Yucatán

Pilar Faller Menéndez “Lo más importante en la comunicación

es escuchar lo que no se dice”.

Peter Drucker

Cuando se requiere preparar un discurso para informar sobre algún tema en específico esta tarea no es necesariamente complicada, si se toman en cuenta los factores necesarios para lograr con éxito lo que queremos transmitirle a la audiencia a la que nos estamos dirigiendo, si ponemos atención en algunos puntos que pueden sernos útiles.

Un discurso depende mucho de la habilidad del orador de mantener una secuencia lógica en su exposición, y tener en claro que el público al que se dirige percibirá tanto lo que escucha como el lenguaje no verbal, por lo que es necesario mantener un vínculo con quienes escuchan, en el afán de mantener su interés en lo que queremos escuchar y tratar de aportarles algo en lo que comunicamos.

Es por esta razón que el orador debe de estar pendiente no solamente de lo que dice, sino de cómo lo dice, es aquí donde entran factores sumamente importantes como el vocabulario empleado, los gestos, los movimientos, la forma de vestir, lo cual será valorado por la audiencia para determinar el éxito o fracaso de la intervención.

La erudición no se califica cuando es necesario hablarle a una audiencia que requiere de un lenguaje más informal y sin tanto tecnicismo, porque la finalidad es poder lograr que el emisor pueda conectarse con el receptor; dicho en otras palabras, que la persona que habla pueda comunicarse con la que escucha, de otra manera se convierte en un monólogo ya que no fue tomada en cuenta la audiencia. Puede que sepamos más de lo que decimos, y de que podamos expresarlo con palabras más formales y elegantes, pero no hay que perder de vista la importancia que tiene la comunicación, de poder establecer una conexión con quienes nos escuchan.

Definitivamente el discurso oral es el género más exigente de la comunicación, ya que el orador persigue que sus palabras sean escuchadas con éxito: debe lograr que la audiencia escuche sus palabras y preste atención a ellas, y que también comprenda los términos y expresiones que utilice, se interese por el tema y los contenidos, y pueda valorar adecuadamente las ideas expuestas a fin de que pueda asimilar e incorporar tanto el contenido como el mensaje, es por esta razón que en el momento de la elaboración del texto se tome en cuenta a la audiencia.

Cuando un discurso es leído, por lo general el lector no mantiene contacto visual con la audiencia, es así como pierde parte de la comunicación no verbal. El tono que produce la lectura es diferente al de un discurso directo, ya que el leído puede resultar más monótono y provocar la pérdida de atención de la audiencia.

Es muy importante recordar y tomar en cuenta, que el 65% de lo que se comunica en un discurso forma parte del lenguaje no verbal, motivo por el cual en el momento de hablar es necesario tener muy presentes los elementos no verbales.

Hablar en público no se trata de tomar la palabra y “soltar” un discurso, es como se ha mencionado, lograr una comunicación efectiva y poder tener la capacidad de transmitir las ideas que queremos a quienes queremos, ya que una cosa es conocer la materia de la que vamos hablar y otra muy distinta es saber hablar de la misma.