Yucatán

María José Matey Alpuche, ejemplo de pundonor

En entrevista con POR ESTO!, cuenta que su niñez y su adolescencia han sido como las de cualquier otra niña o joven, le gustan mucho los juegos de mesa y es muy apreciada por sus compañeras de escuela que la admiran por su forma sencilla de ser y su sobresaliente trayectoria.

“Estuvo en Abu Dabi, en Emiratos Árabes, uno de los países más ricos del mundo; también he participado en competencias de gimnasia en Atlanta, Estados Unidos y en México.

“En Abu Dabi estuve en marzo y participé en gimnasia rítmica; me preparé muy fuerte desde agosto del año pasado; yo entreno dos horas diarias, lunes, miércoles y viernes, de 4 a 6, y martes y jueves de 5 a 7; también voy a la preparatoria abierta de 9 a 11 de la mañana todos los días; recuerdo que en los Emiratos Árabes gané cuatro medallas de bronce y un sexto lugar en las olimpiadas especiales; después en Puebla, en las olimpiadas nacionales, me fue muy bien: gané 5 medallas de oro; fui a Atlanta a un campeonato en el 2017 y me traje en individuales 5 medallas de oro y en equipos fue primero y segundo lugar.

“En abril participé en la competencia Heymo en la Unidad Deportiva Kukulcán, aquí en Mérida, y me llevé dos primeros lugares”, dijo.

“Me siento agradecida con Dios porque me doy cuenta que como cualquier persona puedo salir adelante; vendrán más competencias y ya estoy lista, con muchas ganas”.

Por su parte, Ana María Castro Díaz, entrenadora de esta joven yucateca, dijo al POR ESTO!, que en las personas con discapacidad hay que ver el lado positivo más que las desigualdades.

—“En ellas hay que ver sus habilidades y capacidades más que las desventajas; para mí una discapacidad es una condición de vida; Majo —como le dicen de cariño a María José— quiere hacer cosas más difíciles; entonces le voy explicando para que ella vaya teniendo más habilidades y una cosa que les digo a los papás es que la mejor herencia que les pueden dejar a sus hijos es la autonomía, la independencia, para que sea un integrante más de la familia porque a veces lo sobreprotegen.

Por ejemplo, ahora que fuimos de viaje a Emiratos Árabes duramos fuera casi un mes alejados de la familia, de los papás, chicos y chicas hacen sus cosas solos, se lavan su ropa, se lavan sus dientes, preparan sus cosas, tienen qué ver cuáles alimentos son los adecuados por su condición; es que hay alimentos que los alteran (a las personas con autismo, como es el caso de María José), como los embutidos, aparte de que la disciplina nos exige que coman cosas más saludables y el hacer deporte les da crecimiento y preparación para sus vidas independientes, autónomas”, señaló.

La entrenadora comenta que María José quiere ser enfermera o médico legista.

—“A ella le gusta hacer las escenas del crimen, quiere ser criminalista, saber qué motivó el hecho, dónde están las huellas; ese es trabajo mucho de la familia, en su caso los padres la han apoyado mucho en cosas que ayudan a su persona, vienen por ella y la llevan; aquí en el Centro Paralímpico vemos qué habilidades tiene cada jovencita o jovencito, si es bueno para natación, si es elástico se va a gimnasia, si tiene buenos reflejos se va a tenis; los vamos canalizando de acuerdo con sus habilidades.

Aparte de María José, tengo otro grupo que es la selección mayor que conforman siete chicas, con las que salimos, son del equipo de Majo, todas han salido campeonas, hemos ido a China, a Los Ángeles, a Argentina, Panamá, Colombia, Brasil y últimamente a Emiratos Árabes”, concluyó.

(Texto y fotos José Luis Díaz Pérez)