Yucatán

Roldán Peniche Barrera

Yucatán Insólito

Entre los barbarismos que solemos cometer, no por ignaros, sino por poco observadores de nuestro lenguaje, tenemos al inexistente verbo “rascuñar” en vez del castizo “rasguñar”.

¿Por qué no usamos la “g” que es la correcta en lugar de la falsa “c” que no tiene nada que hacer en esa palabra? Chi lo sa.

Veamos un breve ejemplo, para satisfacer a Gracián:

-¿Qué le pasa al Mírtilo que viene mentando madres y maldiciendo a todos los gatos del vecindario? -pregunta el tío Pascual al ver llegar al Moncho’s al cuida-coches gesticulando con exageración y soltando palabrotas a toche y moche.

-¡Ay, tío! -responde el Yorch -Mejor preguntémosle.

-Tiene razón “sobrino” ¡Hey, Mírtilo! ¿Por qué tanto grito?

-Mira lo que me hizo el “micifuz” -se queja al tiempo que muestra en sus brazos las huellas de las uñas de uno de sus gatos- El desgraciao me “rascuñó” de lo lindo ¡condenao!

-Tas mal, flaco, se dice “rasguñó”.

-¡Ay, lo que sea, pero me “rascuñó”!

Otro barbarismo: “financear” por financiar

También hay muchos por aquí que dicen “financear” por el correcto verbo “financiar”, y todos tan campantes.

Ejemplo:

-Oye Yorch -dice D. Julián-. Fíjate que estoy pensando en construir un gallinero y hacer harta lana vendiendo huevos… ¿Qué te parece?

-Hombre jefe, sueña bien. Va Ud. a ser millonario.

-Sí, pero no tengo pachocha pa’construirlo. Alguien con plata.

-¡Yo te lo “financeo”! grita de pronto Pito que asoma la nariz.

Poesía joven de Yucatán

Haikus

Juan Manuel Góngora Briceño

¡Mil poemas te escribiré!

Mas mi perdón,

Una vez te lo daré.

¡Te amé con locura!

Siento que tú también,

¡No vivamos en la amargura!

Hermosa noche estrellada

¡Llévame lejos!

¡Quiero sentir tu mirada!

¿Has escuchado al viento?

¿Descontento gritar tu nombre?

¡No le temo y lo desmiento!

Logramos una conexión mental,

Material y espiritual, reímos

Y vivimos, en otro plano dimensional.

¡Pájaros cantan el día!

Pensando en ti…

¡Canto con alegría!