Yucatán

Lorenzo Salas González

A mediados del siglo anterior, cuando aún no existían los libros de texto gratuitos, los maestros de primaria, secundaria y bachillerato, preconizaban a la memoria como el único medio de aprender todos los conocimientos de cada nivel.

En década de los sesentas de dcho siglo, suregieron teóricos que afirmaban que se debía de hacer a un lado a la memoria y darle toda la importancia a la comprensión, al entendimiento. Pero la insistencia en el punto no daba los resultados apetecidos. En casa, las mamás “repasaban” las lecciones con sus hijos, basados en el aprendizaje de memoria.

En los sesentas, en la Universidad de Yucatán –todavía no era autónoma–, los jóvenes “macheteaban” sus libros hasta aprender de memoria la mayor parte de ellos. El alumno con mejor retentiva era el más destacado y admirado por todos.

Al surgir nuevas corrientes pedagógicas en las que se usaba más la inteligencia y –mejor– no se establecía una suerte de rivalidad entre dos características inherentes al género humano, que no tenía razón de ser. La inteligencia se puede apoyar en la memoria y viceversa. Son complementarias, no excluyentes ni antagónicas.

En la Nueva Escuela Mexicana se han corregido muchos errores del pasado, entre ellos, se ha minimizado este falso antagonismo.

Para verificar el avance de la NEM, sería muy conveniente y benéfico para todos, que los agentes de la educación opinen públicamente del desarrollo temático, de las dificultades que encuentren en su actividad, de las cuales nos podremos enterar todos si se usan los medios de comunicación para difundir estos temas.

P. S. Todos los años del neoliberalismo se avanzó en la destrucción de la educación y el daño ya es visible. Es más, en estas páginas escribimos tres comentarios en los que advertíamos el resultado de una amplia investigación realizada en el Estado de Veracruz por universitarios de varias entidades, incluyendo a los de la mencionada entidad.

La denuncia consistía en que se estaba empleando un método de aprendizaje que dificultaba la comprensión de la lectura y esto traía como consecuencia el fracaso escolar.

Aquí en Yucatán, una maestra de origen vallisoletano, en contró más datos de este premeditado daño a la educación mexicana.

La teoría provenía de una maestra universitaria de Inglaterra, de apellido Stalin. A ninguna autoridad pareció preocupar esto y las cosas siguieron como hasta la fecha.

Por eso, en verdad y sin banderías políticas, sería muy sano que las nuevas autoridades educativas dieran a conocer los resultados de los talleres aplicados que tuvieron como tema central a la Nueva Escuela Mexicana.