Yucatán

Ariel Avilés Marín

Después de un silencio de meses, vuelve a sonar a plenitud la Banda Sinfónica de Yucatán “Luis F. Luna Guarneros” y lo hizo en el recinto más apropiado para su presentación, el Teatro Peón Contreras, nuestro máximo coliseo de la cultura. La importante organización musical ha cambiado de director, el Mtro. Oscar Osorio se ha marchado a la capital en busca de horizontes que le permitan llevar a plenitud la aplicación de su excelente preparación adquirida en la Universidad de Moscú, aspiración muy legítima. El relevo ha sido muy afortunado, pues la batuta ha sido recogida en relevo por nuestro destacado y capaz trombón principal de la OSY, el Mtro. Todor Ivanov. Estamos seguros de que esta pujante agrupación de jóvenes y competentes músicos seguirán su senda de aciertos y llenarán de alegría muchos escenarios más, y ocuparán más y más escenarios para poner al alcance de todo el público su arte generoso.

El selecto programa de la noche del jueves 4, se enmarcó en un ambiente plenamente español, y por ende, profundamente taurino; los pasos dobles estuvieron a la orden y llenaron de contagiosa alegría el lunetario, que estuvo pletórico de los fieles seguidores del grupo musical; la alegría se desbordó por momentos y sonaron las palmas marcando el ritmo, así como sonoros ¡oleees! que cerraron frases musicales de taurinas composiciones. En su aún no perfeccionado español, Todor dio amenas explicaciones que ilustraron el programa y lo hicieron aún más accesible al respetable. Pero como el verdadero lenguaje de Todor es la música, ahí no hubo problema alguno de comunicación con el público que recibió el programa con gran beneplácito.

Hay que destacar algunas presencias dentro de los atriles que componen el grupo, pues se incorporaron como valiosos colaboradores para dar más lucimiento al programa algunos integrantes de la OSY. En primerísimo lugar mencionaremos a Daniel Martínez, virtuoso de la flauta transversa, y que era la flauta principal de este grupo, pero actualmente, se ha incorporado ya a la OSY, como flauta coprincipal, junto a su maestro, el gran flautista Joaquín Melo. Estuvo también apoyando, Edith Gruber, cornista de la OSY; así mismo, dio su valiosa colaboración Miguel García, entre los trombones, también integrante de la OSY. Muy grata la presencia de William Broverman, quien cambió el trombón bajo por la tuba y puso la base firme para el asiento de la melodía. Por último, la destacada percusionista Tanya Estrada, quien lo mismo puso brillantes acentos con el triángulo, como fuertes y emotivos estallidos del bombo o marcó con precisión el ritmo con el redoble de la tarola.

Al abrir programa, la banda nos transportó a la Plaza de las Ventas de Madrid, pues inició el programa con el paso doble “España Cañí”, de Pacual Marquina, que se usa para partir plaza en la catedral mundial de la tauromaquia. Inicia con pausado ritmo que marcan las castañuelas y va subiendo, cantan los clarinetes y en seguida la trompeta, los clarinetes retoman la voz y los saxes ponen los acentos; la trompeta marca la salida del toro a la plaza y en seguida entran cálidas las maderas y luego con gran brillo los metales, la nueva entrada de las castañuelas nos lleva al alegre final de la obra. Suena fuerte la ovación. Hermana de la obra anterior lo es “En er Mundo”, otro paso doble, de Jesús Fernández y Juan Quintero; inicia con una llamada a plaza por las trompetas y en seguida cantan los clarinetes mientras los platillos marcan el ritmo; dialogan clarinetes y trompetas y luego cantan las maderas con el trombón y la tuba; canta solo el saxofón y el clarinete toma en seguida la voz y el tutti retoma el tema y las trompetas ejecutan suave cadencia para dar paso al tutti que con gran fuerza nos lleva al sonoro final. Fuerte y sonora ovación premia al grupo.

La obra siguiente es de una categoría muy especial, pues es una de las precursoras del impresionismo en la música, se trata de una rapsodia para orquesta titulada “España” y es de la autoría del francés Emmanuel Chabrier, quien se integró al movimiento impresionista de los pintores como Manet, Renoir y Monet, aportando su parte al movimiento con su obra musical, concebida bajo el mismo principio de la plástica: No recalcar, solamente dejar impresiones. Arranca con un fuerte acento de trompeta y las maderas rompen con alegría con un alma profundamente española que el triángulo acentúa, el tutti rompe alegre a cantar, los cornos ponen su voz soberbia y responde el tutti con fuerza, los saxofones toman la voz y dialogan con los clarinetes; se alza la voz de la trompeta y el tutti le responde y la alegría se desborda, entra el trombón y le responde el tutti y dialogan, un redoble de timbales marca un cambio y sube con fuerza la alegría para volver al tema principal que corre brillante, el sax canta y le responde el tutti y se desarrolla el tema que va subiendo con fuerza, la sonora voz del bombo marca un cambio y entra un pasaje de armonías disonantes que nos lleva al alegre y brillante final. Tremenda ovación y suenan los primeros gritos de bravo.

