VALLADOLID, Yucatán, 25 de mayo.- Un total de 154 jóvenes recibieron el signo de la confirmación en la Parroquia de San Bernardino de Siena de manos del Vicario General de la Arquidiócesis de Yucatán, José Candelario Jiménez Jiménez, en representación del Arzobispo Mons., Gustavo Vega Rodríguez, quien iba a realizar estas confirmaciones, pero por compromisos en Roma tuvo que viajar de última hora.
Recibieron este sacramento jóvenes de esta Parroquia, así como de Pixoy, Cuncunul, Dzitnup y Ebtún. Concelebraron el vicario, Padre Ernesto Navarrete Yam, Párroco de San Bernardino de Siena; y el vicario, Jaime López Mutul.
En su homilía el vicario José Candelario dijo: “Queridos hermanos que hoy recibirán la unción del Espíritu Santo, es un día muy especial pues cada sacramento que recibimos es presencia de Cristo en la vida del creyente que le da dones particulares para que pueda vivir su fe”.
“En este caso es la sunción del Espíritu Santo que se da para los cristianos que han alcanzado cierta madurez”, añadió.
“Y con esto los capacita para que puedan dar testimonio de Jesús. Este es el objetivo de un sacramento que es este la confirmación. Es un don extraordinario. Sin embargo, también hay cosas elementales que un cristiano debe de tener, ya para poder dar testimonio de Jesús y que este don viene a hacer que crezca de manera extraordinaria lo que ya hemos venido viviendo en el camino. Por eso es para los cristianos que ya estén en cierta madurez”, expresó.
“No para los niños sino para jóvenes o adultos y hay algo que es elemental en la vida del creyente del cristiano y es lo que decía Jesús en el Evangelio, que tenemos que mantenernos en la voluntad de Dios mantenernos juntos, unidos a él. Si permanecen en mi amos por eso hay que permanecer en el amor a Jesús y es el testimonio del amor mutuo que llamamos la fraternidad. Este amor mutuo tenga una característica muy particular. No es el amor como lo enseña el mundo, sino es un amor muy particular”, indicó.
“Dice Jesús, les doy un mandamiento nuevo que se amen los unos a los otros, pero que amen los unos a los otros como yo les he enseñado. Esto es lo nuevo de este mandamiento que tenemos que amarnos como Jesús nos ha enseñado. Sin este testimonio de amor entre los unos y los otros como Jesús nos ha enseñado, difícilmente podamos ser buenos testigos del Evangelio porque si nuestro amor es un amor de conveniencia, yo solo amo a los que me aman, yo solo amo a los que están cerca de mí”, manifestó.
“Y con los que me llevo bien y si no me llevo bien pues no los amo y que no es un amor que perdone a los que me han ofendido, a los que me han lastimado, pues ese amor no va a mover a nadie. Tiene que ser un amor como el de Jesús que desde la cruz perdonó a los que lo lastimaron, a los que les clavaron los pies diciendo: padre perdónales porque no saben lo que hacen. Ese es el amor de Jesús”, finalizó.
(Manuel Vázquez Rivero)