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Yucatán

Ariel Avilés Marín

Hablar de la Rondalla Universitaria es hablar de un hermoso poema, con música de trova, escrito sobre la firme historia de una profunda amistad. En estos más de cincuenta años de historia la trova tiembla sensible como un madrigal que se ha ido escribiendo en un día a día con firmeza, con congruencia, con lealtad. Un grupo de amigos entrañables, que ha caminado junto e inseparable, puede dar testimonio de lo que significa en toda su profundidad el concepto de amigo-hermano, y de cómo el tiempo puede pasar, pero las almas de los artistas conservan la frescura de la juventud, merced el cultivo del excelso arte de la música.

“Testimonio de una Historia de Amistad y Música” es el título con el que ha visto la luz un libro reivindicado por la firma de Jorge Peniche Aznar, pero que ha sido escrito por ese colectivo entrañable que conocemos como Rondalla Universitaria. Porque es una realidad que en las páginas de esta publicación transita el alma de cada uno de los integrantes del grupo. Estos incansables trovadores de ayer, de ahora y de siempre han pasado ya a la historia de la música vernácula de Yucatán como una juvenil agrupación inseparable, indisoluble, fraterna.

Ha querido la voluntad inquebrantable del colectivo dejar una memoria escrita de su paso por la trova yucateca, de la más tradicional y profunda, de aquella en la que hicieran mancuerna indisoluble duplas como Palmerín y Rosado Vega, Guty y Mediz Bolio o Guty y el Vate López Méndez, o Rómulo y Manolo López, o Montes de Oca y Manzanero, que ha sido la materia profunda y delicada sobre la cual han construido su fecunda historia.

En toda historia larga y profunda existe la necesidad de un detonante; y ésta, no es la excepción. El nombre de Jorge Peniche y Peniche está indisolublemente ligado al grupo, lo prohíja, lo impulsa, lo ilumina, le pone un sello indeleble que es como una lujosa tarjeta de presentación. Jorge Peniche es algo así como el duende inseparable y vigilante que cuida el camino de la rondalla, su índice extendido a la distancia, ha marcado y marca la ruta.

Esta, nuestra tierra del Mayab, tiene la fortuna de contar con un grupo emblemático, como lo es la Rondalla Universitaria, pues una trayectoria de cincuenta y tres años, es una historia de vida rica, fértil, poco común. Existe, además, el elemento de la profunda relación de amistad que une a todos los miembros del conjunto, de los que con certeza absoluta podemos decir: Son más que amigos, son verdaderos hermanos. Una historia así merece aparecer en letras de molde y así ha sido. La pluma de Jorge Peniche ha plasmado en el libro que cuenta con gran amenidad la historia de este grupo musical entrañable.

La presentación del libro se llevó a cabo en el Salón del Consejo Universitario, que es algo así como la casa de la Rondalla, es su recinto natural. La amena narración de Peniche Aznar cuenta con ligera pluma los sucesos más trascendentes en la vida del grupo. El dueto Durán Flores-Peniche Aznar que da origen al grupo, la integración de la Rondalla Universitaria, su debut en el ámbito de la universidad, sus participaciones fuera de nuestro estado, destacando la de la Universidad de Guanajuato y la de la Olimpíada cultural en 1968, las serenatas de Santa Lucía, la actuación en la Alameda Central en Ciudad de México, su participación en la Semana de Yucatán en México. Todo acto con trascendencia en la vida de la rondalla está consignado con precisión y amena narrativa en el libro de Peniche.

No puede estar ausente en el relato las grabaciones que han inmortalizado sonoramente al grupo, desde el primer compacto en 1968, hasta el CD que realiza la UADY por los treinta años del grupo, en 1996. Las actuaciones en combinación con otras agrupaciones musicales también son materia de esta historia. Con la Orquesta de Cuerdas Amadeus, con el Cuarteto de Cuerdas Metamorfosis, con el mariachi del mismo nombre, con la Orquesta de Cámara de la Ciudad de Mérida, con la inmortal Orquesta Típica Yukalpetén, todos ellos están consignados en las páginas del ameno libro.

El Edificio Central de la UADY está unido indisolublemente con la rondalla; con placer reflejado en el relato, Jorge Peniche nos cuenta los múltiples recitales ofrecidos en el seno de su Alma Mater; tanto en el Patio Central, como en el Salón del Consejo Universitario.

Una larga y fecunda trayectoria, con una unión ejemplar entre todos sus integrantes; sólo así es posible entender que, en tan largo trayecto, un mismo miembro haya dirigido certeramente al grupo, la conducción del Dr. Julián Durán Flores ha pulsado el timón todo este tiempo, y ha sabido conducir la nave en forma segura, certera, y estamos seguros que así seguirá hasta que la nave llegue a puerto seguro un día.

Pocos casos de amistad inquebrantable tienen un testimonio gráfico tan rico como este que ha dejado ahora y para siempre la historia de la trayectoria de la Rondalla Universitaria. Aquí queda este libro ameno, sabroso, entrañable, para que, en un futuro lejano, los jóvenes de tiempos venideros sepan que aquí, en nuestra Blanca Ciudad de Mérida, hubo un puñado inseparable de músicos, una comunidad indisoluble de hermanos, y que se dieron a conocer como la Rondalla Universitaria.

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