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La retórica divisiva de Donald Trump

Eugene Kiely, periodista y director del sitio web Fact Check, monitorea de manera sistemática las afirmaciones del presidente norteamericano Donald Trump con el único fin de verificar si se ajustan o no a la verdad. Como se verá a lo largo de este escrito, el mandatario tiene una marcada tendencia a mentir.

Por ejemplo, antes de partir a El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, el 7 de agosto, el presidente Trump rechazó que su retórica divida al país, como afirman sus críticos. Dijo: “mi retórica… une a las personas.” Sin embargo, la mayoría de los estadounidenses opina precisamente lo contrario.

Una encuesta de CNN en marzo pasado estableció que casi dos tercios de las personas consultadas dijeron que la frase “unirá al país y no lo dividirá” no se aplica a Trump. En otra encuesta del Centro de Investigación Pew publicada en junio, el 55% de los encuestados afirmaron que Trump había cambiado el tono del debate político pero para peor, mientras que sólo el 24% dice que lo hizo para mejor.

No obstante, la retórica de Trump anima a grandes y bulliciosas multitudes que asisten a sus actos políticos, y en materia de empleo tiene alta aprobación entre los republicanos. Asimismo goza de una reputación bien ganada de responder fuertemente a los ataques políticos, reales o imaginados.

Durante su campaña de 2016, su esposa Melania, dijo de su cónyuge: “Como ya sabrán, cuando lo atacan, él golpea 10 veces más fuerte”.

El enfoque combativo de Trump ha continuado durante toda su presidencia, y en ocasiones ha hecho comentarios divisivos y despectivos que en algunos casos han suscitado críticas incluso de su propio partido.

He aquí una muestra de algunos de esos momentos:

“Que regresen de donde vinieron”

En una serie de tuits en julio, Trump conminó a “congresistas demócratas progresistas”, que regresaran a sus países de origen cuyos gobiernos eran “una catástrofe completa y total”. “¿Por qué no regresan y ayudan a reparar los lugares totalmente quebrados e infestados de delitos de donde vinieron?”, tuiteó Trump.

Se refería a los representantes demócratas Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Ayanna Pressley e Ilhan Omar. Omar nació en Somalia, pero las otros tres nacieron en los Estados Unidos. Ocasio-Cortez nació en Nueva York, Tlaib en Detroit y Pressley en Chicago.

El representante republicano Will Hurd de Texas, quien recientemente anunció que no se postulará para la reelección, dijo a CNN que los tweets de Trump no solo eran inexactos, sino “racistas y xenófobos”.

La Cámara de Representantes demócratas adoptó una resolución que condenó los “comentarios racistas” de Trump. Solo cuatro republicanos, incluido Hurd, votaron a favor, pero al menos 40 miembros republicanos del Congreso criticaron los comentarios del presidente, según un recuento de Reuters.

Una encuesta de Fox News encontró que el 63% de los encuestados consideró que los tuits de Trump sobre las congresistas “cruzaron la línea de la decencia”, y solo el 27% los vio como un “ataque político aceptable”.

Después de sus comentarios, los partidarios de Trump en una manifestación en Carolina del Norte corearon: “¡Envíenlas de regreso”, mientras Trump retomaba sus ataques contra Omar. Más tarde, el presidente dijo falsamente que intentó detener ese coro de sus partidarios, una afirmación que le redituó cuatro Pinochos del verificador de hechos del Washington Post.

Ciudades de Estados Unidos

También en julio, Trump atacó al representante demócrata Elijah Cummings, al declarar que su distrito en Baltimore era inhabitable para los humanos. Lo tildó de un distrito “repugnante, infestado de ratas y roedores; un desastre”. Dijo más: “ningún ser humano querría vivir allí.”

En una entrevista con una estación de radio local, el gobernador republicano de Maryland Larry Hogan calificó los comentarios de Trump como “escandalosos e inapropiados”.

