Yucatán

Si yo fuera guía de turistas

Roger Aguilar Cachón

Al comenzar a escribir la presente y ver el título, recordé el filme del mimo mexicano Mario Moreno “Cantinflas”, quien bajo el nombre de Si yo fuera diputado, narra la vida de un visionario abogado en ciernes que lucha por que la justicia sea igual para pobres y ricos. Al hacer a un lado el film anterior, el nombre del presente obedece al ver a un gran número de turistas que llegan de todos lados, tanto de nuestro país como del extranjero, a contemplar y vivir una experiencia en nuestra tierra, la de los Mayas.

Por lo general, los visitantes que llegan a nuestro terruño con la finalidad de visitar nuestros sitios arqueológicos, conocer nuestra cultura y por qué no, también participar en lo que representa nuestra gastronomía. Por lo general este ha sido siempre el destino de nuestros visitantes, el título arriba mencionado me sirve para trazar otra perspectiva de que el de la letra se daría como anfitrión, para llevar o más bien, guiar a las personas que vienen de otros sitios o rumbos, que si bien no se alejaría mucho de lo que desde hace mucho tiempo han hecho los guías de turistas, solamente que el de la tinta le daría una vuelta un poco más original.

Sería adecuado que los visitantes se organizaran en pequeños grupos y con una temática conocer nuestra cultura, es decir: playa, haciendas, sitios arqueológicos, cenotes y grutas, la ruta de los conventos y la ciudad. La gastronomía en otro nivel. Sería una manera provechosa de que la visita a nuestro Estado sea más fructífera, y lo mejor del caso es que los grupos podrían inscribirse en más de una temática.

Sin lugar a dudas, nuestras playas serían una de nuestros puntos a visitar, pero lo que valdría la pena es que en pequeños grupos los visitantes pudieran hacerse a la mar y ver las condiciones que pasan nuestros pescadores para llevarles hasta su mesa el sabroso ceviche o bien el pescado frito que saborean en los restaurantes del puerto.

De ser posible preparar, en plena barca, el ceviche tal y como lo consume la gente del puerto e invitar a los participantes en este tour a que visiten alguna de las casas de los porteños para ver la manera como se cocina el pescado y los mariscos. Sería, desde luego, una agradable experiencia el convivir con las personas del puerto y participar de manera directa en cocinar y comer en las casas. No digo que se alquile una casa, sino que se pase el día en casa de una familia y desde que lleguen a la hora del baño, el ir al mercado por los insumos para la comida, la cocinada y terminar por la noche en alguna de las ferias que durante el verano se instalan en los principales puertos.

Para los visitantes que elijan recorrer las haciendas, lo ideal sería el tener una plática acerca de la importancia que las haciendas tuvieron en la economía yucateca, desde luego que lo ideal es invitar a algún historiador y arquitecto para explicar tanto la historia de las mismas como las características de la arquitectura. Visitar cada una de las haciendas previamente trazadas en un itinerario y poder admirar la realidad de las mismas, así como de la población que aún viven en sus alrededores. A qué dedican su tiempo, cuáles son sus actividades diarias y la importancia que para ellos representa vivir en una hacienda. Un traductor o un hablante maya-español serían los adecuados para que los visitantes disfruten del ritmo y peculiaridad de nuestra lengua. Hay algunas haciendas que aún tienen actividad henequenera y en ellas poder admirar el trabajo del secado y elaboración de sogas e insumos que derivan del la penca del henequén. No todas las haciendas tienen comedor o están adaptadas para los visitantes, de no ser así, sería muy bueno y de esta manera activar la economía local (de las haciendas) que previamente se pusieran de acuerdo con algunas familias para prepararles algunos platillos que se consuman de manera cotidiana. He aquí la importancia de que los grupos de visitantes no sean numerosos.

La visita a los sitios arqueológicos es de suma importancia y lo mejor del caso es que en cada uno se cuenta con un arqueólogo responsable del INAH que reside en cada uno. Tanto las grandes ciudades como Chichén Itzá y Uxmal, así como las demás, cuentan con el personal capacitado para dar una visión general del sitio a visitar, aunque lo ideal sería que previo a la visita, así como se hizo con las haciendas, se tenga una plática para conocer los principales edificios, así como la historia de cada uno de los sitios y su importancia que tuvo en el desarrollo de la historia y sociedad de los mayas. En algunos, se puede tener la posibilidad de tener luz y sonido y aprovechar los pueblos cercanos para comer y adentrarnos en nuestra cultura.

La visita a los cenotes y grutas reviste de una importancia tal, que para ello se requerirá, si se quiere hacer una visita a fondo y como debe ser, de guías especializados y material adecuado para la misma. En nuestra ciudad hay varios grupos que se especializan en hacer estudios y recorridos, así como la limpieza de los cenotes y grutas. El equipo que se necesita es especial y será necesaria la plática para conocer los riesgos y la experiencia que se tendrá al acudir a los cenotes y grutas. Lo ideal es sumergirse en los cenotes y grutas con el equipo adecuado y el personal especializado en esta temática. Por lo general, en los grandes cenotes hay palapas donde se ofrece comida, pero donde no los hay, así como en las grutas, el visitar la población más cercana será una grata experiencia culinaria y social.

La visita a la Ruta de los Conventos reviste de una importancia tal que se podrá visitar uno de los museos de mayor importancia de nuestro Estado, el Convento de Conkal. Grandes edificaciones tanto como iglesias, así como de conventos componen la ruta de los mismos y no hay que dejar de visitar uno de nuestros pueblos mágicos y joya de la Corona en el aspecto de edificaciones coloniales, me refiero al Convento de Izamal y su gran atrio. La visita será inolvidable, ya que cada iglesia y convento contiene en su interior una riqueza tanto en retablos, como en pilas bautismales, altares y demás parafernalia que constituye nuestra religión católica. En cada uno de estos lugares seguramente habrá lugares destinados para saborear nuestra gastronomía.

Los visitantes que quieran hacer un recorrido en la ciudad, ésta deberá planearse de tal manera que en un día se puedan conocer los principales barrios, las construcciones civiles y religiosas, así como no olvidar la visita al Cementerio General, hay que mencionar que hay personas especializadas que proporcionan visitas guiadas para que el recorrido sea provechoso. No olvidar las noches de la Serenata de Santa Lucía ni los lunes de vaquería en la Plaza Principal o Grande. La visita obligatoria al Mercado Grande, así como en aquellos lugares donde la comida tradicional se degusta de manera original. Hay restaurantes nuevos en la ciudad, pero hay que procurar visitar aquellos donde la vestimenta regional esté presente, así como el ver la manera en que se hace la tortilla a mano, ésa será una gran experiencia que será inolvidable.

Así es, mi caros y caras lectoras, la manera en que organizaría los grupos de turistas o visitantes que llegan a nuestra ciudad, si yo fuera guía de turistas. Y procurar que no sólo se lleven los recuerdos en su mente sino también se vistan de guayaberas o hipiles para hacer de esta visita algo excepcional e inolvidable.