Yucatán

Pirámides poco difundidas, pero de gran interés

Ariel Avilés Marín

La tercera, y última, de la serie de conferencias: Pirámides Fascinantes, del Museo Palacio Cantón, tuvo, como diría José Martí: “Bueno es lo que bien acaba” un final feliz; con casa llena. En este par de conferencias, que cerraron el ciclo, se nos presentó una información profunda e interesante sobre pirámides que no han recibido la enorme difusión como ha sucedido con las de Chichén Itzá, Uxmal o Dzibilchaltún, pero no por ello menos importantes. La primera charla versó sobre las reproducciones arquitectónicas en Oxmuul, Yucatán, y los atributos del Petén en la región de Ichkantijoo. Y la segunda, lo fue sobre Quiahuisotlán, Veracruz, pirámide montaña y la Montaña Sagrada y las estructuras en Oxkintok.

La primera charla estuvo basada en los informes de la investigación llevada a cabo en estos sitios, por el equipo formado por los arqueólogos Elia M. Zaldívar Rea, Luis R. Pantoja Díaz y Víctor Ley Paredes. Como introducción al tema, los expositores señalaron la relación entre la arquitectura y el medio ambiente con lo construido, que la arquitectura es construcción social y es, a la vez, un medio de comunicación. Señalaron también los paralelismos entre la arquitectura prehispánica y la arquitectura moderna.

Después de la introducción, la exposición queda en la voz de la Dra. Zaldívar. En primer término nos señala que los relieves en las edificaciones contienen mensajes políticos. “El mensaje del complejo arquitectónico, alude al mito del cosmos”, señaló. “Se destaca la presencia de héroes como Can Muuch, y las estructuras son ceremoniales”. Señaló que sus últimas investigaciones las efectuaron en 2014 y descubrieron estructuras circulares y pisos de estuco; así mismo encontraron subestructuras y también construcciones miniatura. Un hallazgo de profunda importancia lo es el Entierro No. 19. “No está en su lugar original. Esto nos da un importante mensaje: recupero a mi ancestro y lo paso a otro lugar”.

Señaló también una segunda etapa con un estilo arquitectónico diferente que se encuentra en las subestructuras. “Las subestructuras 8 y 10 son rectangulares y pertenecen al período Clásico Tardío”. Informó también que se hallaron basamentos que corresponden a unidades habitacionales y están junto a las estructuras miniatura.

Un dato de gran importancia es que la conformación de las ciudades hace una alusión al cosmos, es una proyección de éste. “En los segundos niveles, encontramos una alusión a serpientes nadando y corresponden a una clara presencia de Quetzalcoatl en la región”, concluyó. El público presente hace variadas preguntas que los expositores aclaran o responden, según el caso.

En seguida, pasamos a escuchar la segunda plática, que fue impartida por los Drs. Gabriel Euán Canul y David Ortegón Zapata. Inician hablando sobre la Acrópolis de la ciudad de Nohcahcacab, enclavada en la Zona Puuc. Esta construcción está asentada sobre la cima de una colina de treinta y cinco metros de altura, que es la más grande del sitio, que está rodeado de colinas de entre veinte y treinta metros de altura. En este caso también, los expositores han sido asimismo los exploradores del sitio, así que están muy empapados de la materia. El Dr. Euán nos expone: “Le llamamos Acrópolis por estar sobre un cerro y tener varios niveles. Esta edificación es una proyección de la Montaña Sagrada. En el sitio hay cinco o seis pirámides, pero éstas están en el valle y no en la cima. Tienen paredes de mampostería y techo de paja. En la ciudad estuvo John Lloyd Stephens, pero da muy poca referencia, el sitio no le llamó la atención. Posteriormente, estuvo también Teoberto Maler. En 1908 se publica la primera fotografía de la ciudad y es de la autoría de Rafael de Zayas”.

Se da relevancia a la clara existencia de castas, pues el pueblo vivía en el valle y los gobernantes en la cima de la colina; la importancia de la ciudad se pone de relieve por la existencia de un juego de pelota y que tenía un gran zaac beh. El Dr. Ortegón señala: “La pirámide, en su forma original, debió ser impresionante. El pueblo levantaba la vista y miraba dónde habitaban sus gobernantes”. Nos informa que la ciudad data del 650 al 900 de C. “No tenía árboles, por ello, al quedar deshabitada, creció la selva y la cubrió. Encontramos estructuras con espigas, lo cual nos dio el dato de que iban empotradas en paredes; hay figuras de animales, como armadillos y loros, y también máscaras de gobernantes, y éstas tienen caras de felinos, lo cual es símbolo de poder. En los frisos también hay figuras de animales como tigres, loros, armadillos y palomas”.

En las construcciones se encontraron columnas con figuras antropomorfas que sostenían sonajas y otras esculturas fitoantropomorfas, pues tienen rasgos humanos, pero con formas de hongos y tienen espigas, por lo que se deduce que iban empotradas a las paredes. También hay estelas labradas por ambos lados, lo cual es muy raro, tienen glifos y también tienen espigas. Asimismo, como en Chichén Itzá, hay personajes rodeados de serpientes.

Los expositores nos señalan que, en un principio, se consideró que la ciudad era de rango 3, por no tener elementos suficientes, pero tiene elementos de rango 1, por la calidad de sus edificaciones. “Los grafites en sus bóvedas nos dan idea del contexto de la ciudad. Hay que dar el crédito a personajes como Pedro Magaña y Pedro Góngora, que dedicaron su vida como custodios del sitio. Magaña ya falleció, pero Góngora, sigue activo a sus 76 años. Ellos pasaron sus vidas en la Zona Puuc y gracias a ellos, se evitó saqueos y robos.

Los charlistas nos hacen saber que en esta ciudad las construcciones no tienen bases escalonadas con un templo encima, ahí se aprovechó el terreno. “Por ejemplo, Uxmal, está rodeada de cerros, pero se construyen edificios elevados. Pudieron construir en los cerros, pero eligieron edificios elevados. Pudieron hacer la parte importante de la ciudad aprovechando el terreno, pero no lo hicieron. En Sayil sí, se aprovecha el terreno, pero además, se construye estructuras elevadas. Lamentablemente, la ciudad ha sufrido un gran deterioro, a pesar de haber sido edificada sobre el cerro. También tiene chultunes, para el abastecimiento del agua. Nohcahcacab fue construida entre el 650 y el 850 de C. y su nombre quiere decir: Lugar de la tierra grande o fértil”, concluyeron.

En seguida, el director del Museo Palacio Cantón, Arqt. Bernardo Sarvide Primo, hizo entrega de reconocimientos a los cinco expositores e invitó a dar seguimiento a las actividades que este centro cultural lleva a cabo con frecuencia. También hizo hincapié en las exposiciones temporales que se llevan a cabo ahí mismo.

Salimos del Palacio Cantón reafirmado nuestra admiración y respeto por nuestra cultura madre, la Cultura Maya.