Viene ahora una obra de un compositor actual, Pascuale Inglese, este joven compositor apenas se ha graduado en 2017 en la Universidad de Milán, Italia. El título de su obra es “Arena Caliente” y, obviamente, tiene espíritu taurino. Tiene un inicio brillante y en seguida se aborda una suave cadencia por los saxofones para dar paso al alegre canto del tutti que cambia a otro rítmico y alegre que adornan las castañuelas y el tutti retoma su fuerte canto, los saxes cantan cálidamente y la trompeta entra con brillo, redoblan los timbales y los saxes remarcan el tema y les responden los clarinetes y las flautas, el tutti retoma el tema con gran alegría para llevarnos a brillante final. Nueva y sonora ovación y crecen los gritos de bravo. Continúa el concierto con “Camino Real”, del estadounidense Alfred Reed, compositor del S. XX, que trata de ubicar su obra en la ocupación árabe a España y con ella la introducción de la Fiesta de Toros. Tiene un brillante inicio en el que dialogan saxes y clarinetes con marcado ritmo de los timbales y con ello se desarrolla el tema, al fondo, la tarola marca también con fuerza, suena la pandereta y entra el tutti con fuerza y alegría y el sabor moro se deja sentir a plenitud; el oboe canta un solo y lo arropan los clarinetes, las flautas toman la voz con gran calidez y en seguida los clarinetes y se unen flautas, oboe y clarinetes en dulce armonía y el espíritu moro flota sobre la música, los timbales ponen sentido redoble y las maderas retoman la voz, la trompeta con sordina canta dulce y se aborda un tema sentido y apasionado, el corno canta dulce con los clarinetes y hay un silencio que rompen la tarola y la recova para dar inicio a un tema que va subiendo con fuerza y estalla con sabor profundamente moro, entra el tutti con pasión y el redoble de los timbales marca un cambio y se toma con gran fuerza el brillante final de la obra. Estallido de salvas y gritos fuertes de bravo.

Se continúa con la obra de un autor clásico del S. XVIII, Antonio Guerrero, que es más destacado como compositor de obras para guitarra, esta es “Al son de la Trompeta”. Esta obra es un breve tema con aire de paso doble y puede considerarse como precursor de este género que se desarrollará en siglos venideros. Desde luego, inicia con la voz brillante de la trompeta, entran clarinetes y saxes y se aborda una alegre paso doble y entra el tutti con ritmo pausado sobre el cual se eleva la brillante voz de la trompeta respaldada por los saxes y clarinetes; sigue cantando la trompeta con gran alegría y los saxes y clarinetes lo hacen con calidez; la trompeta retoma la voz, el bombo marca con fuerza y entra el tutti con un tema rítmico y muy alegre que nos lleva al movido final de la obra. Nueva sonora ovación y gritos. Viene en seguida un número muy gustado, la “Fantasía de Carmen” de George Bizet, que es un enlace en el que se identifica con claridad las más gustadas partes de la popular ópera de Bizet. Junto a la Muralla de Sevilla, la Marcha de los Contrabandistas por la Sierra, el Tema de la Rosa y para rematar con la Canción del Toreador. En el Tema de la Rosa, es indispensable destacar el sobresaliente desempeño del clarinete concertino, Mario Domínguez que tuvo una interpretación exacta y sobresaliente, dulce y delicada, con una voz sedeña. La interpretación es premiada con calurosa ovación y numerosos gritos de bravo.

Es ahora, De Granada a Daimiel, alegre paso doble del compositor andaluz Luis Carlos Martín, originario de esta segunda ciudad a la que dedica esta alegre obra. Inicia el tutti en alegre y movido paso doble muy marcado, cantan suaves los clarinetes acompañados por las flautas y los saxes, éstos elevan la voz y cantan cálidos y pausados, el clarinete concertino, Mario Domínguez, borda un verdadero florilegio ágil y delicado a la vez, por encima del suave tema, el tutti marca alegre cambio para llevarnos con fuerza y brillo al alegre final de la obra. Nueva sonora ovación acompañada de gritos de bravo. Cierra programa nada más y nada menos que el inmortal paso doble “El Gato Montés”, de Manuel Penella, tema central de la ópera del mismo nombre. Antes de que en México se entronizara Cielo Andaluz como el clásico paso doble para el paseo de cuadrillas, era El gato Montés el usado para ese lucido fin. Antes de pasar a la interpretación de la obra, el director, Todor Ivanov, expresó los agradecimientos correspondientes y puntuales a las autoridades por el apoyo, a sus compañeros de la OSY por su participación, al personal técnico, tanto del teatro como del grupo, y al público por su asistencia y apoyo. La composición inicia brillante y fuerte, cantan con alegría las maderas con los acentos de las tubas, los metales entran con ritmo pausado, el concertino canta: “yo quiero ser torero” y el público grita con fuerza: ¡Oleeee!; continúa: “y torear para ti”, y de nuevo: ¡Oleee!; para retomar el tema inicial que se repite y nos lleva al final de la alegre obra. Tremenda ovación pone de pie al lunetario que grita y grita bravos.

La ovación tiene su recompensa en un hermoso ancore, y éste es nada menos que “Granada”, del inmortal Agustín Lara, que arranca nueva y entusiasta ovación.

Salimos del Peón Contreras tarareando: “Granada, tierra soñada por mí”.