Yucatán

Una ciudad, una orquesta, una solista de cello

Dice el programa de mano que la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Graz, Australia, está integrada por estudiantes, profesores, pero también por músicos de otras universidades de la ciudad de Graz, centro musical de primera categoría donde conviven la música antigua y el pop alternativo. De manera genérica, en Austria la expresión musical se manifiesta en todas sus formas.

Esos antecedentes nos obligan a entender tanta juventud al frente de atriles que sostienen las partituras de los músicos de la Orquesta de la Universidad de Graz, cuya capacidad interpretativa quedó manifiesta en las composiciones que ejecutaron: Dvorak, Brahms, Albert Lortzing y los dos Strauss.

Cincuenta y tres músicos (mayor número que la OSY) acompañaron a Ana Isabel Chan Flores, quien interpretó el Concierto para Cello op. 104 de Antonin Dvorak.

La joven cellista nacida en Austria, comienza a fomentar una carrera como solista de un instrumento que se nos antoja difícil en una amplia perspectiva, pero que, en manos de una intérprete como Ana Isabel, se nos deja sentir, ver y escuchar como lo perfectamente posible para el amplio camino que le queda y toca recorrer a la hija de dos músicos, Dora Flores y José Luis Chan.

No hay duda, la técnica es un asunto coherente entre las manos, el arco y las cuerdas en que se basa el trabajo de la intérprete, quien tendió un evidente puente con el director Andrej Skorobogatko, atento siempre al deslizamiento de las manos de la solista sobre su instrumento para indicar de manera precisa a toda la orquesta sus entradas, apoyos o continuaciones en las frases musicales.

Un momento culminante de la interpretación de Ana Isabel, lo tuvimos en el adagio o segundo movimiento. En la sala se dejaron escuchar algunas expresiones de asombro en una parte de ese movimiento.

La pieza de Dvorak se ve de enorme dificultad técnica y, por ende, interpretativa; sin embargo, Ana Isabel, matizando los signos de las emociones llevó el concierto a un punto donde no tenía cabida la incertidumbre o la dubitación. La claridad y la certeza fueron, entre otros, dos sus grandes logros.

Europa es otra cosa. Los europeos se cuecen aparte, dicen muchas personas de nuestro medio, que han tenido contacto con ellas y ellos. La civilidad ahuyenta los prejuicios de esos ciudadanos. Así, el director de esa agrupación interpretó una jarana e invitó como solista a un intérprete de rascabuche. Se imaginan a Lomónaco con una propuesta de tal naturaleza y dirigiendo a percusionista maya o aborigen. Impensable, no va con su rango y “altura” profesional.

Los números musicales que cuadraron el programa fueron valses, polcas, una marcha y un pizzicato.

Hubo una buena respuesta de público y es necesario manifestar que es un gran logro, del trabajo independiente, el conseguir traer a Yucatán a tantos músicos del otro continente.

Para tomar nota

Finalmente me parece importante comentar que mi carro se quedó encerrado en el lugar de su parqueo porque el concierto duró casi dos horas y media y los estacionamientos del centro suelen cerrar a las once de la noche. Este mensaje va para los dueños de los estacionamientos y para los diseñadores de los programas musicales que deben tomar en cuenta esta realidad.

(Víctor Salas)