Mañana viernes concluye el contrato de más de 25 empleados de confianza de la Delegación Sader Yucatán, entre ellos el del encargado de despacho, Jorge Koehrmann Steidinger, y se desconoce quién ocupará el cargo y si se sustituirá a los directivos de las áreas de la dependencia.
Con este segundo recorte, se quedarán en la delegación, solamente el personal de base sindicalizado, que suman unas 200 personas y son quienes atenderán las ventanillas de programas que aún permanecen abiertas, como el de crédito ganadero a la palabra, entre otros.
De acuerdo con información recabada por POR ESTO!, desde noviembre se informó del recorte de personal en la delegación; se comenzó con la liquidación de casi 50 trabajadores contratados por honorarios y personal de apoyo.
Asimismo se informó que habría una segunda etapa para el mes de junio y sería de todo el personal de servicio profesional de carrera, principalmente los mandos directivos.
La información recabada entre la propia dependencia federal es que con el primer recorte quedaron poco más de 200 empleados y ahora con el segundo se liquidaría a más de 25.
Fue en el mes de mayo cuando llegó el recordatorio de las liquidaciones de junio que se manejan como renuncias voluntarias, aunque en realidad son despidos.
El contrato de adhesión del personal de confianza contempla una cláusula en la que se le podrá pedir su renuncia y dejar el cargo, sin contemplar la antigüedad y la firma de su renuncia.
Reestructuración
Las oficinas centrales de la Secretaría no han informado quién se quedará a cargo ni a quién le entregarán los directivos que se van. Lo mismo ocurre en todas las delegaciones estatales del país e incluso en oficinas centrales.
A pesar del cambio las ventanillas de programas permanecen abiertas en la dependencia.
Esta segunda fase de liquidaciones en la Sader Yucatán forma parte de la reestructura de toda la dependencia y se presume que en este mes de junio deberá publicarse en el Diario Oficial de la Federación cómo funcionará de ahora en adelante.
En los pasillos de la dependencia federal en Yucatán se percibía incertidumbre incluso entre los empleados de base.
(Verónica Martínez)