Yucatán

30 años vendiendo golosinas

TIXKOKOB, Yucatán, 31 de mayo.- Vio la luz hace 67 años en la tierra de Felipe Carrillo Puerto y como él lo platica, “de niño no conocí la pobreza...

En esos tiempos había bonanza en el campo; mi papá fue checador de campo y lo ayudaba con las labores, pero todo se acaba y eso fue lo que me pasó”, dice Luis Felipe Cutz Collí, al que conocen como “Paxo”, quien desde hace 30 años vende golosinas en los bajos del palacio y con ello, supo crecer a sus cuatro hijos, uno ya fallecido. De ser un hijo afortunado que tenía todo en lo que un niño y joven de esos tiempos podría tener, dijo al POR ESTO!

Mi papá Luis Cutz Herrera era un prestigiado checador de campo y recuerdo que de gastaba me daba 200 pesos a la semana y sólo por ir acompañarlo a los planteles, y sólo cursé hasta el tercer grado de primaria, que era lo máximo que uno podría estudiar, pero después pasé a ser un humilde campesino que laboré por más 23 años en el campo.

No sé si fue un castigo divino, pero así estuve, hasta que las cosas se empeoraron, e incluso, de campesino conocí a mi esposa Fátima Canul y me casé cuando tenía 24 años y la conocí en un baile en Cacalchén, ya que es originaria de la hacienda San José Cholul la que hoy es hotel turística.

Después de dejar el campo me fui a Mérida a trabajar en los sindicatos de carga y las cosas no pintaban muy bien que se diga, y para esos tiempos mi esposa ya vendía golosinas en las calles de Euán, donde nos adoptaron e hicimos nuestra casa y en las escuelas, y veían que no me iba muy bien y un día me dice familia que por qué mejor no vendo en las fiestas del pueblo y lo pensé, hasta me animé y compré un triciclo para trasportar mi venta y con esa actividad crecí a mis cuatro hijos Luis Felipe, José Reyes, Lisbeth de Socorro y María del Carmen Cutz Canul (quien ya falleció y me dejó a sus tres hijos encomendados y los estoy creciendo, y dándoles educación, alimento y estudio hasta donde yo pueda a uno de ellos al más grande solo le faltó un mes para terminar su carrera y dejó la escuela, y el otro está en la secundaria y la más chica está en la primaria).

Pasé de trabajar por 23 años en el campo... lo más triste es no poder tramitar su jubilación, ya que cuando lo intento me dicen que no puede hacerlo, ya que sólo aparecen cien semanas cotizadas y esto fue lo más triste, pues no sabe dónde quedaron los otros 21 años de campesino”.

Pese a sus casi 68 años no cuenta con el programa de Adulto Mayor, ni Prospera y ahora menos Bienestar, ya que no fue aceptado, pese a que lo censaron en su casa.

Para sacar adelante a sus nietos tiene que trabajar de once de la mañana hasta las dos de la tarde en una escuela y de las siete hasta once de la noche en los bajos del palacio municipal, donde ya tiene 30 años de estar todos los días en el lugar que tiene. Cuando hay alguna actividad lo corren unos metros y siguen trabajando, y comercializa chicharrones, dulces, Saborines, chicles y cigarros sueltos.

“Me acuerdo que ponía por el parque principal y doña Marlene Juárez Rubio, quien fue la que dijo yo vendiera en los bajos del palacio y he visto pasar a diez alcaldes en todos estos años de cuales dos alcaldes panistas y con todos he tenido buena relación.

Marlen Juárez Rubio, Carlos Bastarrechea Lara, Manuel Guerra Malaver, Miguel Lara Sosa, Antonio Loeza Guerra, Adolfo Calderón Sabido, Raúl Gómez Lara, Miguel Rodríguez Vaqueiro, Lidio Juárez Gómez y el actual Eric Quijano González.

Gracias a Dios siento que puedo trabajar y no tengo días de descanso, ya que si un día me va mal al otro me va ir bien y los días de fiesta es cuando me amanece acá por los bailes. La agente compra y no me desespero de ganar lugares, ya que la clientela te busca y lo más importante el trato que tú le des, y esperemos seguir y hasta que el de arriba nos mande llamar y ojalá falte mucho, ya que tengo un compromiso con la educación de mis nietos”.

(José Alfredo Islas Chuc)