Trump también denigró a Atlanta y San Francisco, entre otras urbes. Un día después de calificar a Baltimore inhabitable, Trump tuiteó que el distrito de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, en San Francisco “está irreconocible y hay hacer algo antes de que sea demasiado tarde”.

Poco antes de su toma de posesión, Trump tuiteó que el distrito del representante demócrata John Lewis, que incluye Atlanta, está “está horrible y se cae a pedazos (sin mencionar ... que está infestado de crímenes)”.

“¡Dispárales!”

Trump a menudo esgrime la palabra “invasión” para describir las llamadas caravanas de centroamericanos que buscan asilo en los Estados Unidos y de otros inmigrantes que cruzan la frontera ilegalmente. En una manifestación el 8 de mayo en la ciudad de Panamá, Florida, Trump defendió el uso de la palabra “invasión” y expresó su frustración por no poder detener el flujo de inmigración ilegal.

“Cuando tienes a 15,000 personas marchando, y tienes a dos o tres personas de seguridad fronteriza que son valientes y geniales, pero que no los dejamos que usen armas”, dijo Trump, “cómo se detiene a estas personas?”

Uno de los asistentes gritó: “¡Dispárales!”. Trump sacudió la cabeza y bromeó: “Sólo en el mango (la parte más noroccidental de la Florida), puedes salirte con la tuya”.

“Lo peor de lo peor”

Un objetivo frecuente de los ataques del presidente Trump son los residentes que han ingresado legalmente al país a través del Programa de Visas de Diversidad de Inmigración. Este programa utiliza un sistema de lotería por computadora para emitir aleatoriamente hasta 50,000 visas de inmigrantes cada año a solicitantes calificados de países con bajas tasas de inmigración a los Estados Unidos.

En una reunión de inmigración del 9 de enero de 2018 en la Casa Blanca, Trump describió de manera inexacta este programa: “Lo llaman ‘lotería de visas’, yo solo lo llamo ‘lotería’ pues los países no envían aquí a sus mejores hombres, sino a personas indeseables”.

Lo cierto es que no hay evidencia de que otros países manipulen el sistema y mucho menos que envían a los Estados Unidos “a lo peor de lo peor”. Son las personas, no los países, los que solicitan la visa, y los solicitantes están sujetos a las mismas verificaciones de antecedentes que otro tipo de visas, que incluyen antecedentes no penales.

Trump hizo afirmaciones similares en un mitin del 8 de diciembre de 2017 en Florida. El 13 de febrero de 2018, en la Casa Blanca en una reunión de inmigración, Trump insistió en que “no nos están dando lo mejor”. En una manifestación del 2 de agosto de 2018 en Pensilvania, Trump afirmó que cualquier multiasesino convicto “podría obtener una visa a través del programa de diversidad”, aunque eso es prácticamente imposible.

“Enemigos del pueblo”

Regularmente el presidente califica como “noticias falsas” todas aquellas informaciones que no le gustan, además de que ha tildado a los medios de comunicación como “los enemigos del pueblo”. La primera vez que utilizó el término fue en un tuit del 17 de febrero de 2017, menos de un mes después de haber tomado posesión. Una semana después, en un discurso en la Conferencia de Acción Política Conservadora, Trump repitió la frase, mientras decía: “Son el enemigo del pueblo. Como no tienen fuentes, simplemente las inventan cuando no las hay”.

El 9 de febrero de 2017, The Washington Post difundió que el entonces Asesor Nacional de Seguridad Michael Flynn “había discutido en privado sanciones de Estados Unidos contra Rusia con el embajador de ese país en los Estados Unidos un mes antes que el presidente Trump asumiera el cargo, lo que contradecía las afirmaciones públicas de los funcionarios de Trump”. La historia, que citaba a “nueve funcionarios actuales y anteriores” como las fuentes era precisa, aunque Trump lo negó con vehemencia. Posteriormente Flynn se declaró culpable de mentirle al FBI sobre sus pláticas con el embajador ruso sobre las sanciones de Estados Unidos.

