Yucatán

Me siento fuerte para seguir trabajando

PROGRESO, Yucatán, 20 de junio.- En el marco del Día del Padre, en el mercado municipal, Martín Chan Esquivel, a sus 69 años, conocido popularmente como el “Torero”, quien desde hace más de tres décadas es utilitero en el mercado municipal, dice estar orgulloso que su hijo, continúe con su trabajo.

“Mi hijo desde luego es mi orgullo. Se llama Francisco Iván Chan Cruz, trabajo con él y se sienten ambos orgullosos de ser un equipo en el mercado municipal, debido a que cuando este se retire desde luego tendrá seguro a su reemplazo.

El trabajo de utilitero inicia alrededor de las 05:00 horas, en el mercado municipal con las descargas de mercancía y todo lo que necesiten los locatarios. “Este lugar es donde junto con mi hijo nos ganamos la vida”, afirmó.

Chan Esquivel trabaja en su triciclo de carga, hace todo tipo de servicios a los locatarios del mercado municipal, donde desde hace 15 años lo apoya su hijo.

“Todos los días realizamos mandados, todo lo que nos asignen y por eso dicen que soy todo un utilitero en la central de abastos del municipio”, agregó.

El trabajo lo realiza de domingo a domingo, alrededor de las 05:00 horas con la llegada de los carniceros y se retira hasta después de las 16:00 horas, pero si hay trabajo sigue.

“En mi caso soy originario de Telchac Pueblo, desde muy corta edad comencé a trabajar en los ranchos, me gustaba torear y me percaté que tenía facultades para el toreo”, agregó.

Wiliam León (+), torero de su pueblo fue quien le enseñó algunas suertes, por lo cual a los 16 años juntó unos pesos y le confeccionaron su traje de luces, prestó una capa y debutó como torero.

“Pero las fiestas de los pueblos son cada año y continué trabajando de peón en el rancho y comencé a torear en los pueblos circunvecinos, con mi maestro, que armaba el cartel con toreros de varios pueblos”, aseguró.

“Con el paso de los años conocí a la que fuera mi compañera, Felipa Cruz Estrella (+), quien me dejó cinco hijos, Francisco Iván, quien trabaja conmigo, Joel, Santiago, Ana María y Felipe.

“Todos son personas de bien, las cuales con mucho esfuerzo logré crecerlos, pero mi esposa me condicionó para que fuera mi novia que dejara la muleta y la espada y se acabó mi carrera de torero”, continuó.

“Como muchas personas tuve problemas con el alcoholismo, debido a mi afición por las bebidas etílicas, se me complicó con cataratas, hasta llegar al grado de estar a punto de perder la vista, pero me metí al programa de Alcohólicos Anónimos y me retiré de este mal que lacera a muchas familias a diario”, dijo.

“Mi trabajo es descargar camiones de lo que llega al mercado, hago pago de recibos de agua potable, de luz, reparo lo que me asignen soy todo un “jaranchac” en lengua maya”, expresó.

“Diariamente a mis 69 años de edad me considero una persona fuerte. Cuando llegué al mercado habían otros utiliteros, pero varios de han retirado por la edad y otros fallecieron”, indicó.

“Consiente que en esta vida estamos de paso, seguro estoy que llegarán otros utiliteros al mercado, desde luego más jóvenes, me emociona que hoy mi hijo esté laborando conmigo y que ambos estemos orgullosos del trabajo que realizamos, en el mercado que es nuestra fuente de trabajo donde siempre hay lugar para los que tenemos ganas de trabajar”, finalizó.

(Julio Jiménez Mendoza)