'Cuico”: Policía; no es yucatequismo pero siempre se ha usado en Yucatán

Roldán Peniche Barrera

Yucatán Insólito

Desde que tenemos uso de razón, en la península de Yucatán hemos nombrado al policía, al gendarme, como “cuico”. Con todo, no es propiamente un yucatequismo.

De acuerdo con el Diccionario de Mejicanismos (sic) del lingüista cubano Félix Ramos y Duarte, que vivió muchos años en Mérida y hasta fue distinguido maestro del Instituto Literario, la voz cuico es veracruzana.

Pero de alguna manera llegó a Yucatán (lo más seguro, en el siglo XIX, por medio de los constantes viajes de los vapores veracruzanos a Yucatán y Viceversa.

Veamos lo que dice Ramos y Duarte a finales del siglo XIX:

Cuico (D.F. y Ver.), s.m. Gendarme. El nombre cuico es alteración del azteca cuica, llevar, chirriar, deriv. De cuícatl, canto. En sentido figurado se nombra cuico al gendarme, por decirle hablador, chismoso.

Santamaría se extiende más en su Diccionario de Mejicanismos (sic):

+Cuico. m. Guardia o agente de policía. Es palabra injuriosa, y ya poco usada. Viene, según algunos, de la voz mexicana cuícatl, cantar o canto, porque esos agentes denuncian las infracciones de los reglamentos de policía, por la cual la plebe los considera como soplones o chismosos.

Güémez Pineda no lo registra pero sí Rodríguez Cimé:

Cuico (Palomillas) Policía.

Tampoco lo cita el DRAE. En Yucatán llamamos “cuica” a la policía en general. Con el tiempo, ya casi no usamos tales voces prefiriendo las nuevas llegadas del altiplano, como “chota”, “julia”, etcétera.

Agradecemos al Mtro. Amir de J. Castillo el sacar la palabra “cuico” a la luz pues como se ha dicho, es sumamente utilizada en la península.

Poesía joven de Yucatán

Juan Manuel Góngora López

III

Que roja es la sangre que pernocta

siempre cambiante por la noche,

los fantasmas salen a medianoche,

largas horas pasan dando la nota.

Así te haces notar, en la quietud

y en la permanencia tan completa,

te mueves tanto que te quedas quieta

¡Necesito sentir tu gran plenitud!

Pasan las horas, los días, semanas,

el suplicio no parece tener fin.

¿Escuchas el sonar de las campanas?

El momento eterno es tan ruin,

escucho el clamor de las ancianas,

todos quien tener ese gran botín.