En un discurso del 17 de enero de 2018 en el Senado, el entonces senador republicano Jeff Flake criticó al presidente por su “asalto diario contra la prensa libre protegida constitucionalmente”. En particular, Flake criticó el término “enemigo del pueblo”.

“Vale la pena señalar que la frase ‘enemigo del pueblo’ implica una carga de malicia tal que incluso Nikita Khrushchev prohibió su uso cuando dijo al Partido Comunista Soviético que Stalin había introducido esa frase con el propósito de “aniquilar a los individuos que no estaba de acuerdo con el líder supremo”.

Puerto Rico

El presidente Trump se ha enfrascado en una disputa con Puerto Rico y sus líderes.

En septiembre pasado, Trump rechazó el cálculo oficial de Puerto Rico en el sentido de que 2,975 personas habían muerto a raíz de los huracanes que habían golpeado esa isla. Según él, “no habían muerto 3,000 personas en los dos huracanes que azotaron Puerto Rico”, sino “de 6 a 18 muertes”. También afirmó falsamente que los demócratas habían generado ese cálculo “para hacerme ver lo peor posible”.

El entonces gobernador de Florida, Rick Scott, que se postulaba para el Senado en ese momento, estaba entre los republicanos que se distanciaron de los comentarios de Trump. “No estoy de acuerdo con @POTUS”, tuiteó Scott . “He estado en Puerto Rico 7 veces y vi devastación de primera mano. La pérdida de cualquier vida es trágica; el alcance de las vidas perdidas como resultado de María es desgarrador. Seguiré ayudando en relaciones públicas”.

En abril, Trump se quejó de la ayuda federal por desastre que se había canalizado a Puerto Rico, al alegar, falsamente, que “Puerto Rico obtuvo 91 mil millones de dólares por el huracán” y que recibió “más dinero del que había recibido antes por un huracán”.

Naciones africanas

En la Casa Blanca el año pasado, el presidente se reunió con demócratas y republicanos para discutir un plan bipartidista para eliminar la amenaza de deportación de los llamados “soñadores”, jóvenes que fueron traídos ilegalmente a los Estados Unidos cuando eran niños.

El senador demócrata Dick Durbin aseguró que el presidente dijo en varias ocasiones que las naciones africanas eran unos “agujeros de mierda que nos envían a la gente que no quieren”. Y añadió: “No necesitamos más haitianos”. Otro senador republicano de Carolina del Sur, Tim Scott, confirmó que Trump sí había usado esas palabras vulgares.

Como era de esperarse, Trump dijo que él nunca las usó, aunque admitió que se había expresado duramente de los países africanos.

El incidente provocó reclamos nacionales e internacionales, incluidos los de algunos republicanos. Tim Scott, el único republicano negro en el Senado, dijo que los comentarios de Trump, en caso de ser ciertos, eran “increíblemente decepcionantes”. En un comunicado, la representante Mia Love, una republicana de Utah cuyos padres llegaron a los Estados Unidos provenientes de Haití, los llamó “divisivos”.

“Los comentarios del presidente son poco amables, divisivos, elitistas y se oponen a los valores de nuestra nación”, escribió Love. “Este comportamiento es inaceptable por parte del líder de nuestra nación”.

Cuando era candidato, Trump exigió que se cerraran totalmente las fronteras de los EE.UU. a los musulmanes y ya como presidente ordenó lo que denominó una “prohibición de viajar” a los ciudadanos de siete países predominantemente musulmanes (Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen). Esa política y otros comentarios sobre los musulmanes han provocado una ruptura con los líderes de la comunidad musulmana estadounidense .

También se ha peleado con futbolistas profesionales que se arrodillaron durante el himno nacional, se ha burlado de la apariencia física de las mujeres que lo criticaron y ha denigrado a quienes se le oponen en ambos partidos endilgándoles apodos despectivos.

Sería prolijo citar todas las controversias generadas por las expresiones de Donald Trump. Sin embargo, estas pocas nos confirman que su retórica es más divisiva que unificadora, concluye Eugene Kiely.