Yucatán

La mejor terapia de vida es el trabajo

A punto de cumplir noventa y uno años de edad, Cristino Puc Pool, originario de Tixkankal, comisaría de Tizimín, Yucatán, considera que gracias a las enseñanzas de sus padres ha logrado vivir tantos años y por esa razón todos los días, al levantarse, le da gracias a Dios por los 10 hijos que tuvo, 60 nietos, 9 bisnietos y 6 tataranietos.

Entrevistado en su domicilio de la calle 29 del fraccionamiento Paseos de Itzincab, don Cristino Puc dijo que se siente como un toro, pues anda y come bien.

Explicó que desde hace más de cuarenta años se dedica al comercio ambulante de pepita y cacahuate, condimentos y productos del campo, entre los alumnos y maestros de la Universidad de Chapingo ubicada en Chablekal, así como entre los habitantes de esa comisaría de Mérida, a la que todos los días se traslada muy de mañana y regresa a su hogar hasta casi al anochecer.

El Sr. Puc Pool no escucha muy bien a causa de un volador que le estalló cerca de la cabeza durante la fiesta patronal de la comisaría.

Recordó que en un principio su hijo Manuel lo acompañaba a vender por el rumbo del club Campestre, hasta que aquel encontró trabajo como gerente de un hotel por el rumbo de Santiago, por lo que tuvo que seguir sólo.

Alegre y a punto de ir a visitar a una de sus hijas que vive en la colonia san Camilo, dijo que sólo sobreviven siete de los 10 vástagos (tres varones y cuatro mujeres), la mayor parte de los cuales radican en Cancún.

El trabajo la mejor terapia

Comentó que varios de sus hijos y nietos le han pedido que deje de trabajar, pero desde su punto de vista, el salir a vender todos los días es la mejor terapia para sobrevivir, como le decía su papá, al que acompañaba todos los días hasta la milpa, sitio al que llegaba a las siete de la mañana y regresaban a su casa cuando empezaba a oscurecer; antes de ir a la milpa, ayudaba en las labores del hogar, junto con sus otros ocho hermanos, de los cuales sobreviven seis.

Su hijo Manuel Puc Canul dijo que una de sus tías tuvo 14 hijos y sólo uno de tíos vive en san Camilo.

Nuestro entrevistado obsequió a los reporteros un mamey para que coman o disfruten de un delicioso jugo, como lo hace él después de cocinar mole, chilmole y una gran variedad de guisos que le enseñó su mamá, con productos que tenían que moler en piedras, pues no había molino en esa época, pero sí abundaban miel, plátano, pepino, chayote y todo lo que se podía cultivar en la milpa.

Su padre se llamó Ignacio Puc Kumul y su mamá Clotilde Pool Couoh; su papá era originario de Mérida, pero debido a la Guerra de Casta, su familia se fue a vivir a Tixcancal, donde conoció a su mamá.

Antes de despedirse, preguntó si va a salir en el periódico y cuando se enteró que los reporteros eran del POR ESTO!, dijo:

—Ese es mi diario, saludos a don Mario Renato.

(Víctor Lara Martínez)