hogares.

Tratado el asunto con la Madre General, Josefa Díaz, se determinó llevar a cabo la fundación enviando seis hermanas, incluida la Madre Inés Pérez con el cargo de Superiora. Las Hermanas llegaron a Mérida el 17 de Mayo de 1900, cuando era obispo de Yucatán Martín Tritschler y Córdova. Debido a la Revolución Mexicana salieron y luego regresaron a fundar nuevamente el 5 de Abril de 1949. La fama de las Siervas de María, Ministras de los Enfermos, se hizo notable, puesto que estaban dedicadas a la atención de enfermos terminales.

Para 1957, remodelaron todo el conjunto conventual. Y, en noviembre de 1957, el Arzobispo Fernando Ruiz Solórzano acudió a la bendición solemne de las mejoras, entre ellas de la capilla. La madre fundadora fue Soledad Torres y Acosta, y padrinos los señores Armando Cámara Laviada, María Jesús Cámara de Cámara y María Cámara de Macari.

Las obras de embellecimiento del convento y la capilla estuvieron a cargo del maestro Pedro Cardeña y permaneció abierto el convento hasta 1978, año en el cual se trasladó fuera del Centro de Mérida. En los años 80’s inició el abandono del inmueble, mismo que presentó problemas estructurales por falta de mantenimiento, y colapsó gran parte de él, hasta que el predio estuvo en ruinas.

En el año 2017, iniciaron las gestiones del INAH con los propietarios, con el objeto de recuperar el citado inmueble considerado monumento histórico y patrimonio de los yucatecos.

(Rafael Gómez Chi)