Yucatán

Rafael Mis Cobá

El T’alkú de la Tía Juana

La exageradamente hermosa Tía Juana vino rauda y veloz a Mérida en busca de su cabezón sobrino, preocupada porque en sus sueños vio a su querido pariente sufrir un accidente por una tremenda embestida que le propinó con su pitón un feroz toro en la “motuleada” de la semana anterior.

La musa del Tío Chupi visualizó al cabeza de “lec” corriendo de los astados en las calles de Motul, emulando a los locuaces que participan en las Fiestas de San Fermín, que se llevan a cabo cada año en la ciudad española de Pamplona.

Pero grande fue su sorpresa cuando llegó a la casa de su travieso sobrino y escuchar desde la puerta que el sujeto cabezón sólo repetía como “sataol” una y otra vez: “¡Especuladores unidos, jamás serán vencidos!”, “¡Especuladores unidos, jamás serán vencidos!”…

—“Mejenkizín” sobrino, qué porquerías dices —interrumpió la curvilínea y aromática mujer maya, pero el individuo no sólo seguía hablando solo, sino que hasta empezaba a ensayar pasos de marcha.

La hija de Chikindzonot tuvo que recurrir a su técnica ancestral para despertar a su raro pariente con dos certeros “uasc’opes” en su redonda cabeza de “lec”.

—¡Uay!, tía, ya me desgraciaste la chola —reaccionó el sobrinín sobándose el “chuchuluco” que de inmediato le comenzó a brotar en la región pariental de su coco.

—¡Para que no me ignores “mejekizín”!

—Especuladores unidos, jamás serán vencidos, tía.

—¿Estás quedando loco?

—No, tía, me uniré a la lucha de los ejidatarios que piden la renuncia del delegado de la Procuraduría Agraria.

—¡Pero si tú no eres campesino!

—Tampoco el “Mosco” Pereira.

—Pero si nunca has trabajado en el campo.

—¿Acaso Rafael Acosta sí?

—“Uay” “mejenkizín”, y qué vas a comer durante los días que durará el plantón.

—Tía, me dijeron los socios de Salvador Arteaga que habrá una paga de 300 a 500 pesos por día, sólo por participar en el show.

—Sobrino y cuáles serán tus demandas.

—Las mismas de siempre: Que se permitan las asambleas falsas, que se falsifiquen firmas y que voten hasta los muertos en las asambleas que se lleven a cabo.

—Pero eso va contra la Ley.

—No importa tía, para eso están los visitadores agrarios.

—¿Avalan esas irregularidades?

—No sólo las avalan, tía, sino que hasta las promueven por una buena lana de nuestros jefes especuladores.

—Sobrino, ¿por eso quieren destituir al delegado?

—Qué comes que adivinas tía. Él se ha opuesto a los chanchullos y por eso le queremos dar “flit”.

—Sobrino, te meterás en problemas si te sumas a la toma del edificio. El encargado presentó una denuncia penal ante la Fiscalía.

—No pasa nada, tía, ayer mismo, el nuevo encargado de la dependencia dijo a nuestro asesor que retirará la denuncia para que no tengamos ningún problema.´

—“Maare”, sobrino, entonces mañana voy a juntar a mis comadres y secuestramos las oficinas del Indemaya porque no me gusta el peinado de Eric Villanueva Mukul.

—Ten cuidado tía, eso es un delito y seguro te denunciará el director de la dependencia.

—Pero si tus compañeros “ejidatarios” tomaron siete días el edificio de la Procuraduría y no pasó nada.

—Solo faltó que pida disculpas, tía.

—Total impunidad, sobrino, igual que lo que sucedió en la fiesta de Motul.

—¿Cuéntame qué pasó en la ciudad de los huevos motuleños?

—“Mejekizín”, la “motuleada” que organizó el alcalde violó derechos humanos de los niños que acudieron y también otros reglamentos sobre maltrato animal.

—¿Fuiste a esa festividad?

—No me dejó tu tío Chupi porque tuvo temor a que me corneen.

—Qué bueno, tía, porque me enteré por las noticias que hubo cuando menos tres espectaculares cogidas.

—¡Sobrino!

Para evitar malos entendidos y otro potencial “uasc’op”, el sobrino tuvo que aclarar a la Eva del Mayab, que en términos taurinos se dice cogidas a las embestidas que los animales hacen con sus pitones gruesos y afilados.