Yucatán

Ana María Ancona Teigell

“Recuerden, seremos nosotros los niños de hoy quienes haremos del mundo futuro un lugar mejor y más feliz.”.-

Michael J.

Después de casi un mes (22 de julio) de no saber cómo están sus hijos, dónde están sus hijos Elianai y Jaffet, de 5 y 2 años. Ante la nula respuesta de las autoridades que no encuentran a sus niños y no le dan razón de ellos, luego de haber cumplido con todos los trámites que le indicó la ley. Irene, la madre custodia de los menores, desesperada, agobiada, cansada, ojerosa porque no duerme, ni come del terror que tiene de no saber en qué condiciones están sus pequeños, con un gran estrés que se le refleja en el rostro, ayer puso su casa de campaña ante la Fiscalía General del Estado, donde exige a las autoridades que de ahí no se va a mover hasta que le lleven a sus hijos.

Con lágrimas en los ojos dice: “No me voy a ir a ninguna parte; aquí, en esta casa de campaña me van a traer a mis niños y los voy a esperar con todo mi amor y con los brazos abiertos. Necesito abrazarlos, besarlos, acariciarlos, verlos. Que sepan que desde el primer día nunca dejé de buscarlos, de pensar en ellos, de rogarle a Dios que los protegiera y cuidara.

“Tengo el corazón destrozado, estoy hecha pedazos. Ha sido un largo y difícil camino. Ha sido un calvario este peregrinar de una institución a otra, de una autoridad a otra, día tras día, creyendo que me iban a ayudar, pensando que existen la ley y la justicia, pero en este proceso te vas dando cuenta que no es así.

“Yo no quería llegar a esto, somos una familia unida, personas tranquilas, trabajadoras, que lo único que hemos hecho es criar a mis niños con amor, darles un buen ejemplo y hacerlos felices. Porque el padre de mis hijos me abandonó por otra mujer cuando yo estaba embarazada de Jaffet y nos divorciamos hace tres años (él ahora tiene 2), por lo que me fui a vivir con mis padres quienes nos recibieron con mucho amor. Ellos se hicieron cargo de todos los gastos a la hora del parto, el padre ni siquiera fue a conocer a su hijo, no le interesaba.

“Por ser una familia cristiana, tener valores, moral, misericordia, perdón, cuando su padre me pidió que se los dejara ver para convivir con ellos, acepté porque los niños necesitan de los dos padres para crecer sanos. Nunca me imaginé que fuera capaz de hacer una cosa así, sin ponerse a pensar en el daño que les hacía y les está haciendo a ellos. Yo estoy muy lastimada, pero ellos son pequeños indefensos que no entienden lo que está pasando, me deben extrañar porque siempre han convivido con mi familia, con la familia de su padre han tenido muy poca convivencia, me deben de extrañar, lo sé.

“Lo único que quiero es que me devuelvan a mis hijos, hasta que no lo hagan estaré aquí, no me van a derrotar, aguantaré junto a mi familia, amigos y todas las personas que quieran acompañarnos el tiempo que tarden en entregármelos.”