La jarana brilló bajo las estrellas en la Noche Regional del Carnaval de Mérida y las mestizas se pusieron los ternos más bellos y los tocados florales más hermosos para seducir a más de un garbo mestizo con su blanca filipina, su sombrero y sus alpargatas chillonas.
De ese modo, la elegante vaquería demostró que no importa el escenario cuando de nuestra cultura se trata y Mérida vivió anoche en el recinto ferial de X´Matkuil una de las mejores noches de Carnaval, incluso con una de las mejores entradas de las que el cronista tenga memoria en un lunes dedicado a Momo, desde que la fiesta se trasladó a ese lugar.
Embotellamientos
Fueron miles y miles de meridanos los que anoche se lanzaron a vivir el Lunes Regional, que la avenida de acceso a X´Matkuil presentó severos embotellamientos a la hora de la entrada.
El tiempo promedio de ingreso fue de unos 40 minutos desde el Anillo Periférico hasta ocupar un asiento en las gradas que mandó colocar el Ayuntamiento de Mérida, a través del Comité Permanente del Carnaval, debido a que la fila era fluida, pero lenta. Según cifras del Ayuntamiento, anoche acudieron 145 mil personas.
El desfile comenzó temprano, en punto de las ocho de la noche, con unos 26 grados Celsius. Después de los antimotines de la Policía de Mérida, los carritos eléctricos de la Policía Turística, inició el paso de los mestizos y las mestizas con las más diversas jaranas que han sido compuestas por músicos como Víctor Soberanis.
Honor a quien honor merece, y vaya que se lució la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, y bajo la conducción de Ruperta Pérez Sosa bailaron desde el ‘Chinito koy koy’ hasta ‘Fiesta en mi pueblo’ y ‘Las mujeres que se pintan’.
Un aproximado de 400 bailarines, ataviados con ternos, rebozos, filipinas y alpargatas, mostraron sus habilidades en el zapateado y hasta presentaron una escena de la jota aragonesa, antecedente más directo de la jarana.
En el primer contingente, titulado “siembra y cosecha del maíz”, los ballets folclóricos juvenil y titular del Ayuntamiento de Mérida mostraron desde la preparación del terreno, la siembra de la semilla, la cosecha del maíz y al final unas tortillitas de mano.
A ellos los siguieron los alumnos del Centro Municipal de Danza, de las áreas de folklore regional y danza española. Después los sones mayas, luego la jota y con ello el mestizaje. Enseguida, los asistentes disfrutaron de los contingentes del Centro Municipal de Danza. Estos bailaron jaranas como ‘El ferrocarril’, ‘Timbalero’, ‘Nicte-Há’, ‘Piel canela’, ‘Fiesta del pueblo’, ‘China chinita’, ‘El maquech’, y ‘Renán y Aldair’.
Los alumnos de jarana de los Centros Culturales Wallis y Cholul bailaron las jaranas ‘Paulina’, ‘Lilia María’, ‘Angaripola con Torito’ y hasta una versión de ‘La Bikina’, mientras saludaron al Alcalde Renán Barrera Concha, quien vistió de mestizo junto con su esposa, Diana Castillo Laviada.
La “bomba”
Es más, los abuelos de la comparsa de adulto mayor le dijeron una bomba: “Alcalde hoy te pedimos/Que defiendas la alegría/Y que sigan los carnavales/¡De nuestra Mérida querida!”, un poco chafa porque no tenía rima.
Entre cada comparsa de jaraneros los organizadores metieron los carros alegóricos, de tal manera que hasta el Tarzán que va en el carro de la Coca Cola se bajó a abrazar a Renán, así todo con el ‘xic’ bien sudado. ¡Fooo!
Por más de una hora los meridanos vieron pasar comparsas con más de dos mil personas. La de la escuela “Benemérito de Las Américas” mostró un cuadro denominado “El misterio del Dios Chaac”; en tanto que los del Fraccionamiento Caucel una que llamaron “La Pitahaya”, con los Aires del Mayab. Su reina portó un vestido lila con un enorme penacho de plumas. Y las bailarinas con un vestido largo y su tocado de plumas, en tonos blancos, rosas y lilas, seguidas de casas comerciales de comida rápida que ¡aventaron hamburguesitas! Y como había muchos cheleando, les cayó de perlas la “botana”.
Oye cronista, ¿no hubo gente de la diversidad en ese Carnaval? Pues sí, pero más recatada. Y de pronto uno cae en la cuenta que la pute… perdón, el desenfreno, se fue del Paseo de Montejo a Progreso, porque ahí uno sí puede ponerse como quiere, como pueda y como guste, pero en X´Matkuil como que la cosa cambia un poco, quizá porque ya nos acostumbramos a que el recinto ferial es un referente familiar en noviembre.
¿Y las mujeres? Hubo, pocas pero hubo. Y aunque este año la cervecería Corona se vio muy pioja con un solo carro alegórico, en él una iba güerita que no mames, qué cosa, Dios mío. Y ni porque tenía su pareo creyeron que no lo íbamos a notar, claro que sí, como dice la canción, no tiene talento, pero cu…erpazo sí.
Reyes se lucieron
La comparsa Raíces Mexicanas pasó al ritmo de mambo y las estaciones de radio de la localidad con grupos de jóvenes animadores y batucadas. Y los reyes, en primer lugar “Cocotazo” enfundado en una filipina bordada de flores con un carro alegórico acompañado por actores del teatro regional como Cuxum y Chayak.
Y hablando de actores, Dzereco y Nohoch pasearon en uno de los carros alegóricos y hasta se bajaron a fotografiarse con Renán Barrera. La reina “Abejita” se puso un bello terno y anoche sí lució como debía en la noche regional.
Casi al final del desfile estuvo Yurem, un sujeto que conducía un programa en un canal musical de cable y estuvo en la nueva banda Timbiriche, que no tuvo éxito. Hacia el final, Jacarandoso desfiló disfrazado de chinero, con su triciclo repartiendo naranjas dulces, elotes y demás, en una representación típica de nuestra cultura.
(Rafael Gómez Chi)