La ceremonia, presidida por Monseñor Pedro Mena Díaz, se celebró en el atrio de la Parroquia de San Antonio de Padua / Júbilo y efervescencia religiosa que reunió a decenas de familias
TEKIT, Yucatán, 29 de julio.- “Siéntanse herederos de un tesoro que Dios ha regalado a sus familias y que se va transmitiendo de generación en generación”, comentó el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Yucatán, Pedro Mena Díaz, al ofrecer el Sacramento de la Confirmación a 123 adolescentes y jóvenes de esta villa.
La ceremonia se celebró en el atrio de la Parroquia de San Antonio de Padua, en un ambiente de júbilo y efervescencia religiosa que reunió a decenas de familias que acompañaron a sus consanguíneos a recibir el Sacramento que los convierte en testigos y discípulos de Cristo.
Acompañado del Pbro. Raymundo Pérez Bojórquez, el Obispo Auxiliar ofició la solemne misa, en la cual reconoció a la comunidad de Tekit como una parroquia eucarística que tiene a Jesucristo en el centro de su vida y de su corazón.
En la homilía compartió historias de los mártires que dieron su vida al Señor. “Ustedes representan la semilla de los nuevos cristianos, una fe que se va transmitiendo de generación en generación, hoy reciben el Espíritu Santo para que no se rajen y se mantengan firmes en su fe”, puntualizó.
“Ustedes que recibirán el sacramento de la confirmación, siéntanse herederos de un tesoro que Dios ha regalado a sus familias y que desde el bautismo ya se les ha ido entregando; en la primera comunión recibieron de nuevo el tesoro de la eucaristía”, indicó.
Asimismo invitó a los catecúmenos a creer verdaderamente en la presencia de Jesús en sus vidas y en la llegada del Espíritu Santo para que se afiancen en esa fe y den testimonio a los demás.
Aseveró que el sacramento de la confirmación tiene que ver con el dar testimonio, el “no rajarse” e identificarse con Jesús. “El sacramento es vida de Dios, es presencia de El en nuestra vida para seguir con El”.
Retomando el Evangelio, reflexionó en la parábola del sembrador, exhortando a los jóvenes a preparar el corazón para recibir la palabra de Dios y la llegada del Espíritu Santo, para ser tierra fértil que brinde buenos y abundantes frutos.
“Dios no quiere que seamos un terreno de piedra, El nos da su palabra para que cayendo en un buen terreno demos frutos. El los dice que quitará el corazón de piedra y les dará uno de carne, les infundirá el espíritu santo para que acepten su palabra, los ilumine y los guíe”, culminó.
Como parte del rito y tras haber recibido la catequesis conveniente a su edad, los 123 adolescentes y jóvenes renunciaron al pecado e hicieron la profesión de fe para disponerse a recibir el Espíritu Santo mediante la imposición de las manos y la unción en la frente con el santo Crisma.
Posteriormente los confirmantes, acompañados de sus respectivos padrinos, se aproximaron hasta el Obispo Auxiliar de la entidad para recibir el santo Crisma, lo que marcó el momento solemne en el que se afirmó y consolidó la fe a través del sacramento.
Con las palabras “recibe por esta señal de la cruz el don del Espíritu Santo”, Pedro Mena Díaz ungió con el santo Crisma la frente de los adolescentes y efectuó el rito de la imposición de manos.
Posteriormente los confirmantes presentaron sus ofrendas al líder eclesiástico de la entidad y para reafirmar el compromiso de fe, recibieron el cuerpo de Cristo a través de la comunión.
Finalmente se dio la bendición y con un “amén” unánime concluyó la solemne ceremonia.
Esa noche, los catecúmenos se tomaron la fotografía de recuerdo con el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Yucatán, Pedro Mena Díaz. Asimismo se hizo la entrega de constancias por haber cumplido con dicho sacramento.(Carlos Ek Uc)